Por fin los deseos de tantos se hicieron
realidad y a
partir de la semana pasada una nueva etapa se volvió a vivir en el
autódromo. El sonido espeluznante del motor Matra, el progreso técnico
representado por los Lotus 72, el interés por ver a los March, McLaren o
Surtees fueron elementos cotidianos desde el primer día de
entrenamientos hasta el final de la carrera.
Henri
Pescarolo fue un meritorio segundo puesto. El francés manejo muy bien y
parejo
Luego
se tomó en cuenta a un tercer protagonista de sobresaliente
actuación: la pareja Surtees TS7 - Rolf Stommelen. El chasis construido
por John Surtees mostró a la par de una prolijidad destacable una
eficiencia
de las mejores. Rolf Stommelen confirmó decididamente que es un piloto
sumamente veloz y cuando tomó la punta en la primera serie lo hizo con
una solvencia y serenidad más que suficientes para llevar atrás a un
pelotón de los quilates de Amon, Siffert, Pescarolo, Bell, Fittipaldi,
Wisell y Reutemann.
Sin
embargo durante el transcurso de la primera serie se hizo bastante
evidente que el Matra V-12 disponía de un resto que no tenían los demás. En cierta manera Chris Amon -que no largó bien y se quedó
un poco atrás- jugó a especular un poco estudiando a los que iban
adelante, pero cuando quiso atacar enseguida consiguió su cometido en
un circuito donde es bastante difícil encontrar el agujero para pasar
cuando los autos tienen performances muy similares.
La del Matra
precisamente no era tan similar y por eso Amon dominaba el panorama.
Cuando decidió adelantar terreno en la primera serie, se comenzó a
tirar un poco más fuerte y se rozó con uno de los dos March de resultas
de lo cual se estropeó el spoiler delantero izquierdo. Amon
entonces permaneció impasible en el puesto que tenía (4º) y en la
segunda serie sí largó en busca de la punta y se escapó y se escapó
hasta poner un campo de distancia como para no dejar lugar a dudas sobre
la superioridad del Matra V-12.
El único que podría haberle complicado
las cosas era Stommelen con el Surtees, que había ganado la primera
serie, pera esa posibilidad quedó anulada cuando. al tocarse levemente
el Matra con el Surtees, la suspensión trasera de éste último quedó
resentida, según declaraciones de Stommelen, obligándolo a abandonar
al promisorio alemán (aunque también pudimos olfatear alguna rotura
de cambios).

Oportuna foto del espectador y colaborador espontáneo de Corsa Ricardo Albertoni, en el momento justo del choque de Reine Wissel contra el guard rail del curvón. Sólo daños para el coche
Los
Lotus 72 por supuesto fueron las vedettes de la temporada, analizadas
por todos como corresponde por las revolucionarias concepciones
técnicas
que siempre caracterizan a los productos de Chapman. Sin embargo no
estuvieron felices en nuestro autódromo donde aparentemente fue muy
difícil ponerlos a punto. Por otro lado parecen demostrar que aunque
se coloquen teóricamente a punto para el circuito, son coches tan
sensibles o delicados que ante cualquier anormalidad pierden la
condición adecuada de puesta a punto.
Claro que puede ser que a Lotus
le falte quizá
un piloto con amplia experiencia como para decidir sobre suspensiones
y puestas a punto y en un circuito desconocido como el de Buenos Aires
se les hayan complicado un poco los papeles. Lo cierto es que se los vio
como coches un poco indóciles lo cual no parece muy normal cuando
justamente la mejor virtud del Lotus 72, reconocida mundialmente, es
su chasis de excepcionales cualidades. Para colmo, dos motores
deteriorados durante la carrera (los de los hermanos Fittipaldi) y la
posterior piña de Wisell contra el guard rail del curvón terminaron
por completar un día poco feliz para la marca que ostenta el campeonato
mundial 1970.
Sorprendieron
bien en cambio los March, que en Europa no son nada destacables y que
aquí mostraron estar en la discusión aunque sin pretender pelear con
el Matra por ¡ejemplo. Sus pilotos fueron coincidentes en general en
que el March es un coche muy sensible a las imperfecciones del piso y
como el asfalto del autódromo se encuentra en inmejorables condiciones
los March se encontraban a gusto.

Amon anduvo en clasifica sabatina con la toma dinámica de admisión sobre las trompetas de los inyectores. El domingo se corrió sin ella
Lejos
de todos ellos se ubicaron los Fórmula "A". Con motores V8
de serie presentan una imagen bastante lejana a la rabia de un
auténtico pura sangre como son los F1. Otro ruido, otro peso, otra
performance en definitiva. Pueden servir para aprender pero al lado de
los F1 parecen "batatas viejas y cansadas".
Queda
demostrado que hacer correr a los dos tipos de autos en una misma
carrera no es admisible más que como recurso de salvación como lo fue
en la oportunidad. No más.

Chris Amon. Foto Revista Automundo
Los pilotos
Hubo un grupo de punta y hubo un grupo de complemento que
fueron Gordon Spice, Gregory Young, David Prophet, Silvio Moser y
Joakim Bonnier. Sobre éstos poco se puede decir porque salen a hacer
su propia carrera sin preocuparse mucho por lo que pasa adelante. Prácticamente
no brindaron nada digno de destacar, salvo en alguno de esos casos, una
lentitud exasperante.
De
los demás sí se puede hablar con elementos de juicio. Chris Amon
mostró mucho y bueno. Piloto muy veloz, agresivo, con ritmo, un
auténtico piloto de Fórmula Uno. Corriendo con Matra puede alcanzar
lo que no ha conseguido nunca hasta ahora: ganar una carrera puntable
por el campeonato mundial de conductores. Siffert, Pescarolo, Bel y
Stommelen demostraron que si se anda fuerte en SP también se muestran
las mismas virtudes sobre los F1,. sobre todo Rolf Stommelen que
promete convertirse en
algo serio. Emerson Fittipaldi lo mismo.
En
cambio Reine Wisell parecía no encontrarle muy bien la vuelta al Lotus
72 de acuerdo a las maniobras raras con que dio tema para la tribuna del
Ombú, pero al estudiar los relojes hubo que aceptar que el sueco también
sabe mover las manos.
Consiguió el récord de vuelta en la
primera serie y por lo tanto se comprueba que por algo Chapman le echó
el ojo. Simplemente hay que esperarlo un tiempo más.
Wilson
Fittipaldi fue la otra grata novedad. De correr en Fórmula Tres pasó
directamente a un F1 y se adaptó rápidamente cumpliendo un papel
ideal para un piloto sin ninguna experiencia en F1. Fuerte pero
sensato sin descontrolarse ni aun cuando durante varias vueltas se
aguantó la carga de Jo Siffert en la segunda serie. Allí Wilsinho
demostró que hay condiciones de sobra para seguir el camino del
hermano.
CARLOS
REUTEMANN
Llegamos por último al punto más importante de la
carrera para todos los que estaban en el autódromo y que se dieron el
gusto de ovacionar a un argentino subido al podio de los tres primeros:
un hecho que no se producía desde hace muchísimos años.
La
carrera de Carlos Reutemann fue desde todo punto de vista, sensacional.
Demostró una adaptabilidad al coche notablemente rápida y como
si la diferencia de potencia no fuera nada marcó tiempos competitivos
en seguida. Anduvo fuerte en todos los sectores del circuito, con
ritmo sostenido durante las 50 vueltas y definitivamente en el
mismo nivel de los mejores. Largó muy bien en la segunda serie y a
pesar de correr marcando tiempos excelentes, rodeado por Bell, Siffert,
Pescarolo y Amon, Lole seguía pensando en su carrera, en su decisión
de llegar antes que aspirar a un puesto destacado y que finalmente se
concretó en un tercer lugar extraordinario. A Chris Amon era
imposible discutirle la punta y Pescarolo se escapó ya en la primera
serie.
Reutemann no intentó locuras imposibles y finalizó una carrera
de gran regularidad pero sin mezquinar por eso garra, agresividad y
virtuosismo conductivo.
Sin
duda la experiencia de Europa resultó fundamental y por fin un hecho
concreto como esta carrera se encargó de demostrarlo. Reutemann
volverá
por supuesto a Europa y a seguir corriendo con F2 pero con un escalón
más ya escalado: correr en F1 y demostrar que también está para la
categoría mayor. Falta por supuesto seguir acumulando experiencia pero
desde el punto de vista estrictamente
conductivo Lole es ya un piloto internacional de los mejores.

Ante el paso siempre fuerte de Lole Reutemann vibraron las tribunas del autódromo. Excelente debut de Reutemann en F.1
Lo único que podría lamentarse es que no hayan venido más pilotos
importantes porque resulta que detrás de Reutemann queda ubicado David
Prophet con vueltas menos, lo cual podría dar una idea equivocada de la
situación. Lo real es que Lole estuvo en todo momento en el grupo de los
primeros y puede aspirar a figurar en un cuarto o quinto puesto de una
carrera de F1 con todos los nombres importantes.
Para
Reutemann y para el automovilismo argentino por igual eso fue lo más
importante de la carrera de F1. Pero hay muchas cosas más que merecen
contarse en detalle. Sigamos cronológicamente los hechos de esta
carrera de cierre de la Temporada.

El ingles Derek Bell también anduvo bien. Giro muchas vueltas junto a Reutemann hasta que abandono por rotura del árbol de levas
Viernes
22
En
enero de 1960 se apagaban los ecos del ruido a F1 internacional en
nuestro país. Casi exactamente diez años después, el mismo ruido -corregido y aumentado-
vuelve para sacudirnos esa modorra que supimos
conseguir. Sin el clima de las carreras recientes de SP, sin los nutridos
equipos oficiales, con 11 autos de F1 más cuatro de F. 5 Litros, con
menos público en las tribunas pero –definitivamente– con todo lo
que puede tener de importante la fórmula mayor del automovilismo
mundial, el viernes 22 de enero la F1 internacional volvió a casa.
Se
dio entonces el primer contacto de los pilotos con nuestro autódromo;
muchos de ellos lo habían recorrido a pie durante la mañana,
coincidiendo plenamente todos al calificarlo como seguro y con el piso en
muy buenas condiciones.
A
las tres de la tarde se habilitó la pista, y los primeros en salir a
"reconocer" fueron Chris Amon con el Matra F-120 oficial,
Emerson Fittipaldi con el Lotus 72 también oficial y Henri
Pescarolo con el March 701 del Frank Williams Team. Ninguno apuró en las
primeras vueltas; siguiendo un proceso gradual, fueron buscando los
tiempos y los límites adecuados, todos sin excepción.

Sobre el baqueteado Lotus 49 C, Wilson Fittipaldi también debutó en F1 cumpliendo una actuación destacada
Desde
el ofidiario -o tribunita del ombú- fuimos tomando los tiempos
mínimos empleados por los más rápidos en recorrer los mixtos. Fueron
los siguientes:
Pescarolo: 28s; Emerson Fittipaldi: 28s 4/5; Bell: 29s;
Siffert: 29s 3/5; Wilson Fittipaldi, que tres vueltas consiguió reducir
los 33s iniciales a 29s 4/5. La mejor vuelta, alrededor de las cuatro de
la tarde era para Pescarolo, con 1m20s00.
Mientras
tanto, pequeños problemas, especialmente de puesta
a punto, fueron apareciendo y solucionándose en los autos de Rolf
Stommelen (Surtees TS-7) y en el March 701 particular de Sepi Siffert; el
primero no podía mejorar su tiempo -1m 27s- y Siffert alternaba
vueltas correctas con otras que no tenían nada que ver.
Un
nuevo chequeo de tiempos en los mixtos, alrededor de las cuatro y media
de la tarde, evidenció las mejoras: Amon tardaba 27s 1/5, igual que Emerson
Fittipaldi; Bell y Pescarolo 27s 4/5; Siffert 28s; Wilson Fittipaldi
28s 3/5 y el mejor -hasta ese momento- F5 Litros era el de Prophet
que, como sapo de otro pozo, no podía bajar de manera alguna los 30s, debido
en gran parte a los esfuerzos de Prophet, quien no pudo borrar la imagen
ganada en la anterior temporada internacional de SP con su Lola Mk pirulo.
A
la misma hora -cuatro y media- Lole Reutemann y Mc Laren M7C
salieron a girar juntos. Sorprendentemente, al promediar la tercera
vuelta, Reutemann consiguió igualar y mantener durante el transcurso de
las tres vueltas siguientes el mejor tiempo para mixtos de Amon y Emerson
Fittipaldi: 27s 1/5. En ese momento, el mejor tiempo para la vuelta correspondía
a Fittipaldi: 1m18s.
Corregidos
los problemas del Surtees TS 7 de Stommelen, éste no tuvo problemas en
demostrar todo lo que demostró sobre el Alfa 33/3 dos domingos antes;
los tiempos descendieron en magnitud y, sobre el cierre de la sesión de
entrenamiento, se ubicó como escolta del mejor -Chris Amon- seguido
por Fittipaldi, Pescarolo, Siffert, Reutemann y toda la cría.
Hechos
más o menos importantes del viernes: la solvencia evidenciada por
Emerson Fittipaldi dominando a un Lotus 72 que no se tenía como era
debido. La prolijidad absoluta y rendimiento parejo de Chris Amon. La
adaptación inmediata de Lole Reutemann a un F1, sobre el que se sienta
por primera vez. La diferencia astro-nómica entre los F1 y los F.5
Litros (ver clasificación). Y por sobre todas las cosas, las sesiones
preliminares del GP de la República Argentina.
Viernes
non sancto
Inaugurada
la pista para las primeras pruebas a las 15 hs., recién media hora
después fueron cayendo los primeros coches a los boxes nuevos. El March de Pescarolo fue el que tuvo el honor de ser (a las 15,45) el
primer Fórmula Uno internacional que circulara en una pista argentina
desde 1960. Lole salió a probar a las 16.30 y
quince minutos después lo hizo el Nene García Veiga. Marincovich ni mus.

Imponente
marco presentaba el autódromo. El Matra y el Lotus 72 fueron el centro
de la atracción de todos.
Uno
por uno: Reutemann de los argentinos fue el único que
"anduvo" realmente con el Mc Laren F-1 de Bonnier haciendo el
sexto mejor tiempo con un vuelta a 1m17s73 que lo colocaron a sólo 1s8 décimas
del mejor tiempo de la tarde. Se bajó muy conforme con
la máquina y ante nuestra requisitoria contestó muy honestamente:
"iCómo no voy a estar contento con el auto, si es más de lo
que puedo pedir!"... Al menos se disipó una duda.
García
Veiga no fue tan afortunado con el Surtees 5 litros de la escudería
de Luigi Chinetti. Primero tuvo problemas con la administración del
pedal de acelerador en la maniobra de arranque con lo que el Chevrolet
quedó con sus bujías empastadas. Luego del cambio de "candele"
y después de otras dificultades, el Nene tomó pista y luego
de seis vueltas se mandó el trompo padre antes de la entrada al
mixto. Después ya no quiso arrancar el motor y la máquina volvió a
boxes. "EI motor sin ser gran cosa, empuja bastante, pero el
chasis es sumamente indócil y el coche se mueve para todos
lados" comentó el del "juego grande" cuando se apeó
definitivamente. A esa altura, ya el Ing. Joseph estaba trabajando
en el cambio de multiplicaciones -demasiado largas- dado que el
equipo contaba con un solo mecánico, insuficiente para atender los
dos autos.
Pero
el que bailó con la más fea fue Marincovich. Eran las cinco de la
tarde y todavía estaban armando la caja de velocidades. Salió el
McLaren cuando solo quedaban diez minutos, para probar pero manejado
por su dueño, el "lampiño" Gregory Young, que no pudo
completar una vuelta pues se quedó en la horquilla. De todas maneras
Marincovich que iba a correr el auto de David Prophet, compartirá con Young el McLaren 5 litros, largando el argentino en la primera
serie.
El
zumbido del Matra MS120 de Amon nos retrotrajo a una docena de
días atrás ya que es el mismo motor del SP (pero con unas 400 rpm
más) el que lo impulsa. Sencillamente como para oírlo y que se
pongan los pelos de punta. Salió a girar y cuando lograron bajar
los 1m16s por media décima se fueron al mazo satisfechos. Si
aguanta el auto azul es candidato.
También
debuta en F1 Wilson Fittipaldi.
Su primer contacto con el Lotus 49 C (auto con el que ganara Rindt el
GP de Mónaco) se dio el viernes no bien se abrió la sesión de
entrenamiento. A pesar de su inexperiencia, se manifestó totalmente
apto. Ver su ubicación en la clasificación final, a solamente dos
segundos de Amon.

Surtees TS5 Chevrolet de Fórmula 5000 de García Veiga
Sábado
23
Varios
hechos concurrieron para que en las pruebas clasificatorias del
sábado pasara poco o nada. En primer término dos tormentas: una
antes de las pruebas en la noche del viernes que destrozaron la mitad
de los boxes nuevos de estructura tubular y que retrasó el comienzo
de la actividad en pista hasta las 16,35 hs.
En
la primera hora de clasificación prácticamente sucedió todo lo
importante que luego se reflejaría en las planillas. Después de diez
pasadas, la máquina blanco y azul de Stommelen lograba bajar en una
décima el tiempo de Amon con el Matra en el día anterior y esos
1m15s 85 centésimas ya no serían mejorados. Y creemos que no fue
mejorado porque cuando había conseguido un tiempo sólo 3
centésimas mayor que el del alemán, comenzaron a caer las primeras
gotas de una lluvia que luego se haría torrencial. Y con la lluvia se
terminaron las esperanzas de varios que aún tenían algo que
mejorar. Llamaba la atención el tiempo de Lole que ubicaba al
McLaren amarillo a sólo seis décimas del mejor tiempo y lo que es
más obtenido el registro en apenas diez giros al circuito.
De
las máquinas de punta la de Bell fue la que más trabajo dio en sus
boxes, compartiendo problemas de tenida con sus coequipers de March.
A
las 17 San Pedro mandaba gallegos de punta desde sus celestiales
alturas. Como a una orden, los coches fueron entrando precipitadamente
en los quince boxes salvados de la tormenta anterior. Tras una aclaración
de Juan Manuel Fangio en el sentido de que los coches que no
estuvieran equipados con cubiertas para agua no podrían salir a la
pista, a los cincuenta minutos de producirse la detención masiva de
los coches éstos volvieron a la pista liderados por los tres March, que
dieron tres o cuatro vueltas para asentar neumáticos y pararon,
definitivamente. Tras éstos salieron varios otros, entre los
que estuvieron especialmente activos los coches del Gold Leaf Team Lotus
quienes entre ambos 72 dieron unas 20 vueltas bajo la lluvia. Otro
activo fue el americano Gregory Young que con el
McLaren que compartiría con Carlos Marincovich salió recién a las 18.30
y recorrió 14 veces el número nueve. Menos suerte tuvo el restante
corredor local -García Veiga- ya que a su máquina se le estaba cambiando
el motor después de una rotura general debida a que giraron cojinetes de
biela y no pudo clasificar.
Como
de acuerdo a los reglamentos, los tiempos logrados en los entrenamientos
del viernes eran válidos para el encolumnamiento final, pudo ser de la
partida.

Lola T190 Chevrolet de Fórmula 5000 de Joakim Bonnier
Sábado
de lluvia
Cuando
comenzó la lluvia salieron a relucir las gomas para andar sobre lo
mojado. La gente de GoodYear hizo calzar a algunos de los coches que
usan esa marca con unos nuevos neumáticos realizados con un compuesto
no utilizado antes en carrera denominado G-20. Esta mezcla es ligeramente
más dura que la de las cubiertas normales para piso seco (llamado G-20)
y por supuesto mucho más higroscópico. El diseño de la banda de
rodamiento reproduce artística guarda griega y se complementa con vistosa
canaleta al medio de casi una pulgada de ancho por 8 milímetros de
profundidad.
Y
sigamos con las gomas. Dos marcas monopolizan el aprovisionamiento de
dichos elementos: Firestone y GoodYear. Casi todos los coches de punta
usaron Firestone (equipos March y Lotus y el único Surtees de F1),
mientras que el Matra vencedor y los McLaren, el Surtees de 5000, el
Bellasi y el Lola calzaban gomas con la marca del rombo apaisado.
Sepi
Siffert comentaba a CORSA el sábado que en realidad la actuación de los
March podía considerarse como muy buena ya que en Europa el coche no es
de los acostumbrados a tutearse con la vanguardia. El suizo atribuyó
el hecho a que el piso del autódromo, por su consistencia y textura,
favorece en gran medida el desplazamiento de los March a los que se los
conoce como particularmente indóciles.
El
Bellasi de Moser tuvo problemas con engranajes de la caja de velocidades
el viernes y justamente con los que debía usar en carrera. Ya la desesperación
cundía cuando por indicación de un comedido recurrieron a don Pepe
Sáenz, que se comprometió a fabricarle los engranajes necesarios. En la
noche
del viernes se hicieron éstos y el sábado el Bellasi clasificó (y
corrió el domingo) con caja de corazón nacional. El diminuto Moser se
mostró conforme con el injerto.
Una ligera observación nos permitió
detectar el solvente tránsito de Emerson bajo la lluvia y con la pista
muy mojada. En el tobogán su andar fue mucho más veloz que el del resto
en iguales condiciones. Esto acrecentaba la chance del hombre de Lotus si
se reiteraba el agua el día de la carrera, aunque en lo mojado Chris
Amon es reconocido en Europa como un hombre muy veloz.
De
Colin Chapman al debutante Wilson Fittipaldi: "Su hermano ganó en
F-1 luego de correr cinco carreras" -y agregó:- “No trate
de hacer nada del otro mundo; corra tranquilo y trate de llegar. Lo
demás vendrá solo”. Un Colin que da consejos, más que un Colin...
Otra
de don Chapman. El viernes Emerson tuvo algunos problemas de tenida, pero
ante la ausencia del capo, se resolvió no innovar. El sábado Colin lo
hizo andar unas vueltas al triunfador del GP de USA y luego lo paro para
hacer personalmente algunas correcciones en la geometría del tren
delantero.
No se supo qué resultado dio el arreglo pues la lluvia impidió la
comprobación.

McLaren M10B Chevrolet de Fórmula 5000 de David Prophet
Domingo
24
La
carrera
La
largada de la primera serie -efectuada al estilo Indianápolis, o sea
un sistema inédito para la categoría- arrojó a la salida del
curvón un ordenamiento que muy pocos habrían previsto.
Era
-sí- fácil adivinar que Rolf Stommelen intentaría hacer valer el
mayor pique de su motor V8 para superar al Matra de Chris Amon antes que
los mixtos ordenaran la fila india. Pero lo insólito fue ver aparecer
detrás del Surtees azul y blanco del alemán a Jo Siffert y Henri
Pescarolo, montando sendos March y pasando al segundo y tercer puesto en
pleno curvón aprovechando las ventajas de haber largado con más viveza a
pesar de venir de la tercera y cuarta fila respectivamente.

Chris Amon
Por la curva
del Ombú, en un torbellino de ruidos y colores, la cosa venía alineada
así: Stommelen, Siffert, Pescarolo, Wisell, Fittipaldi, Amon, Reutemann,
Wilson Fittipaldi y Derek Bell. De los diez F1 que habían
largado, nueve de ellos formaban el compacto trencito que daría
definición a las acciones del día. Silvio Moser, con su Bellasi-Cosworth,
se mantenía sin mezclarse con los plebeyos de la Fórmula 5.000, pero
ya se evidenciaba que tanto él como los que lo seguían no iban a poder
andar ni cerca de los pursang.
El “Show de las Manos Maestras”
siguió en la segunda vuelta al mismo ritmo encarnizado de la primera, y
con las mismas posiciones en el lote de F1; entre los "cinco lucas"
el poco estimado David Prophet trataba de no perder mucho terreno, el
"Nene" García Veiga ganaba un puesto poco antes de abandonar, y
a pesar de la batata vieja que le tocó en suerte -o desgracia- mientras Joakim Bonnier no hacía
mucho favor a su imagen de líder de
los pilotos, transitando lentamente en el último puesto.
En la cuarta
vuelta Amon supero a Emerson Fittipaldi en lo que sería el escenario de
sus maniobras más brillantes: la frenada de entrada al mixto. Tres
vueltas más adelante pasaría a Wisell con la misma maniobra y en el
mismo lugar, metiendo ]a trompa por adentro y frenando sobre la curva. Un
violento trompo de “Gordie" Spice a la salida del Ombú entretuvo
a los muchachos hasta la llegada del pelotón todavía compacto en los
cinco primeros puestos y con los tres restantes -hablando de los veloces- no lejos.
Comenzando a animarse un poco más que al principio,
Lole
Reutemann pasó a Wilson Fittipaldi y apuntó con decisión a la cola de
Emerson. A todo esto, Emerson no cumplía con lo que se esperaba de él
debido a la horrible tenida del Lotus 72, un aparato de construcción exquisita pero con alarmantes tendencias a sacar la cola
violentamente y
salir de viaje para cualquier lado. El problema se agravó aún más
cuando en la vuelta 12 el auto perdió el alerón del lado izquierdo de
la trompa, por lo que la rueda derecha comenzó a viajar de costeleta en
todas las curvas resintiendo el funcionamiento de esa parte de la suspensión
y haciéndolo marcadamente subvirante.
En
la vuelta 18 todos pasaron tan cerca unos de otros -incluso Lole,
separado de Bell y Wilson- que parecía que la carrera recién se
largaba. Sin embargo Stommelen parecía dominar la serie a voluntad regulando
la potencia de su bólido según las conveniencias. En la 20 el orden era:
Stommelen, Siffert, Pescarolo, Amon, Wisell, Lole y más atrás Bell y
Wilson Fittipaldi. Emerson había parado a poner un spoiler nuevo en la
trompa del 72.
La
imagen es siempre espectacular. El sábado los F1 anduvieron bajo la
lluvia y aquí lo vemos a Emerson Fittipaldi doblando en la horquilla.
Amon
siguió intentando arrimarse a la punta y logró pasar un par de veces a
Pescarolo pero Siffert se constituyó en un escollo infranqueable, y
prueba
de ello es que en una de las tentativas de pasarlo, el Matra resultó con
rotura de spoiler delantero al encontrarse repentinamente con la cola
del March del suizo tapándole el camino.
En
materia de novedades en las posiciones no se produjeron muchas más, pero
el ritmo de la serie permitió seguir gozándola hasta el final, sobre el
cual Pescarolo consolidó su brillante tercer puesto a pesar de los
embates de Amon. Con respecto a éste, dejo la impresión de tener resto, impresión
que se confirmaría en muchos cuando en la segunda serie se le
hizo el campo orégano.

Emmerson Fittipaldi y su Lotus 72
Segunda
serie
El
desarrollo do la primera serie (lejos lo mejor que habíamos visto en
años en nuestro país) hizo prever que la segunda y definitoria iba a
ser mejor aún. El pronostico no se equivoco. Saliendo como por un tubo
desde el curvón a la de Ascari, el ceñido pelotón se alineó en la
pequeña recta de unión con Seppi Siffert decididamente a la cabeza y
detrás Stommelen, Pescarolo, Lole Reutemann -¡sensacional!- Amon,
Bell, Wisell, Wilson Fittipaldi, -Emerson no largó- y el resto.
En
la segunda vuelta Amon paso a Reutemann con mucho motor en la recta que va
a la curva de Ascari y su manera de conducir daba la impresión de que el
hombre iba a jugarse. Stommelen, al no poder pasar al "impasable"
Siffert, comenzó a tirarse con todo, un poco prematuramente, y en la
tercera vuelta hizo un trompo en la horquilla que prácticamente
destruyó su chance.

Carlos Reutemann
Al sortear por cuarta vez los mixtos Amon había
pasado a Siffert demostrando más serenidad que Stommelen, siempre en la
"horquillita" de entrada al mixto, Pescarolo se mantenía
tercero
con Lole sin prejuicios a la, cola y Stommelen había quedado octavo,
presenciando de atrás el duelo Wisell - Bell, W. Fittipaldi. En cuanto
Amon tomó la punta, comenzaron a establecerse diferencias que no se
habían
marcado en la primera serie. El neocelandés comenzó a bajar tiempos y
Seppi quedo solo en su persecución.
A su vez Pescarolo logró poner un
poco de luz entre su March y el McLaren
de Reutemann, mientras a este comenzó a acercársele Derek Bell. Un
espectacular trompo de Seppi a la salida del curvón lo relegaría al quinto
puesto en la octava vuelta y así las cosas la carrera comenzó
a cobrar su fisonomía final: Amon, Pescarolo, Reutemann.

Lotus 49 C de Wilson Fittipaldi
Sobre la mitad
de la serie, Derek Bell alcanzo a Reutemann después de muchos giros de
esfuerzo continuo que acabó con la salud de su March, obligándolo a
abandonar y a dejar todo como estaba.
Una
serie de roturas en las máquinas del primer pelotón -o sea las más
importantes- y un fuoripista sin consecuencias personales para el
suequito Reine Wisell dejó buenos puestos en manos de los muchachos de
la caña, el reel y el medio-mundo, léase David Prophet, o Gordon Spice,
conocidos ladrones de gallinas de la Gran Bretaña. Pero en cuanto al espectáculo, repetimos que hacia mucho tiempo que no veíamos algo
siquiera parecido.
El remate de Amon fue contundente, el segundo puesto
de Pescarolo fue merecido y brillante (sin pescar-olo) y en lo que
concierne a Lole los adjetivos están de más. ¡Gracias por devolvernos
al primer plano internacional, compañerito de redacción!.
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