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Road test de autos argentinos

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Temporada 1981 de la Fórmula 1
Fecha 10: Gran Premio de Alemania

Piquet "resucitó" a tiempo

Revista Corsa Nro 792. Agosto de 1981

 

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Prost picando en punta sobre la derecha y Reutemann segundo por el centro en excelente maniobra. Jones queda tapado por Arnoux y Pironi y Laffite se desprenden del resto. Sobre la izquierda, avanza Piquet, a la sazón brillante ganador de la carrera

Después de cinco carreras seguidas sin victorias, en las que había cosechado más despistes que puntos, y cuando su accidente en Inglaterra parecía haberlo dejado al margen de la lucha por el título, Nelson Piquet recuperó sus posibilidades en Alemania. Prost y Laffite completaron el podio. Mal día para el equipo Williams, aunque los autos mostraron una notable recuperación que permite volver a confiar en el futuro. ¿Cuál fue la política interna en el equipo del campeón?

1981 parece ya un calco de lo sucedido en 1980. En un momento clave del campeonato, nuevamente Nelson Piquet se transformó en, el gran rival, ganando una carrera excelente y amenazando con llevar la lucha hasta las últimas competencias, cuando en un momento pareció que Carlos Reutemann tenía su alcance la gran oportunidad de trasponer un escalón definitivo.

Nunca más cierto que las carreras terminan recién con la bandera a cuadros. De acuerdo a lo visto en clasificación "tenía" que ganar un Williams o un Renault. Piquet pareció arruinar sus chances en la primera curva al tocarse con Arnoux y dañar su bigote delantero izquierdo.

Y Alan Jones parecía más tarde el ganador fácil de una carrera donde Reutemann era el gran damnificado del día. Pero se fue quedando Jones por ese extraño problema de intermitencias en el motor que vienen sufriendo los Williams. Prost no disfrutaba de un motor con su régimen a pleno y Nelson Piquet pasó de la cuarta posición a la punta obteniendo nueve puntos fundamentales.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Es la vuelta previa en Hockenheim y Reutemann se apresura a salir antes que nadie para probar algo el muletto al que tuvo que recurrir a último momento

Nadie lo lamentará más que el equipo Williams en el momento de hacer el balance de lo que pasó en Hockenheim. El fin de semana fue largo y generoso en especulaciones alrededor del team favorito para ganar el Campeonato del Mundo por segundo año consecutivo.

Como ha pasado históricamente en muchos otros teams, el equipo Williams parecía mucho más concentrado en una sorda lucha interna (en buen estilo inglés, nadie demuestra sus propias sensaciones pero el clima tenso existe), y el resultado final del GP de Alemania fue una derrota que debiera hacer reflexionar a Frank Williams.

¿Hasta cuándo retardará su decisión de apoyar a Reutemann como el candidato al título 1981? Y si lo hace después de Hockenheim porque Piquet redujo notablemente la diferencia, ¿no será acaso una carrera más tarde de lo que debiera? La respuesta la tendremos el 17 de octubre en Las Vegas, pero entretanto se puede afirmar claramente que el equipo Williams dilapidó en Hockenheim la gran oportunidad de brindarle a Reutemann una ventaja más confortable aún en el puntaje.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Instantes previos a la definición, Piquet se apresta a dar la "estocada" final a Jones

Se puede romper el motor en carrera, es verdad. Pero también es cierto que Reutemann sufrió demasiados inconvenientes durante el fin de semana como para refugiarse simplemente en la explicación de un día de mala suerte.

Por empezar: ¿por qué razón el equipo Williams no llevó cuatro chasis a Hockenheim en lugar de tres, dos para Jones, uno para Reutemann? si cada piloto hubiera tenido dos autos a su disposición, tal como en Silverstone, Reutemann no sólo habría podido clasificar normalmente el día viernes sino que podría haber largado el domingo normalmente con un auto adecuado a su propio estilo, y no obligado a saltar al muletto de Alan Jones cuando se rompió el motor de su propio chasis en la prueba de tanques llenos el domingo a la mañana.

Aún si es indiscutible que los autos del equipo son similares, la comodidad de tener dos chasis para trabajar es una ventaja que nunca se hizo tan evidente como Hockenheim.

Esa ventaja la disfrutó Alan Jones, y Carlos Reutemann tuvo que resignarse a trabajar en inferioridad, haciendo gala de una notable reacción de vergüenza deportiva que lo llevó a superar al propio Jones en clasificación, y a cumplir una impresionante primera porción de carrera detrás de Prost, pese a que el muletto de Jones era más de un segundo más lento que su propio auto.

Tal como se desarrolló la carrera, Reutemann podría haber ganado aún con ese auto inferior, si no volvía a sufrir una rotura de motor que lo dejó en medio del circuito viendo cómo se le escapaba una de sus mejores carreras para asegurar su liderazgo.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
El australiano al tomar la punta entre los dos Renault en maniobra sencillamente brillante

En segundo lugar, cabe hacerse una pregunta aún más de fondo: ¿por qué malgastó el equipo Williams una gran oportunidad como Hockenheim para dar un paso definitivo hacia el Campeonato?, ¿por qué siguen prefiriendo a Alan Jones?.

Es más que probable, que sea una elección legítima según lo hemos afirmado varias veces, contra lo que puede ser la sensación primera en cualquier argentino herido en su amor propio nacional por "lo que le hacen a Lole". Frank Williams tiene todo el derecho del mundo a preferir a un piloto sobre otro, y lo acaba de demostrar la semana pasada al firmar nuevamente contrato con Alan Jones como primer piloto para 1982.

Pero lo que no tiene lógica es que por querer que gane Jones se deje de lado la oportunidad que significa Reutemann. Todo marchaba bien mientras Jones iba adelante y podía ganar la carrera. Pero los cálculos del equipo Williams se vinieron abajo cuando Alan Jones pasó frente a boxes haciendo señas de que el motor andaba mal, y en este momento no deben alcanzar los lamentos por los puntos que tampoco sumó Reutemann.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Punteaba Jones (que no está en la foto) seguido por Prost, Reutemann y Piquet que comenzaba la escalada que lo llevaría a la victoria

Paradójicamente, para el argentino ha sido casi una suerte que ganara Piquet, su mayor rival. Tal como están ahora las cosas en el Campeonato, Williams tendrá que tomar una decisión final para defender el primer puesto. "Es el título lo que nos interesa", confirmó una vez más Williams indicando que no está dispuesto a ceder nada.

Para Jones el resultado de la carrera fue peor que nunca y, superado incluso por Laffite en el Campeonato, es evidente que tanto en Austria como en Holanda el equipo Williams deberá concentrar su esfuerzo en defender la posición de Reutemann frente a Piquet.

Si acaso hubiera ganado Jones colocándose a menor distancia de Reutemann, la situación sería aún más comprometedora para el argentino, ya que entonces la decisión de Williams sería más que nunca en favor del australiano. Pero es inevitable repetirse una vez más que Reutemann estaba dispuesto a ganar en Hockenheim el domingo a la mañana, y que todos sus planes volaron por la borda en esa prueba con tanques llenos y, después, en la carrera, con un auto que no era el suyo.

Por más que Piquet haya ganado muy bien, es inevitable subrayar que la gran derrota fue la del equipo Williams.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Alan Prost perseguido por Reutemann en los primeros tramos. Más tarde, Jones le arrebataría la vanguardia. Terminó segundo

Renault, Campeón en sábado

Era lo previsible, pero no dejó de ser igualmente impresionante. Otra vez Arnoux y Prost volvieron a dominar a voluntad el desarrollo de las pruebas de clasificación, como en Dijon o Silverstone, ganándose definitivamente el título moral de "Campeones Mundiales de Clasificación". Título poco grato para el equipo de Gerard Larrousse, pero que señala al menos todo lo que pueden hacer los autos amarillos en materia de performance pura.

Favorecido por la gran velocidad del circuito alemán, el motor turbo tiene que ser un favorito natural en Hockenheim. Pero no hay que olvidar que existe también una porción sinuosa que rompe totalmente un rol importante. Hockenheim es por lo tanto un trazado siempre muy difícil para la puesta a punto, porque exige un compromiso ideal entre carga aerodinámica para el sector lento y poca resistencia aerodinámica para la parte rápida, lo cual obliga siempre a un engorroso trabajo para encontrar el equilibrio, que suele ser precario.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Reutemann mortificando las polleritas en el mixto de Hockenheim. Fue el viernes, cuando el argentino ya corría con el auto muletto de Jones

Y si bien es verdad que Renault compensa con el turbo para viajar velozmente en las rectas, el equipo francés tuvo que suavizar un poco el régimen de rotación del motor para evitar el problema de válvulas sufrido en Silverstone (idéntico en el abandono de los dos autos en Hockenheim hace un año), lo cual no le impidió colocarse limpiamente en la primera fila de largada.

La diferencia de tiempos respecto al año pasado (Jones obtuvo la pole position en 1m45s85/100, o sea casi dos segundos más veloz que en 1981) se debe pura y exclusivamente a la diferencia en el uso del efecto suelo de entonces a ahora. Pese a la solución de las suspensiones hidroneumáticas, las polleritas deslizables eran de todos modos más perfectas para lograr una estanqueidad completa en el paso del aire por debajo de los pontones laterales, y esa diferencia se nota más en un circuito largo como Hockenheim.

Pero aunque este se recorrió por lo tanto a una velocidad ligeramente menor a la del año pasado, nuevamente fueron Renault y Williams los que estaban adelante al concluir la última hora de clasificación del día sábado. La sorpresa no era lo de Renault sino -por primera vez- la ubicación de los dos Williams, que recuperaron enorme terreno respecto de las últimas dos carreras.

Túnel de viento mediante, Patrick Head llevó a cabo un prolongado rediseño de las características aerodinámicas del auto, y el notable chasis FW07 volvió a dar ese paso adelante con el cual recuperar lo perdido en el último mes.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Jacques Laffite en carrera regular pero distante de la punta, terminó tercero

La primera tanda de tiempos no cronometrados dio incluso la impresión de que Alan Jones y Carlos Reutemann podrían ser los dueños de las primeras posiciones. Pero Renault -que había probado ya en Hockenheim hace tres semanas- disponía de la mayor parte de datos necesarios para el equilibrio del auto, y dedicó las dos tandas sin tiempos cronometrados al trabajo sobre cubiertas más duras, aptas para soportar el consumo de toda una carrera.

Como se recordara, los acuerdos de la Concorde imponen utilizar sólo dos juegos de gomas por auto en cada jornada de clasificación, lo cual excluye en principio que se puedan fabricar gomas demasiado blandas, aptas para cuatro o cinco vueltas pero que luego no sirven más y pueden dejar a un auto inmovilizado en la pista.

Esa particularidad ha creado una situación nueva: ahora Goodyear y Michelín llevan a cada Gran Premio un tipo de gomas más blando, que no es para clasificar, pero que finalmente tampoco es para correr una carrera. O sea que en realidad es "realmente" para clasificar, ya que su utilización es utópica en carrera salvo que hubiera condiciones extremadamente favorables desde el punto de vista climático.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Jones. El gran perdedor de Alemania

La desventaja de Williams en esa situación fue la siguiente: sin haber podido probar previamente como Renault, Jones y Reutemann trabajaron intensamente sobre los compuestos B y C de Goodyear.

Para darse cuenta al final del sábado que era casi imposible usarlos en carrera. Les faltaba probar el tipo "A" todavía -lo cual se dejó para el domingo a la mañana-, mientras Michelín y Renault estaban perfectamente en claro sobre lo que usarían en carrera: "gomas tipo 501, un poco más duras de las que empleamos el sábado, y si acaso hace mucho calor, una goma tipo 603, más resistente, en la rueda delantera izquierda".

Los otros aspirantes habituales habían quedado a una distancia relativamente grande respecto de los cuatro primeros. Las Ferrari iban muy rápido en recta, pero los dos pilotos se quejaban de una tenida muy difícil en todas las curvas lentas del "estadio", mientras que Nelson Piquet -bien recuperado de su accidente de Silverstone- creía haber encontrado el equilibrio ideal de su auto pero sin poder bajar su tiempo del viernes (como muchos otros pilotos), preguntándose con cierta extrañeza dónde está el secreto de Hockenheim, un circuito mucho más complejo de lo que parece a primera vista.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Nelson Piquet mantuvo al principio cerrado duelo con Reutemann, intercambiando posiciones hasta que el Williams defeccionó. Con él, Goodyear ganó su primer GP del año

Los dos McLaren cerraban la lista de los pocos que habían bajado del minuto y 50 segundos, y el resto del pelotón se fue ordenando sin sorpresas, de acuerdo a la jerarquía técnica que suele ser habitual. Los Alfa Romeo, allí no más pero sin poder disputar la punta todavía, el Arrows de Patrese, muy cerca también, lo que marca un gran esfuerzo de Pirelli, recién en su segunda carrera efectiva; y los reaparecidos Lotus 88B, muy parejos entre sí pero de la mitad para atrás.

Al fondo, en cambio, dos nuevas frustraciones que también tienen algo de crónico: la de los equipos Toleman y Fittipaldi, que enfrentan sendos problemas graves, mecánico uno (el motor Hart Turbo), financiero el otro (Fittipaldi) y que no muestran señales de recuperación a corto plazo.

El gran alivio del sábado, por su lado, fue el de Carlos Reutemann. El argentino casi no había podido girar el viernes porque se quedó sin auto a la hora de la tanda cronometrada, y tuvo que recurrir al muletto de Alan Jones, cuya regulación era totalmente distinta de la de "Lole". Una rotura del tanque de aceite obligó a desmantelar toda la transmisión del chasis utilizado por Reutemann el viernes a la mañana con excelente resultado, y por lo tanto tuvo que resignarse a usar el muletto, quedando apenas décimo en la clasificación provisoria.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
John Watson finalizó sexto en carrera lejana del brillo de Silverstone. En la foto delante de Jarier

El problema se agudizó el sábado a la mañana, que comenzó con una tormenta "tropical", y si continuaba lloviendo Reutemann quedaría condenado a largar en quinta fila, lejos de sus rivales directos en la lucha por el Campeonato. Pero mejoró el clima, el auto titular de Reutemann estaba listo para salir a la pista el sábado a la una de la tarde, y en esa hora final el argentino produjo una gran demostración de energía, al girar una y otra vez casi con furia para bajar progresivamente sus tiempos, y superar incluso al propio Alan Jones sobre el final de la práctica, ocupando el tercer puesto de largada, virtual pole position "moral" habida cuenta de la superioridad de los Renault. "Pero la carrera es otra cosa", seguía repitiendo incansable Reutemann, sin encandilarse con la satisfacción del sábado.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Laffite en la largada se ubicaba sexto tras Prost, Reutemann, Arnoux, Pironi y Jones, delante de Piquet

Las sorpresas del domingo

En efecto, la carrera fue otra cosa. Muy distinta de lo que se esperaba, y cuyas sorpresas comenzaron con una serie de acontecimientos de gran nerviosismo en la prueba de tanques llenos. En el box Renault, Alain Prost se bajó desalentado del auto porque el motor no superaba 10.400 vueltas en lugar de llegar a las habituales 11.200. Urgentemente se reemplazaron los dos turbo compresores en el motor del auto que largaba en punta, pero ya sin poder probar nada antes de la carrera.

En el box de Williams, por su parte, tras haber marcado el mejor tiempo con tanques llenos hasta ese momento, Carlos Reutemann llegaba a boxes haciendo gestos y bajando como una saeta rumbo al muletto que lógicamente tenía el número 1 y la inscripción "Alan Jones".

Un breve intercambio de palabras con Frank Williams brindó el diagnóstico: motor. Patrick Head se inclinó para ver si había aceite por donde no correspondía, y el propio Keith Duckworth se acercó a ver qué sucedía en el auto que parecía el favorito natural para el GP de Alemania. De inmediato lo guardaron en el box y comenzó un trabajo contra reloj para colocar otro motor en el chasis de Reutemann.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Punteó Prost, punteó Jones, pudo ser para Reutemann pero al final ganó Nelson Piquet y justamente en una carrera que no parecía para él. Un toque en la primera curva le dañó el bigote delantero y eso lo alejó de la lucha por la punta. Hasta que se cayeron todos

La maniobra se hizo a tiempo, y media hora antes de la carrera el auto número 2 tenía ya otro Cosworth instalado. Pero subsistía el mismo problema que luego sufrió Jones -intermitencias de ignoto origen-, y se tuvo que tomar la decisión de menor riesgo, o sea correr con el muletto de Jones, que era considerablemente más lento. Huelga decir que Reutemann no estaba con el humor ideal para que un periodista de un diario desconocido llegara a preguntarle: "¿cómo anda el auto, Reutemann?"

Ese estado de rabia contra la adversidad volvió a mostrar entonces a un Reutemann decidido a pelear contra todo desde la largada, donde partió limpiamente y llegó a la primera curva pegado a Prost y desplazando a Arnoux. Contra todas las expectativas, el Williams número dos lograba mantener el ritmo inicial del Renault y era bien notorio el modo impresionante en el cual Reutemann descontaba metros en toda la zona trabada del circuito.

Pero nadie puede superar fácilmente a un motor turbo en las rectas de Hockenheim, aún cuando Prost seguía sin recuperar las revoluciones perdidas en la mañana.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Los Williams presentaron nuevos pontones en los dos autos titulares incorporando además "bigotes" delanteros dobles, aparte del nuevo carenado del motor

Por su parte, Pironi, que había largado muy bien (cuarto en la primera curva) se quedaba con el motor mudo y Arnoux entraba a boxes en la primera vuelta a cambiar una goma arruinada por un toque de Nelson Piquet que dejó en la maniobra parte de su alerón delantero izquierdo.

Tercero quedó entonces Jones, aunque un poco más lejos de Prost y Reutemann, pero rápidamente achicó la distancia, por cuanto era evidente que el Renault frenaba en realidad el desarrollo de la carrera. En las vueltas que siguieron, Reutemann fue entonces superado por Jones y Piquet, cuyos autos eran más veloces.

Pero la barrera que implicaba Alain Prost no permitió sin embargo que ese pelotón de cuatro autos se disgregara en ningún momento. Así, al llegar a la vuelta diez -suficiente como para tener la primera visión general de lo que pasa en un Gran Premio- Prost, Jones, Piquet y Reutemann se habían destacado netamente de un segundo grupo integrado por Laffite, Tambay, Rebaque y el inefable Villeneuve, que una vez mas venía haciendo milagros para contener el avance de autos mas veloces que querían pasarlo por donde fuera, pero sin que la tarea fuera fácil.

Repentinamente, Reutemann volvió a acercarse al Brabham de Piquet y recuperó el tercer puesto, acercándose a Jones como si aún faltara mucho por discutir. Pero la causa estaba en realidad en la pérdida de adherencia del Brabham de Piquet (ver recuadro aparte) y la ilusión duró poco más, porque luego el Williams del argentino volvió a perder terreno en forma paulatina evidenciando que debía suceder algo importante. Hasta que Reutemann paró al costado. Ya sin motor, volvió a boxes para tomar un helicóptero y luego un avión en Frankfurt, casi al mismo tiempo que la carrera continuaba todavía en Hockenheim.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Reutemann a punto de ser superado por Piquet. Luego de su toque de la primera vuelta con Arnoux, el brasileño avanzó en forma incontenible al primer lugar aún a pesar de no tener muy buena adherencia en su Brabham

Antes del abandono de Reutemann, sin embargo, se había producido la alternativa más interesante de la carrera, o sea la culminación de la dura lucha entre Prost y Jones por el primer puesto. Durante muchas vueltas Alain Prost resistió en forma brillante los embates de Alan Jones, que llegó a colocarse exactamente al costado del Renault en una curva del mixto, pero que tuvo que ceder prudentemente la colocación cuando Prost mantuvo su línea para la siguiente curva en notable demostración de autoridad y virtuosidad conductiva.

El australiano devolvió la estocada poco después, en la vuelta 21, cuando los tres autos de punta -Prost, Jones, Reutemann- entraron al mixto del Estadio justo detrás de René Arnoux que perdía una vuelta. Insólitamente, los dos Renault se molestaron entre sí o acaso Arnoux no miró los espejos como correspondía, y en el momento de la frenada para entrar a la Sachskurve, hubo un instante de hesitación en Prost, que no supo por dónde doblaría Arnoux.

La duda fue fulmíneamente aprovechada por Jones, que se zambulló entre los dos. La maniobra fue digna de un gran piloto, y de las que merecen coronarse con una victoria. Prost, circulando siempre adelante, era capaz de contener a todo un pelotón como lo hizo Villeneuve en España, y Jones aprovechó la primera oportunidad disponible para pasar al frente y cambiar por completo el panorama de la carrera.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Bien ubicado al final Rebaque con el segundo Brabham (cuarto)

Tenía que ser para Piquet

Con Jones en la punta, las cosas cambiaron por completo porque el Williams de inmediato se escapó sin rivales a la vista, y el GP de Alemania parecía a medida de los deseos del equipo Williams, con Jones adelante y Reutemann ya camino a su propia casa en Francia.

Allí faltaba entonces el último golpe de escena del domingo, que fueron las señas desesperadas de Jones, indicando su problema de motor (y acaso pidiendo la bandera a cuadros cuando cayeron unas tímidas gotas de lluvia sobre el final), y el implacable avance de Nelson Piquet a la punta,que se le ofrecía casi inesperadamente.

Prost tampoco pudo contener al Brabham lanzado a la caza de Jones, y el brasileño se dio incluso el lujo de pasarlo a éste frente a los boxes en lo que debe haber sido una revancha personal frente al australiano.

El triunfo de Brabham marcó también la primera victoria para Goodyear desde su retorno a la Fórmula Uno, lo cual indica que la marca americana va poniéndose a tono rápidamente. Y sí bien la jornada fue menos calurosa de lo que se temía, no es menos cierto que las gomas Goodyear soportaron mejor el esfuerzo que en los dos GP anteriores, y seguramente estarán ya en total igualdad de condiciones para lo que queda del Campeonato.

Y lo que queda es justo lo que importa. La lucha por el título es, más que nunca, Williams contra Brabham (aunque Laffite aparezca más cerca de lo esperado). Pero a partir de Hockenheim es, sobre todo, Piquet contra Reutemann. Ese es el dato que deberá tomar en cuenta el equipo Williams.

Por Germán Sopeña
Fotos. Roberto Pera y GS (Enviados especiales)

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Prost aguantó los embates de Jones y ayudó a que Piquet se acercara. Sucedió a mitad de carrera, luego cedería en favor de Jones, pero eso no sería definitivo ...

Patio de boxes

LAS DOS "B" DE ABBA Los cantantes masculinos del famoso grupo sueco (Bjórn y Bennie) se llegaron hasta la pista de Hockenheim el sábado para observar por primera vez "en directo" al baterista dedicado a la tarea de manejar un Fórmula Uno. Slim Borgudd no decepcionó (como no lo hizo nunca por otra parte desde que llegó un poco inesperadamente a la categoría) y logró clasificar dignamente en el circuito alemán. Después de las dos de la tarde se festejó como corresponde en la casa rodante de ATS.

AUTOS TODO TERRENO Casi todos los Fórmula Uno parecían en Hockenheim una especie de autos todo-terreno, como si fueran jeeps de cuatro ruedas motrices. El efecto visual -más notorio que ninguno en el Lotus 87- se debía a la considerable presión adoptada en los sistemas de suspensión para que el auto rozara lo menos posible contra el piso en cuanto el piloto levantaba el pie del acelerador y el auto perdía velocidad.

¿La razón?: disminuir a un mínimo el roce de las polleritas de goma fijas, que se deterioraban como nunca en el veloz trazado alemán. Además de las prolongadas zonas de gran velocidad, y prácticamente todos los equipos trabajaron intensamente reemplazando esos elementos durante los días de prueba.

Uno se pregunta para qué sirvieron tantos meses de discusión entre la Fisa y la Foca para resolver ese problema de las polleritas, y la verdad es que el asunto suena a ridículo. Pero Balestre y Ecclestone parecen haber olvidado todas sus rencillas y departieron amablemente durante todo el fin de semana.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Eddie Cheever (quinto) en el debut del Tyrrell 011. Prometedor

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CARENADO Y OTRAS COSAS La tapa cubre-motor de los Williams presentaba unas novedosas tomas de aire para las bocas de los inyectores, que aparentemente produjeron una apreciable ganancia. Del mismo modo, los dos autos estaban equipados con nuevas formas en sus pontones alares, lo cual mejoró el efecto suelo respecto de las últimas carreras.

Allí estaba lo esencial de la gran mejoría de los Williams de Silverstone a Hockenheim, pese a que ni el propio Frank Williams estaba absolutamente seguro de la razón fundamental de ese progreso. Las pequeñas mejoras aerodinámicas fueron de todos modos de importancia sustancial en un circuito como Hockenheim, lo cual explica el retorno de Williams a las primeras filas de largada.

RETORNO DE ANGEL GUERRA El piloto argentino volvió a aparecer en la Formula Uno el sábado de clasificación, aunque sin poder colocarse todavía el antiflama. Guerra aún camina con cierta dificultad, y si bien puede manejar sin problemas un auto de calle, no está en cambio en condiciones de subirse ya mismo al Fórmula Uno.

"Voy a practicar primero dando unas vueltas en los Osella dos Litros del Campeonato de Marcas, para saber exactamente cómo me encuentro. No sé por lo tanto cuándo podré correr nuevamente el Fórmula Uno".

Respondía el argentino. De todos modos, no existe ningún otro impedimento (Económico) para lo que queda de la temporada 1981, y en cuanto Guerra esté plenamente recuperado (podría ser de aquí a dos carreras más) retornaría a la conducción del Osella.

La situación es menos segura en el caso de Gabbiani, en cambio, que aún no habría depositado todo su patrocinio, y que no está totalmente conforme con las prestaciones del Osella con el cual suele quedar habitualmente fuera de clasificación. Para las últimas carreras de la temporada podría verse entonces a un equipo Osella integrado por Jarier-Guerra.

PATRESE CAMPEÓN DE TENIS El "Automóvil Club Deutschland", organizador de la carrera, realizó además un torneo de tenis relámpago reservado a los corredores de Fórmula Uno, que se efectuó el día viernes. Los participantes disputaban sólo un set para ir eliminándose entre sí, hasta que Jacques Laffite y Riccardo Patrese llegaron a la final tras eliminar a sus rivales. Esta tuvo que interrumpirse por falta de luz cuando Patrese Ganaba 5-4, y por lo tanto el italiano fue declarado vencedor.

TODO LISTO PARA LAS VEGAS Los organizadores del GP de Las Vegas (miembros del mundialmente famoso hotel-casino Caesar's Palace estuvieron en Hockenheim para tomar contacto con la prensa y explicar por qué tenían tanto interés en organizar un Gran Premio de Fórmula Uno:

"desde hace años nos interesa organizar un gran espectáculo deportivo que lleve gente a Las Vegas -explicó el americano Bill Weinberger, del Caesar's Palace-, y probamos alternativamente con el tenis y el boxeo que nos dieron buenos resultados, y luego con béisbol, fútbol americano, gimnasia y todo tipo de deportes que nos dieron menos resultado de lo que esperábamos.

Así nos dimos cuenta de que quienes van a pasar un fin de semana a Las Vegas no son necesariamente adeptos a un deporte en sí, sino qué prefieren ver un gran espectáculo de lo que sea, pero digno de ese adjetivo: espectacular.

Y creo que dimos en el blanco con la idea de hacer una carrera de Fórmula Uno. El problema es que cuando le hablamos por primera vez al S.C.C.A. de Estados Unidos para saber cómo organizar una carrera de F-1, nos dijeron que era prácticamente imposible obtener una tercera fecha por el Campeonato Mundial.

Pero poco después, en Long Beach, Chris Pook me presentó a Bernie Ecclestone y de inmediato nos pusimos de acuerdo en que era posible la operación. Eso fue hace cuatro años, y Bernie quería esperar un poco todavía para afirmar la carrera de Long Beach, que aún tenía ciertos problemas de financiación. Pero ahora llegó el momento y creo que Las Vegas va ser un gran éxito."

La carrera está confirmada para el sábado 17 de octubre como cierre del Campeonato Mundial 1981.

¿Se jugará también apostando al resultado de la carrera?

"La ley del estado no lo impide -concluyó Weinberger-, y si acaso el Campeonato se decide en la última carrera, o sea en Las Vegas, estoy seguro de que los levantadores de apuestas harán un gran negocio proponiendo resultados..."

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981

APUESTA Medio en broma, medio en serio, Carlos Reutemann hizo una insólita apuesta con un periodista inglés el día sábado. Le jugó 50 libras esterlinas al colega Alan Herny, sosteniendo que no sumará mas puntos desde aquí hasta la carrera de Las Vegas. Insólito pero no tanto después de lo que pasó en Hockenheim. Las cosas van mal, la apuesta va bien para "Lole"....

PREMIO CONSUELO Reutemann se llevó al menos el consuelo de 4000 marcos de premios (unos 1.800 dólares) instituido por una revista alemana para determinar a priori cuál sería el tiempo de la pole position. Reutemann fue el más exacto en su previsión (estuvo a pocas centésimas del tiempo de Prost) en la consulta que se realizó entre todos los pilotos de Fórmula Uno.

PREMIO A LA COMBATIVIDAD En Hockenheim fue Alan Jones el más votado para el premio a la combatividad en carrera. El jurado habitual de periodistas tuvo sin duda en cuenta los violentos ataques del australiano contra Prost y su magnífica maniobra para pasar a la punta cuando Arnoux se interpuso a la dupla puntera.

SALAZAR SIN FRENOS El chileno Eliseo Salazar venía cumpliendo una buena carrera hasta que paró en boxes con problemas de frenos. El inconveniente no estaba en el circuito sino en un cáliper en sí, cuyo reemplazo demandó seis vueltas. Salazar volvió a la pista y termino la carrera andando, pero sin poder cumplir con el mínimo necesario para ser clasificado.


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Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981

El rostro sonriente y triunfador de Piquet flanqueado por Prost, segundo

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Lee Gaug, de Goodyear, charla con Ecclestone y Chapman

Jones, el gran perdedor

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Jones protesta con sus manos

Perseguido por un año malhadado, Alan Jones perdió probablemente en Hockenheim la última gran oportunidad de volver a colocarse en la lucha por el título que todavía le pertenece.

Venía ganando la carrera en forma inobjetable cuando de pronto su auto paso frente a boxes con un rateo inquietante.

Un giro más tarde, el propio Jones venía haciendo señas con la mano como indicando que le faltaba nafta, pero evidentemente era imposible que su auto estuviera cerca del límite en el consumo. Aún faltaban más de 20 y debían quedar en el tanque muchos litros de nafta.

Se supo de inmediato entonces que el motor de Jones sufría el mismo problema de intermitencias eléctricas que sufriera el auto de Reutemann en las pruebas de la mañana.

Durante varias vueltas se vivió la expectativa, ya que la ventaja de Jones sobre Piquet y Prost era muy grande, pero en cada vuelta el rateo era más evidente y Jones lo seguía señalando con las manos.

Hasta que paro en boxes una vez que Piquet y Prost lo superaron inexorablemente, y volvió a la pista dejando una marca de goma impresionante en el piso, pero ya sin ninguna esperanza de cosechar ni siquiera un punto.

Pese a todo, Jones se lo tomó con calma en la casa rodante de Williams y relató en detalle lo que había vivido en el cockpit.

"Me pasó exactamente lo mismo que a Carlos en Dijon y a mí mismo en Mónaco. El problema es por lo tanto triplemente preocupante porque aún no sabemos qué es".

- ¿Por qué paraste en vez de continuar con el motor rateando?

- "Porque ya había perdido la carrera y quería ver si podían cambiar la caja negra del encendido o agregar nafta para no tener problemas. Total, ya me daba lo mismo".

- ¿Era imposible superar a Prost si no se presentaba esa oportunidad en los mixtos?

- "Hubiera sido difícil porque el Renault era un poco más rápido en las rectas, unas 140 millas por hora más rápido digamos... No, en realidad no era mucho más veloz. Sólo lo suficiente como para impedir que yo lo atacara en las frenadas. Pero una vez que lo pasé me fui enseguida. Parece mentira que me haya perdido esta carrera".

G.S.

Reutemann en el sube y baja de Hockenheim: Viernes pésimo. Sábado brillante. Domingo sin suerte ...
Pequeña historia de una gran frustración

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
La preocupación de Williams apunta al cielo; la de Reutemann hacia el motor. El argentino dispone sin dudas del mismo material que Jones aunque hay algunas pequeñas diferencias e imponderables. ¿Cambiarán las cosas ahora?

Sábado de clasificación. Dos y media de la tarde, poco después de culminada la última sesión de pruebas.

Corsa: - Frank, definitivamente los autos de Reutemann y Jones no son iguales...

Frank Williams (con cara de sorpresa y odio a la vez): ¿Es posible que la prensa argentina siga pensando lo mismo?

Corsa: - Es que evidentemente no son iguales. El mejor auto lo tiene Reutemann. Por algo acaba de clasificar adelante de Jones.

Williams: (largando la carcajada) - Ah, menos mal que era en broma. Por suerte. El resultado de la clasificación demuestra que los dos pilotos tienen exactamente el mismo auto. Seis centésimas de diferencia entre uno y otro es prácticamente nada.

Irrefutable el argumento de Frank Williams, sin duda. Pero antes que la última hora de clasificación produjera ese veredicto, hubo sin embargo un nuevo episodio de interés en la indiscutible lucha interna que enfrenta a Carlos Reutemann con Alan Jones.

El desarrollo de esa confrontación terminó en una batalla silenciosa y sin cuartel entre los dos hombres del equipo Williams y el momento culminante se vivió a las 13.40 de la tarde, cuando Reutemann obtuvo el tiempo de 1m 43/100, con el cual superó a Jones que hasta ese momento era el inmediato perseguidor de los inalcanzables Renault.

Para el argentino las dificultades comenzaron en forma inesperada el viernes, donde la importancia de ser primero o segundo piloto quedó perfectamente definida merced a una de las tantas contingencias que suelen producirse en un Gran Premio.

Tras haber obtenido los dos mejores tiempos en la prueba no cronometrada de la mañana, Jones y Reutemann se colocaban ya en excelente posición de expectativa para lo que podría pasar a la tarde en la tanda cronometrada.

Pero, imprevistamente, el auto de Reutemann sufrió una rotura en el tanque de aceite que obligó a desarmar toda la caja-transmisión para solucionar el problema, y se quedó sin su auto para la hora de clasificación.

No hubiera sido grave si Reutemann hubiera tenido su propio muletto como en Silverstone. En principio, Frank Williams había prometido llevar a Hockenheim sus cuatro chasis, para que cada piloto tuviera a su disposición dos autos, pero finalmente se cargaron tres autos en el camión y el argentino se encontró en el circuito alemán con la desventaja natural de no ser el primero en el equipo.

Jones tenía sus dos autos y Reutemann sólo el suyo, inmovilizado poco antes de la clasificación...

Lógicamente, para no quedar parado, Reutemann tuvo que salir en el muletto de Jones, cuya puesta a punto era muy diferente a la del suyo (y que no disponía aún de las modificaciones aerodinámicas realizadas en los dos chasis titulares de cada piloto) por lo cual Reutemann no pudo más que obtener un décimo puesto el viernes.

La circunstancia era crítica si llovía el sábado y no podía mejorar su registro del viernes. Obligado en tal caso a partir en quinta fila, todas sus posibilidades podían quedar comprometidas por el simple hecho de no ser el número uno dentro del equipo, aunque sea el líder del campeonato mundial...

El sábado amaneció con una violenta tormenta, como para inquietar aún más al piloto argentino cuyo estado de ánimo podía definirse como "visiblemente molesto" ante la perspectiva de quedar relegado al medio del pelotón en la largada.

Pero salió el sol, se secó la pista y a la una de la tarde, con su auto nuevamente en perfectas condiciones, Carlos Reutemann salió a la pista dispuesto a bajar tiempos con una determinación y mezcla de enojo pocas veces vista en el habitualmente calmo "Lole".

Saliendo de boxes con furia, trabajando encarnizadamente con sus mecánicos que hacían gestos de alivio cada vez que salía a la pista en medio de una feroz patinada de gomas en primera, Reutemann no tardó en acercarse al pelotón de punta obteniendo de inmediato el cuarto mejor registro pese a que la pista no estaba más veloz que el día anterior (probablemente por haber sido bien lavada por la lluvia, lo cual hizo aún más abrasivo al rugoso asfalto de Hockenheim).

Pero el mejor momento llegó al promediar la clasificación cuando Reutemann fue bajando vuelta a vuelta sus tiempos hasta superar el del viernes de Alan Jones que, por su lado, no lograba mejorar a pesar de trabajar tan intensamente como su compañero-rival.

La mejor muestra de esa batalla interna en el equipo se hizo evidente, una vez más, por medio de un neto cartel indicador en el cual Frank Williams le señalaba a Jones los tiempos que hacía Reutemann y no los tiempos que estaban marcando los Renault, dueños de la primera fila.

Jones, en un último intento, se subió al muletto para los diez minutos finales, mientras Reutemann, convencido que ya era imposible mejorar los registros, dedicó esos últimos diez minutos a girar con tanques llenos para tratar de recuperar el tiempo perdido con el análisis de lo que podría pasar con las gomas de carrera en condiciones de largada del Gran Premio en sí.

Para nadie,en Hockenheim , había pasado inadvertida esa sorda batalla interna en la cual Reutemann había recuperado brillantemente el terreno perdido el viernes.

A las seis de la tarde del sábado, cuando ya quedaba poca gente en el circuito alemán, Reutemann seguía dando vueltas en su box con preocupación profesional digna de las grandes jornadas.

Siguiendo de cerca todas las actividades del equipo, dialogando con su colaborador técnico inmediato, Neil Oatley, casi como si vigilara en persona el montaje del motor nuevo que se estaba colocando en su auto para la carrera.

"Frank me prometió que tendría un muy buen motor para Hockenheim", explicaba "Lole", mientras los mecánicos desembalaban las dos Cosworth flamantes que estaban aún en las cajas en las cuales habían sido entregadas a Williams en Inglaterra.

Pero el domingo diría otra cosa muy distinta. El motor flamante fue un fiasco y obligó a Reutemann a montar en el muletto de Jones arruinando todas sus posibilidades.

A pesar de eso, Reutemann mantuvo un ritmo espectacular en las primeras vueltas con un auto que no era el suyo, pero por segunda vez en tres horas otro motor Cosworth lo dejó parado en medio del circuito.

Indiscutiblemente, "Lole" había ganado su batalla interna del sábado. Pero tanto Reutemann como el equipo Williams en general perdieron en el momento definitivo; el único que cuenta en realidad.

G.S.

Nelson Piquet y su optimismo después de una victoria fundamental
"Estoy otra vez a tiro del título"

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981Nelson Piquet con la mirada fija hacia adelante como tratando de penetrar ya en el futuro. Ese futuro donde Carlos Reutemann será, precisamente, su mayor preocupación

Dos semanas atrás, en Silverstone, Nelson Piquet era el gran perjudicado del día ya que tuvo que salir en camilla rumbo al hospital, preguntándose si acaso el campeonato no estaba terminado para él, porque podía tener algún hueso fracturado por el violento golpe contra las defensas.

Apenas quince días más tarde, la cambiante Fórmula Uno lo vio en cambio en el escalón más alto del podio, celebrando con toda alegría a pesar que a la hora de los himnos los organizadores alemanes (¡horror en el país de la perfección!) colocaban cualquier otro himno en los parlantes...

Pero lo esencial para Piquet eran esos nueve puntos de oro justo el día en el cual el equipo Williams sufrió una de sus jornadas más negras en tres años.

"Estoy bien conforme -decía Piquet un rato más tarde- porque había perdido demasiados puntos tontos en lo que va del año. Ahora la cosa cambia mucho y estoy otra vez a tiro de la punta del campeonato. Todo empieza de nuevo después de Hockenheim".

- Sin embargo, durante largo rato no parecía posible que pudieras llegar al primer puesto, ¿Qué pasó exactamente cuando después de superar a Reutemann comenzaste a perder terreno y volviste a quedar cuarto detrás del Williams de "Lole"?

- Algo muy simple. Yo estaba detrás de Prost y Jones, circulando con comodidad porque Prost frenaba un poco a todo el pelotón de punta.

Pero al llegar a la primera chicana había un pedazo de aluminio sobre la izquierda de la pista que Prost y Jones pudieron ver y esquivar a tiempo. Pero yo venia completamente tapado y lo pisé con el costado izquierdo de mi auto rompiendo totalmente las polleritas de ese lado.

A partir de ese momento puedo decir que aprendí lo que significa manejar un auto de carrera, porque tenía que hacer milagros para mantenerlo en la pista en todas las curvas a la derecha, que son la gran mayoría.

No pude impedir que Reutemann me pasara de nuevo y ya era imposible tratar de mantener el ritmo de Jones que lo había pasado a Prost. Pero poco después me comenzaron a marcar que Jones tenía problemas, y vi que las diferencias se acortaban, así que seguí tirando lo más fuerte posible hasta pasarlo en plena recta.

Enorme revancha para el brasileño, profundamente disgustado por las "delicadezas" de Alan Jones en varias carreras de este año y que en algunas declaraciones previas Indicó incluso que "si se me da la oportunidad no voy a dudar en sacarlo de la pista para devolverle lo que me hizo en Montreal el año pasado o en Bélgica este año".

Pero no tuvo necesidad de tocarlo. Lo superó limpiamente en plena recta principal pasando al primer puesto y provocando así la mayor humillación de la temporada para el equipo Williams. Ahora, en la carrera hacia el titulo, el gran fantasma vuelve a ser Nelson Piquet.

G.S.

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Guy Ligier, ausente Ducarouge, pudo festejar el "agónico" tercer puesto de Laffite

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Reutemann en el box Williams

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Alan Jones, mientras esperaba recuperar terreno en el Campeonato, se dedicó a probar las virtudes de una cámara que publicita. Le fue mejor que en la carrera

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Y... otra vez..., "de cómo el muletto destinado a Jones pasó a ser auto titular de Reutemann para el G.P." Preciso instante del cambio de números

Fórmula 1. Gran Premio de Inglaterra 1981
Jacques Laffite y el Ligier Matra

Orden de partida

Alain Prost
Renault RE30 Turbo
1m47s50
a 227.319 Km/h

Rene Arnoux
Renault RE30 Turbo
1m47s96

Carlos Reutemann
Williams FW07C Cosworth
1m48s43

Alan Jones
Williams FW07C Cosworth
1m48s49

Didier Pironi
Ferrari 126 CK Turbo
1m49s00

Nelson Piquet
Brabham BT49C Cosworth
1m49s03

Jacques Laffite
Talbot Ligier JS17 Matra
1m49s28

Gilles Villeneuve
Ferrari 126 CK Turbo
1m49s44

John Watson
McLaren MP4 Cosworth
1m49s52

Andrea de Cesaris
McLaren MP4 Cosworth
1m49s58

Patrick Tambay
Talbot Ligier JS17 Matra
1m50s00

Mario Andretti
Alfa Romeo 179
1m50s64

Riccardo Patrese
Arrows A3B Cosworth
1m50s65

Elio de Angelis
Lotus 87 Cosworth
1m50s74

Nigel Mansell
Lotus 87 Cosworth
1m50s86

Héctor Rebaque
Brabham BT49C Cosworth
1m51s17

Jean Pierre Jarier
Osella FA1B Cosworth
1m52s19

Eddie Cheever
Tyrrell 011 Cosworth
1m52s19

Bruno Giacomelli
Alfa Romeo 179
1m52s21

Slim Borgudd
ATS D4 Cosworth
1m52s54

Derek Daly
March 811 Cosworth
1m52s65

Marc Surer
Theodore TY01 Cosworth
1m52s85

Eliseo Salazar
Ensign MN180B Cosworth
1m53s15
Siegfried Stohr
Arrows A3B Cosworth
1m53s19
No clasificados
Keijo Rosberg
Fittipaldi F8 Cosworth
1m53s28
Brian Henton
Toleman TG181 Hart Turbo
1m53s31
Giuseppe Gabbiani
Osella FA1B Cosworth
1m53s39
Derek Warwick
Toleman TG181 Hart Turbo
1m53s58
Michele Alboreto
Tyrrell 011 Cosworth
1m53s89
Chico Serra
Fittipaldi F8 Cosworth
1m54s89

Gran Premio de Alemania de 1981
Circuito de Hockenheim de 6.789 m
45 vueltas. 305.505 Km
2 de Agosto de 1981

Clasificación final

1

Nelson
Piquet

Brabham BT49C Cosworth

1h25m55s60

45v

2

Alain
Prost

Renault RE33 Turbo

1h26m07s12

45v

3

Jacques
Laffite

Talbot Ligier JS17 Matra

1h27m00s20

45v

4

Héctor
Rebaque

Brabham BT49C Cosworth

1h27m35s29

45v

5

Eddie
Cheever

Tyrrell 011 Cosworth

1h27m46s12

45v

6

John
Watson

McLaren MP4 Cosworth

44v

7

Elio
De Angelis

Lotus 87 Cosworth

44v

8

Jean Pierre
Jarier

Osella FA1B Cosworth

44v

9

Mario
Andretti

Alfa Romeo 179

44v

10

Gilles
Villeneuve

Ferrari 126 CK Turbo

44v

11

Alan
Jones

Williams FW07C Cosworth

44v

12

Siegfried
Stohr

Arrows A3B Cosworth

44v

13

René
Arnoux

Renault RE30 Turbo

43v

14

Bruno
Giacomelli

Alfa Romeo 179

43v

Promedio del ganador. 213.294 km/h
Récord de vuelta. Alan Jones en 1m152s42 a 217.371 Km/h

CAMPEONATO
(Disputadas nueve competencias)

1 Carlos Alberto Reutemann
43
2 Nelson Piquet
35
3 Jacques Laffite
25
4 Alan Jones
24
5 Gilles Villeneuve
21
6 John Watson
20
7 Alain Prost
19
8 Riccardo Patrese
10
  Eddie Cheever
10
10 Elio de Angelis
8
  Héctor Rebaque
8
12 Didier Pironi
7
13 Nigel Mansell
5
  René Arnoux
5
15 Marc Surer
4
16 Mario Andretti
3
17 Patrick Tambay
1
  Andrea de Cesaris
1
Slim Borgudd
1

COPA DE CONSTRUCTORES

1 Williams
67
2 Brabham
46
3 Ferrari
28
4 Talbot Ligier
25
5 Renault
24
6 McLaren
21
7 Lotus
13
8 Arrows
10
Tyrrell
10
10 Ensign
4
11 Alfa Romeo
3
12 Theodore
1
  ATS
1

Próxima fecha

Austria 1981

Gran Premio de Austria de 1981
Laffite se sumó a la fiesta
Revista Corsa Nro 794. Agosto de 1981

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Muchas gracias.


 


Historia de hombres y máquinas

Por Gustavo Ernesto López

email guerlopez@gmail.com