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Historias del automovilismo argentino


Road test de autos argentinos

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Temporada 1981 de la Fórmula 1
Fecha 1: Gran Premio de los EE. UU. (Costa Oeste)

 

Jones fue inalcanzable para Reutemann
Los Williams fueron inalcanzables para todos

 

Revista Corsa Nro 772. Marzo de 1981

 

Formula 1. Long Beach 1981
Patrese dobla en punta mientras Villeneuve se pasa en la frenada

En una demostración de superioridad más clara que las muchas realizadas ya el año pasado, el equipo Williams inició el año 1981 con un espectacular 1-2 que lo vuelve a perfilar como gran candidato del torneo a pesar de los cambios reglamentarios. Piquet fue tercero, pero muy lejos. Decepciono Renault, sorprendieron las Ferrari, Patrese y Tambay. Andretti y Cheever, en impecable actuación. El caso Lotus y otros entretelones

¿Todo cambió para que todo quedara igual?. Después de tantos meses de suspenso, de tantos cambios reglamentarios y de tanta expectativa por la nueva Fórmula Uno 1981, la primera carrera del año nos muestra otra vez a los mismos tres nombres del Campeonato 1980 -Jones, Reutemann y Piquet- como si nada hubiera pasado desde la última carrera de 1980 hasta ahora.

Y sin embargo, esos seis meses de interrupción parecieron interminables merced a las discusiones entre la FISA y la FOCA, que finalmente provocaron un cambio de importancia en la situación técnica de la categoría. No más polleritas, gomas más angostas y, sobre todo, el retiro de Goodyear dejando todo en manos de Michelín, que apenas da abasto para proveer de caucho a todos los equipos. Las novedades eran muchas y por lo tanto existía una incertidumbre total en cuanto a lo que podría suceder en la primera carrera del año.

Ahora ya lo sabemos. Williams otra vez adelante en forma imperial, el Brabham de Piquet allí no más, al acecho, como para no darles respiro,y las jerarquías de la fórmula más o menos estabilizadas de acuerdo a lo que era habitual cuando se corría con polleritas.

Los tres días de carrera por las calles de Long Beach despejaron varias de las incógnitas que se planteaban hasta el domingo pasado y permitieron entrever lo único que era posible imaginar: que con o sin polleritas, los autos de F-1 colmarán con gran rapidez el handicap técnico que significa la supresión de las skirts, con lo cual en poco tiempo más estaremos casi al mismo nivel de performance que a fines del año pasado. En 1980, Nelson Piquet, ganando una carrera relativamente cómoda, tardó 23 segundos menos que Alan Jones (cómodo en la segunda parte de la carrera) para recorrer las 80 vueltas al circuito.

Formula 1. Long Beach 1981
Primera vuelta, primera curva y el inevitable toque de todos los años. Esta vez los perjudicados fueron Prost y De Cesaris, que quedaron afuera

O sea, una pequeña diferencia de 3/10 de segundo por vuelta; muy poco como para decidir si los cambios reglamentarios han afectado en mucho a la Fórmula Uno. Es verdad que la lentitud del circuito de Long Beach no permite emitir todavía conclusiones definitivas, pero como dato indiscutible queda determinado que, con un poco más de trabajo y de puesta a punto, se llegaría a circular en el mismo ritmo en este mismo circuito.

En otro sentido, en cambio, también se pudo apreciar en Long Beach que la supresión de las polleritas emparejó en cierta medida el nivel de competitividad de varios chasis anteriormente considerados como integrantes de un definido segundo nivel. No fue el caso del Arrows, que sorprendió a todo el mundo logrando la pole position: sería injusto menospreciar así a un auto que en ese mismo trazado ya había andado muy bien el año pasado.

Pero autos como el Tyrrell de Cheever, el Theodore del excelente Tambay en su retorno, o el Ensign de Surer, desentonaron mucho menos que en épocas anteriores y permitieron que sus pilotos alcanzaran al cabo de la carrera un resultado más que decoroso. Hubo, por lo tanto, menos diferencia total entre los primeros y los últimos,y en ese sentido la Fórmula Uno dio un paso adelante deportivamente, ayudada también, por el hecho de que todos los autos y pilotos dispusieron, por una vez, de gomas rigurosamente idénticas.

Formula 1. Long Beach 1981
La nueva situación reglamentaria le cayó muy bien el Arrows y Patrese lo aprovechó. Hizo la pole y punteó más de 20 giros, pero ...

Pero hubo también un hecho menos grato y que marcó fundamentalmente el comienzo del campeonato 1981. Obviamente, nos estamos refiriendo a todo el escándalo suscitado por el Lotus 88, que culminó en la prohibición de correr para el revolucionario producto de Chapman y en una serie de opiniones divergentes entre los mismos constructores que no presagia nada bueno para el futuro inmediato de la Fórmula Uno, que parecía milagrosamente restablecida después de la guerra entre la FOCA y las autoridades legales.

Es imposible adoptar una posición definida asegurando que el Lotus 88 es absolutamente legal o, por el contrario, absolutamente ilegal. No lo puede hacer una comisión técnica (como no lo hizo en Long Beach), no lo pueden hacer los mismos diseñadores que disienten en sus apreciaciones y no lo puede hacer honestamente tampoco la prensa, ya que el problema es extremadamente complejo y lleno de ambigüedades reglamentarias que permiten cualquier interpretación.

Chapman, lógicamente, sostiene que el auto se ciñe a la letra del reglamento por cuanto es imposible diseñar pensando en el indefinido espíritu del mismo. Luego de todos los acontecimientos que se produjeron en Long Beach (que detallamos aparte), Chapman parece decidido continuar adelante con su apelación y asegura, convencido, que, no sólo no se prohíbe en ningún momento un auto con doble chasis, sino que si uno se atiene específicamente a la letra escrita, en la versión inglesa del reglamento se indica siempre "the chassis" cuando se habla de la estructura del auto.

El problema es que la palabra inglesa chassis no tiene plural, o sea que se escribe igual en singular o en plural y para colmo el artículo "the" (el o los, según el caso) también es siempre el mismo. Por lo tanto, según Chapman, cuando en el reglamento se habla de "the chassis" queda totalmente permitido pensar en uno o varios chasis.

Supongamos que el tribunal de apelación de la FIA (última instancia deportiva), que seguramente votará en contra del Lotus 88 ante la presión generalizada de los restantes constructores, decide finalmente que el auto es ilegal. En tal caso, Chapman prepara ya una venganza contra el próximo auto innovador que puede aparecer en la Fórmula Uno, que es el Williams de seis ruedas con cuatro motrices atrás.

Según Chapman, sí los reglamentos entienden que cuando se habla de chasis se entiende un solo chasis, del mismo modo cuando en las medidas técnicas se habla del eje trasero se escribe textualmente "the rear axie" o sea "el eje trasero", ya específicamente en singular, lo cual obliga a suponer que no se permitirían dos ejes traseros.

En resumen: el escándalo no terminó en Long Beach sino que recién empieza. Chapman defenderá hasta el fin a un auto que de todos modos difícilmente corra a pesar de lo ingenioso del sistema y las protestas y contraprotestas continuarán por largo tiempo, como si ya formaran parte de una característica central de la Fórmula Uno. Es lamentable, pero es así.

Formula 1. Long Beach 1981
Guerra y el Osella de sus primeros pasos oficiales en F-1

Una carrera en dos partes

Vayamos ahora a lo más agradable. O sea lo que se vivió desde las dos a las cuatro de la tarde del domingo, bajo el apacible clima californiano. No faltó nada para que la carrera fuera completa, ni siquiera el ya infaltable incidente de la primera curva que este año fue menos espectacular que otras veces, pero que de todos modos dejó a dos autos fuera de carrera cuando apenas se habían recorrido unos pocos metros. Ese es el precio de una horquilla casi ridícula y ya parece casi imposible que todo un pelotón de F-1 pueda pasar por allí sin que haya inevitables toques entre gomas, trompas y alerones.

La sorpresa de ver a Patrese en la pole position agregaba un elemento de interés a la carrera, porque la lucha entre los Williams, los Brabham y las rejuvenecidas Ferrari podía verse complementada por la presencia de un luchador reconocido como Patrese entre los primeros lugares.

Reconocido también por su renuencia a dejar pasar a quienes lo acosan, Patrese partía esta vez justamente en la posición ideal para bloquear el paso de todos los demás con maniobras legales o de las otras. Pero no pudo evitar sin embargo que Gilles Villeneuve largara como una exhalación como dispuesto a cobrarse en 500 metros todos los sinsabores del año anterior.

Formula 1. Long Beach 1981

Formula 1. Long Beach 1981

Reutemann se tira a pasar a Patrese pero no puede. Una vuelta más tarde lo logró

Formula 1. Long Beach 1981

Tanta vehemencia produjo lo que suele ser habitual y la Ferrari llegó a la primera curva totalmente cruzada, con las ruedas a punto de bloquearse y Villeneuve alargando desesperadamente la trayectoria para no entrar en trompo. Por adentro lo pasaron Patrese, Reutemann, Jones y Pironi, aunque de todos modos se habían vivido ciertos segundos de gran importancia emotiva: los del retorno de una Ferrari a la punta luego de un largo período de ausencia.

A partir de esa primera emoción, la carrera se estabilizó de inmediato y comenzó la primera parte intensa de un gran premio que tuvo dos secciones perfectamente diferenciadas. Primero, la de una lucha terrible entre Patrese, Reutemann y Jones, y luego el de la permanencia ya tranquila de Alan Jones en la punta circulando metódicamente hasta cruzar la bandera a cuadros ganando una vez más como supo hacerlo durante 1980.

Desde el punto de vista de la competición nos quedamos, sin duda, con las 30 primeras vueltas. Allí se vió todo lo que puede brindar la Fórmula Uno cuando varios autos andan parejos y el duelo inicial entre Patrese y Reutemann era uno de esos momentos que, si se prolongan hasta la última vuelta, conformarían la carrera ideal.

Los dos autos andaban prácticamente igual, la diferencia que los separaba era siempre la misma (tres o cuatro metros en las zonas de frenado) y poco más atrás circulaban Alan Jones con la ventaja de girar sólo pero sin poder descontar esa pequeña diferencia que los dos primeros le habían sacado al cabo de las primeras diez vueltas.

Eso no era todo. Atrás de los tres primeros, un verdadero tren de autos encabezado por Pironi reunía en pocos metros a Pironi, Piquet, Villeneuve, Cheever, Andretti y Laffite, que circulaban también casi trompa contra alerón trasero provocando varias frenadas de las que ponen los pelos de punta. Al poco rato se quedó Villeneuve traicionado por un semieje (a su vez traicionado seguramente por un exceso de Gilles), pero el resto de ese grupo seguía soldado entre sí como si la carrera se resolviera en la curva siguiente.

Formula 1. Long Beach 1981

Formula 1. Long Beach 1981

La secuencia del toque entre De Cesaris y Prost, que involucró también al Brabham de Rebaque

Formula 1. Long Beach 1981

Pero volvamos a Patrese y Reutemann. Si por momentos el argentino parecía acercarse al Arrows, la sensación era que no había realmente una diferencia sustancial entre auto y auto o que acaso Reutemann mantenía una cierta expectativa en la primera parte de la carrera (que es una de las más largas del año en tiempo y en desgaste) para atacar a su turno, cuando los autos comienzan a descargar sus kilos de nafta y se ingresa al momento clave de un gran premio.

Así sucedió en efecto,y promediando la vuelta veinte se hizo evidente que Reutemann avanzaba sobre las posiciones del italiano. Sin sutilezas, Patrese osciló de lado a lado de la pista en las rectas para impedir el sobrepaso de Reutemann, pero el asedio se hizo imposible cuando el motor del Arrows comenzó a sufrir los primeros rateos de una bomba de nafta desfalleciente,y allí Reutemann pasó a comandar una carrera que se le abría por delante como la repetición ideal del triunfo logrado en Sudáfrica hace poco más de un mes.

Un solo obstáculo le quedaba por delante. O por detrás, mejor dicho; se llamaba Alan Jones, lamentablemente rival pero compañero de equipo a la vez. Nunca se había dado en 1980 una situación similar, pero ahora se producía justamente que Reutemann (piloto número dos según lo declarado taxativamente por el propio Frank Williams a Corsa en Sudáfrica) se encontraba liderando la carrera con Alan Jones a sus espaldas y una distancia enorme entre ellos y el tercero, que a esa hora ya era Piquet. ¿Se daría una orden en boxes para que se respetaran las jerarquías y Reutemann dejara pasar a Jones? Para evitar las especulaciones, de entrada hay que aclararlo concretamente:

No hubo orden dictada por el box Williams para que Reutemann dejara pasar a Jones. El mismo Frank Williams, radiante después de la carrera, lo contaba en detalle: "no puse ninguna orden. Los autos no circulaban pegados y no había riesgo alguno entre ellos como para necesitar una orden. Dejé simplemente que la carrera siguiera su curso. Luego Alan lo pasó a Carlos y se ubicó adelante y allí sí marqué que se mantuvieran las posiciones como se hizo hasta el final".

El cambio de posiciones se produjo por lo tanto como una incidencia más de carrera y le tocó a Reutemann sufrir en cierta manera un momento tan ingrato como el que él mismo le infligiera a Niki Lauda hace ya tres años en Brands Hatch, cuando lo pasó aprovechando el obstáculo que le planteó a Lauda un rezagado.

Formula 1. Long Beach 1981
Andretti se sintió a gusto en el Alfa y arribó a un digno cuarto lugar. En cambio, Arnoux viajó atrasado con un Renault de pobre rendimiento

Formula 1. Long Beach 1981
Eddie Cheever y Nelson Piquet, ambos animadores en Long Beach. El brasileño confirmó la vigencia del BT49 y Cheever "resucitó" a Tyrrell

Esta vez la circunstancia fue muy parecida, ya que Reutemann iba en punta, Jones a pocos metros y repentinamente se encontraron con Marc Surer que perdía una vuelta respecto a los punteros. Reutemann lo explicó con toda claridad luego de la carrera: "no hubo ninguna maniobra confusa entre Surer y yo. Creo simplemente que me desconcentré un momento y el auto se me fue, subiéndome al pianito, permitiendo que Jones pasara por ese agujero."

Un simple segundo de desconcentración que le costó un triunfo posible. Se comprendía así la cara de insatisfacción de Reutemann después de la carrera, a pesar de empezar el año con seis puntos de gran valor en su haber. Pero tres puntos por un segundo de debilidad pesan mucho y un piloto lo sabe mejor que nadie. Para colmo, luego de haber librado lo mejor de la batalla frente a un hombre tan difícil como Patrese, escapando a la vez de todas las trampas que acechan en Long Beach.

Por el contrario, la tarea de Jones fue en realidad menos difícil. No largó bien y quedó tercero sin estar en contacto directo con Patrese y Reutemann. Pero tampoco lo acosaba nadie de cerca y pudo así circular tranquilo esperando el momento con la ventaja de correr dominando la situación desde atrás. Se sabe que de todos modos Jones no es el piloto que gusta especular desde el fondo, sino que prefiere pasar lo antes posible a la punta.

Pero hubiera sido bastante difícil si Reutemann no sufría ese deslizamiento exagerado en las eses y desde el momento en que el australiano se encontró en la punta la carrera tampoco exigió de él nada más que una circulación tranquila y metódica. Carrera impecable y nueve puntos incuestionables para reiniciar el año como Campeón del Mundo.

El pelotón del medio brindó una carrera aparte, en la cual es obligatorio detenerse en detalle, como no lo hace habitualmente la cámara de televisión, encandilada con los punteros. Entre las Ferrari, el Brabham de Piquet, la lucha feroz entre Cheever y Laffite (que finalizó en un violento toque del Ligier contra la cola del Tyrrell a raíz del cual el francés abandonó) y la marcha sólida de un Andretti feliz sobre el Alfa Romeo, ese grupo de escolta entregó momentos de gran nivel en las dos horas de carrera.

Finalmente prevaleció Piquet después de una durísima batalla con Pironí y por su lado Andretti hizo valer la velocidad de su Alfa en recta para superar definitivamente a Cheever. Pero todos ellos hicieron méritos más que suficientes para alcanzar los primeros puntos del año, tal como Patrick Tambay, que desde más atrás escaló posiciones con el sorprendente Theodore, haciendo gala de una agresividad más que destacable.

De aquí a Río, y luego a Buenos Aires, las condiciones variarán por completo en cuanto a circuitos. Pero los primeros datos de Long Beach indican que los aspirantes parecen ser los de siempre, aunque la rivalidad quizá sea mayor porque puede haber más candidatos en cada carrera. Ese aspecto, al menos, fue lo positivo de Long Beach. Lo del Lotus 88, en cambio, seguirá en discusión.

Por Germán Sopeña
Notas Oscar Fittipaldi
Fotos G.S. y O.F. Radiofotos AP

Formula 1. Long Beach 1981
Grata reaparición de Patrick Tambay con el Theodore. Luchó desde atrás y finalmente logró un excelente sexto lugar. El dúo promete ...

Formula 1. Long Beach 1981
El equipo Osella en pleno en una de sus salidas conjuntas de boxes. Adelante Gabbiani, seguido por Guerra. Fue el viernes, decretando el debut oficial del argentino en la F-1

Carlos Reutemann y una pregunta que se hace el país
¿Que pasó?

La fulminante partida de Reutemann luego de Long Beach (de inmediato salió hacia el aeropuerto de Los Ángeles para capturar un vuelo inminente) impidió tener sus impresiones en detalle. Sin embargo, esto propició una alternativa distinta. A menudo, las respuestas de un piloto varían sensiblemente entre el momento en que se baja del auto y un par de días después de la carrera. Es lógico: el mayor margen da lugar a otra profundidad de reflexión. Se aquieta el ánimo, se acaba el bullicio, hay tiempo para el relax... y con él llegan nuevos datos y aportes a la mente.

De lo poco que se pudo extraer del santafesino en Long Beach, hubo una frase que marcó patéticamente "a priori" el problema clave que sufrió en la pista americana: "Creo simplemente que me desconcentré un momento y el auto se me fue, subiéndose al pianito y permitiendo que Jones pasara por ese agujero".

Terminante y honesta confesión que, sin embargo no escapaba del enunciado de párrafos antes. La salida de pista y la declaración posterior habían sucedido dentro del marco menos propicio rodeadas de vértigo y barullo.

Pero además de esa circunstancia clave, había otros "punta negros" que merecían atención. ¿Por qué tanta diferencia entre Reutemann y Jones en los primeros momentos de la carrera a favor del santafesino? ¿y qué pasó después con la tremenda arremetida de Jones? ¿cómo se explica que luego que Jones pasó a la punta, la situación se haya invertido totalmente a favor de éste?

Cuestiones, o distintos planteos por parte de los pilotos, y tratándose de dos hombres de similar rendimiento en pista, resultaba muy curioso que adoptaran dos actitudes tan disímiles.

Por eso, lo hablado con el santafesino la semana pasada ya en nuestro país, más tranquilo, con tiempo para la reflexión, adquiere ribetes de balance. Con toda la carga de reflexión que le conocemos y la agudeza crítica que siempre lo caracterizó.

"Mirá, realmente fue una situación algo confusa. Estuve pensando que es muy probable que poco antes del pianito haya habido arenilla o algo así, porque mi auto siguió derecho como venía. Surer no me molestó para nada cuando me fui, pero probablemente me paró algo cuando traté de reiniciar la marcha.

Respecto al rendimiento de los autos... bueno, en los primeros momentos de la carrera, Jones se quedó tranquilo y yo ataqué a Patrese, Seguramente, cuando él vió que el tráfico se aligeraba comenzó a apurarse. Cuando llegó a la punta y se escapó, la carrera estaba prácticamente definida. Los autos andaban iguales y era inútil tratar de volver a alcanzarlo..."

Las dudas de Long Beach quedaron de lado. Dos días después Carlos Reutemann había hecho su balance con tranquilidad.

Tres preguntas sobre el sorpasso Jones - Reutemann
¿Fue un error de Reutemann?

Formula 1. Long Beach 1981
Jones y Reutemann en acción, con el argentino adelante

Sí. Una fracción de segundo de desconcentración, unos metros de más en su trayectoria, pero suficientes para que la carrera cambiara de dueño. No hubo causa mecánica que lo justificara sino que fue una clásica incidencia deportiva como las que se producen en gran cantidad durante una carrera.

El gran problema para Reutemann no fue el error en sí, sino que Alan Jones estaba allí, listo para aprovecharlo. Si Reutemann no hubiera estado acosado por el australiano, un error similar, habitual cuando se lucha con los rezagados, hubiera pasado prácticamente desapercibido. Pero como Jones circulaba a su cola cambió el destino de la carrera. En esos casos, la ventaja de ir atrás suele hacerse valer.

2) ¿Por qué Jones se acercó tan fácilmente a Reutemann una vez que desapareció del medio Riccardo Patrese?

La mejor respuesta corresponde al mismo Jones. "Como largué mal quedé tercero y Patrese y Carlos estaban en lucha por la punta, decidí no meterme en ese problema y dejarlos alejar un poco al principio para circular tranquilo. recibiendo aire fresco para mi motor y cuidando las gomas para más tarde. Me dije que recién comenzaría a atacar sobre la vuelta 20 y eso es lo que hice."

Efectivamente, a partir de allí el australiano comenzó a acercarse paulatina-mente al argentino hasta colocarse casi a su cola.

3) ¿Por qué se alejó tan fácilmente después, al tomar la punta?

En realidad, no había una diferencia fundamental entre ambos Williams como lo demuestran sus respectivos giros más veloces. Pero cuando un piloto pasa a comandar la carrera produce siempre en ese momento lo mejor de su esfuerzo, tratando de producir el agujero que lo asegure de cualquier sorpresa.

Al mismo tiempo. un piloto que viene de sufrir un incidente como el de Reutemann tiende naturalmente a perder un poco la concentración necesaria para mantener su ritmo anterior. Imperceptible, mínimo, pero suficiente para que Jones se alejara en la punta. Por otro lado, en esas nuevas circunstancias Reutemann sabia mejor que nadie que no podía ir a la lucha con su propio compañero de equipo.


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Gustavo López Productor de seguros

Formula 1. Long Beach 1981

Entretelones de un podio que la TV no nos mostró
Jones: Más que romántico, aprovechador

Cada vez que gana un piloto Williams se sabe que no habrá champagne en el podio. El respeto a las estrictas normas islámicas de los patrocinantes del equipo Saudia - Williams ha provocado que sus hombres no agiten el tradicional botellón.

Pero si la religión prohíbe el alcohol, aparentemente no dice nada sobre otras costumbres, y Alan Jones se dedicó a saborear extensamente sus minutos de podio concentrándose en los generosos besos que prodigaba una eufórica Miss Long Beach.

Ni lerdo ni perezoso, el australiano se prestó muy voluntarioso a la efusividad de la rubia y multiplicó largos besos, abrazos y arrumacos varios, protegiendo a la débil niña de los excesos de Nelson Piquet, que por su lado sí podía desparramar champagne a gusto.

Luego de ese intermedio, Alan volvió a lo concreto y con su alegría natural cuando gana, habló largo rato multiplicando chistes y salidas de las suyas.

"Lo pasé a Carlos cuando se fue un poco de largo en las eses. Aparte de eso no hubo otro incidente de importancia y me pude recuperar de una partida medio defectuosa,donde quedé tercero. En realidad ,quería ganar en Long Beach porque siempre me gustó mucho el circuito y porque, además, esto es muy cerca de mi propia casa".

Por si acaso, ya que era tan cerca de su casa, que no lo haya visto la mujer en sus entusiasmos del. podio...

Formula 1. Long Beach 1981

Lotus 88: Entre el ingenio y la polémica

Formula 1. Long Beach 1981
Colin Chapman durante la conferencia de prensa que dió en Long Beach por el polémico caso del Lotus 88

Concitando lógicamente el interés general, alimentado desde las informaciones previas y aumentado con el esperado vuelco "oficial" de la controversia reglamentaria, el Lotus 88 no se vio hasta ya iniciada la primera sesión clasificatoria.

Cubierto con una lona negra y en un pequeño recinto improvisado con llantas, caños y sogas en la calle de boxes, pronto fue siendo rodeado por la expectativa de todo aquel que pasara por el lugar.

Corriendo recatadamente el "protector" en distintos sectores, un grupo de mecánicos trabajaba sobre el polémico recién nacido, ante cualquier intento de fotografiar un detalle al desnudo, este era vuelto a cubrir de inmediato... así transcurrió escaso tiempo hasta que Elio De Angelis se detuvo, Colin Chapman -que había supervisado brevemente el operativo en el 88- se le acercó, y el italiano se dispuso al cambio de auto.

Rápidamente, el 88 fue descubierto y simultáneamente se le colocó la parte superior de la carrocería, que hasta entonces había reposado (a la vista) al lado del oculto "doble chasis".

Ajustes finales, fotos a diestra y siniestra, arranque y partida. Una vuelta a marcha lenta y retorno a boxes con el piloto haciendo claras señas negativas. De Angelis, que salta al modelo "antiguo", y el 88 que queda a merced de los curiosos, pero por breves instantes cuando se le quitan las ruedas y las suspensiones e intersticios se muestran despejados.

Trapos que se cuelgan, mecánicos que se cruzan para impedir la visión... Mientras, se trabaja en el motor para solucionar los problemas de alimentación acusados en esa única vuelta.

Sobre el final de la tanda, otra vez De Angelis a la pista con el 88 por pocas vueltas (un par...). Al volver a los pits con el cierre de la jornada, Larrousse y Sage que se acercan para observar lo que pueden de la última obra de Chapman. Este se les une, discuten amablemente, se separan, el auto marcha remolcado a los garajes y se clausura definitivamente la primera salida oficial del 88, cuando apenas comienza a delinearse la controversia.

Formula 1. Long Beach 1981
En detalle se observa la suspensión y el pequeño recorte del chasis interno

Formula 1. Long Beach 1981
Así los comisarios median el despeje de los autos del piso ante cada una de las paradas que estos hacían en boxes. El control de la nueva reglamentación sobre el despeje mínimo de 6 cm fue extremo. La franja blanca que el caño, obviamente de 6 cm de diámetro, muestra en la mitad. era para medir la altura de los alerones

Miguel Ángel Guerra y su gran decepción
"La cosa ya venía mal"

Formula 1. Long Beach 1981
Miguel Ángel Guerra muestra su "uniforme" de corredor de Fórmula Uno. El hecho de no clasificar desilusionó al argentino. Osella lo justificó

Cabizbajo, casi escondido contra la pared interna de boxes, Miguel Ángel Guerra mordía impotencia minutos después de terminada la clasificación que lo dejó afuera. Inútil cualquier intento de atenuar su desazón total.

"En fin, esto ya había empezado mal. El viernes, apenas comenzada la práctica matutina, tuve que cambiar de auto dejando el titular para pasar, al muletto (modelo intermedio entre el viejo y el nuevo).

Probé todo el día con ése y pensé que el asunto podría mejorar cuando volviera a mi coche, en el que la falla motriz no pudo ser explicada, hasta decidirse el cambio de motor para el sábado. De todos modos, tampoco por el resto del día dispuse de un motor en perfectas condiciones.

"El sábado me quedé tirado por el circuito a la mañana, perdiendo cierto tiempo de prueba, pero de cualquier forma creía que la situación tenía que ir mejorando. Sin embargo,cuando por la tarde pusimos gomas nuevas el coche fue un desastre.

No puedo determinar los defectos o virtudes del chasis y su grado de gravitación en esto, porque por un lado no tengo experiencia suficiente, y por otro, estimo que nunca conté con un motor que no presentara inconvenientes. "

¿El circuito? Me gusta, es entretenido, tiene lo suyo... pero la cuestión es que no largo...

"Ahora, después de Long Beach no se si me vuelvo a Italia o a Buenos Aires. Todavía tengo que decidir qué hago en lo que queda hasta Brasil, y combinarlo con el equipo..."

De lógico mal humor, sin ganas de hablar ni de aceptar el tibio consuelo ensayado por Osella y sus asistentes, optó por ponerse de pie y caminar un poco, sin dejar de mirar el piso. "El asunto vino mal barajado desde el principio..."

O.D.F.

Riccardo Patrese. Primera pole position del año
"Me sorprendió un poco"

Los Arrows habían andado bastante bien en Long Beach el año pasado, ubicándose finalmente en un lejano segundo puesto el mismo Patrese, mientras que el ahora retirado Mass llegaba séptimo a una vuelta.

Por lo tanto, en los muy relativos pronósticos -dado el cambio reglamentario y la "seca" de gomas- que se aventuraban, las máquinas del team regenteado por Oliver figuraban con alguna posibilidad de hacer un buen papel.

De todos modos, como en el mismo seno del equipo se aceptaba, nadie se habría arriesgado a señalar al Arrows como candidato. Sin embargo, en la tanda decisiva del sábado, Patrese agigantó lo insinuado aquella misma mañana y ya el viernes... Y se quedó con la pole.

Sin variar mayormente su expresión serena, aunque sin ocultar cierto inevitable dejo de inesperada satisfacción, el hombre que largaría en el lugar preferencial explicó el exitoso operativo y sus sensaciones.

"Obtener la pole fue un tanto sorprendente para nosotros, para qué negarlo. Y pienso que lo fue para todos. Yo no esperaba que pudiéramos hacer este tiempo sin polleritas ni gomas especiales. Pero nuestro auto responde muy bien sin "skirts" y parece adaptarse sin inconvenientes a las Michelín."

Consultado acerca de cómo había variado el comportamiento del Arrows sin polleritas, describió:

"El auto es sumamente más duro de manejar, se desliza, derrapa mucho más".

En cuanto al método de trabajo con los neumáticos, detalló:

"Marqué el tiempo con el segundo juego de gomas, al cabo de tres vueltas con él. En realidad, se dispone de tres o cuatro giros para lograr el registro más rápido con un 'set' nuevo de cubiertas, y sólo contábamos con dos juegos por sesión. Aflojé y luego paré cuando conseguí el mejor tiempo, pues no tenía caso tratar de ser más veloz luego de esas cuatro rondas"

"¿Qué esperaba entonces? Quedar detrás de Jones o quizás en la segunda fila...", insiste: "Me sorprende haber logrado la pole."

"¿Cómo encararé la carrera?, sólo voy a tratar de terminarla, ya que la de Long Beach es una competencia muy exigente para los autos. Simplemente, tomaré primero la curva inicial y veré qué ocurre detrás de mí."

Con calma pese a la sorpresa, Riccardo Patrese saboreaba el buen "golpe" y no se mostraba dispuesto a complicarse a riesgo de desperdiciarlo... Las complicaciones llegarían después en carrera.

Orden de partida

Riccardo Patrese
Arrows A3 Cosworth
1m19s388

Alan Jones
Williams FW07 Cosworth
1m19s408

Carlos Reutemann
Williams FW07 Cosworth
1m20s149

Nelson Piquet
Brabham BT49 Cosworth
1m20s289

Gilles Villeneuve
Ferrari 126-C
1m20s462

Mario Andretti
Alfa Romeo 179-C
1m20s476

Nigel Mansell
Lotus 81 Cosworth
1m20s573

Eddie Cheever
Tyrrell 010 Cosworth
1m20s643

Bruno Giacomelli
Alfa Romeo 179-C
1m20s664

Jean Pierre Jarier
Talbot Ligier JS17
1m20s925

Didier Pironi
Ferrari 126-C
1m20s787

Jacques Laffite
Talbot Ligier JS17
1m20s925

Elio de Angelis
Lotus 81 Cosworth
1m20s928

Alain Prost
Renault RE30
1m20s980

Héctor Rebaque
Brabham BT49 Cosworth
1m21s000

Keke Rosberg
Fittipaldi F8 Cosworth
1m21s001

Patrick Tambay
Theodore TY-1 Cosworth
1m21s998

Chico Serra
Fittipaldi F8 Cosworth
1m21s409

Marc Surer
Ensing MN181 Cosworth
1m21s522

Rene Arnoux
Renault RE30
1m21s540

Jan Lammers
ATS D4 Cosworth
1m21s758
Andrea de Cesaris
McLaren M30 Cosworth
1m22s028
John Watson
McLaren M30 Cosworth
1m22s163
Beppe Gabbiani
Osella F1B Cosworth
1m22s213
Suplentes
Kevin Cogan
Tyrrell 010 Cosworth
1m22s284
Eliseo Salazar
March 811 Cosworth
1m22s356
Miguel Ángel Guerra
Osella F1B Cosworth
1m22s673
Siegfried Stohr
Arrows A3 Cosworth
1m23s504
Derek Daly
March 811 Cosworth
1m24s383

Gran Premio de los Estados Unidos (Costa Oeste) de 1981
Circuito de Long Beach de 3.250 Km
80 vueltas. 260.000 Km
15 de Marzo de 1980

Clasificación final

1

Alan
Jones

Williams FW07 Cosworth

1h50m41s33

80v

2

Carlos Reutemann

Williams FW07 Cosworth

1h50m50s52

80v

3

Nelson Piquet

Brabham BT47 Cosworth

1h51m16s25

80v

4

Mario Andretti

Alfa Romeo 179-C

1h51m30s64

80v

5

Eddie Cheever

Tyrrell 010 Cosworth

1h51m48s03

80v

6

Patrick Tambay

Theodore TY1 Cosworth

79v

7

Chico
Serra

Fittipaldi F8 Cosworth

78v

8

Rene
Arnoux

Renault RE30

77v

9

Marc
Surer

Ensing MN181 Cosworth

70v

10

Didier
Pironi

Ferrari 126-C

66v

11

Jean Pierre Jarier

Talbot Ligier JS17

64v

Promedio del ganador. 140.948 km/h
Record de vuelta. Alan Jones en 1m20s901 a 144.660 Km/h

Próxima fecha

Gran Premio de Brasil de 1981

Gran Premio de Brasil de 1981
La rebelión de Reutemann
Revista Corsa Nro 774. Abril de 1981

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Muchas gracias.


 


Historia de hombres y máquinas

Por Gustavo Ernesto Lopez

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