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Jackie Stewart prueba el Renault
RS/01 Turbo
La
Turbo Vedette
Por
Jackie Stewart.
Revista
Corsa Nro 618. Abril de 1978 |
"En seguida
percibí que el
auto tenia algo de bailarina, de 'prima donna'. Fue
complicado tratarlo desde el arranque, y en verdad que la
experiencia resulto un tanto confusa, desconcertante.
Pero cuando el motor 'cantaba' afinado había que estar allí para sentir toda esa potencia. Lastima el acelerador
'remolon'. La solución abordada conforma un paso
importante en la evolución del deporte y la industria
automotriz. Una empresa audaz y encomiable. Las Michelin,
mis impresiones."
La presencia de la "Regie Renault" en el mundo de la F1 es realmente bienvenida. Una escasísima minoría de las mas grandes fabricas de automotores ha tenido el coraje de ingresar a esta categoría, la mas competitiva de todas las especialidades del deporte motor.
Usando su propio nombre en un auto que ellos mismos construyeron, no la versión modernizada de un chasis, sino una unidad completamente nueva y, por si eso fuera poco, apartándose de la clase de planta motriz tradicionalmente aceptada. ¡Algo ciertamente valiente!.
La entrada de Renault a la F1 fue una
determinación del máximo nivel de la esfera de decisión de la firma. El
deporte automovilístico, para la compañía, no solo ha
venido siendo utilizado como una forma de exposición colectiva e identificación. Se trata de un experimento
técnico para futuros desarrollos en ingeniería, apto a
fin de ser aprovechado para ejercitar al personal de la
empresa y al talento de hombres como el director
deportivo Gerard Larrouse y el jefe de ingenieros
Francois Castaing.
Jackie a bordo del Renault Turbo en el dibujo corto del Paul Ricard. "A pesar de los inconvenientes ocasionados por las características del turbo y su consiguiente acelerador "perezoso", los tiempos logrados me convencieron de que el conjunto es bueno."
Desde el principio de mi test con el Renault Elf RS/01
resulto obvio que el motor era turboalimentado. El auto
tenia algo de bailarina, de "prima donna". Fue
algo embarazoso arrancar desde boxes debido al retardo
del acelerador.
Una vez sobre la pista , el tremendo
empuje del turbocompresor fue, de inmediato,
manifiestamente poderoso. Cuando el motor se entona y el
turbo levanta presión, la combinación realmente funciona.
Da una gran sensación de abundancia de caballos de
potencia, muchos mas que los producidos por el Ford
Cosworth V8 de tres litros.
Sin embargo, también se
evidenciaba inmediatamente que la respuesta del
acelerador tiene que ser mejorada y que yo iba atener
problemas adaptándome a su demora. Seria algo dificultoso
correr en el transito de un Grand Prix, queriendo sacar
ventaja del error de otro piloto y estando imposibilitado
de aprovechar una oportunidad en base a fracciones de
segundo, dado el retraso de la respuesta del acelerador. Desde el momento en que me
senté por
primera vez en el cockpit del Renault advertí que el team
era nuevo en la F1. Pequeñas cosas lo revelaban. La
columna de dirección, por ejemplo, no era fácilmente ajustable en su longitud e
inclinación, lo que
significaba que resultaba difícil para cualquier otro
conductor que no fuese Jean Pierre Jabouille sentirse cómodo en el coche.
La revolucionaria maquina francesa, aprestándose a doblar. "La potencia del motor es impresionante. La transmisión de poder al piso es realmente positiva. Las gomas me resultaron extrañas pero efectivas. El chasis debe ser indudablemente eficaz..."
Jean Pierre es hasta el momento el único piloto contemplado para manejar el Renault, pero un
F1 debe presentar una implementación pasible de ajustes
en la dirección y en otras tales como la posición del
asiento, ya que muchos conductores cambian circunstancial
y minuciosamente su colocación de manejo de cuando en
cuando, en beneficio del confort y del incremento de
velocidad en ciertos circuitos; mas aquello es
comprensible en esta etapa del programa de desarrollo.
Cuando yo corría empleaba una posición conductiva
diferente para Montecarlo a la que utilizaba en Monza,
por ejemplo. En un circuito callejero como el de Monaco
yo prefería una postura de manejo levemente mas alta y
cercana al volante, mientras que en un trazado veloz como
Monza o Zelweg quería acostarme bien dentro del habitáculo para minimizar la resistencia
aerodinámica. Minúsculos
detalles de un
auto de carrera pueden resultar irritantes para un
piloto. La palanca de cambios del Renault, por caso.
Tiene cuatro agudos y filosos bordes bien distinguidos y
un remate superior hundido, cóncavo, que casi
seguramente, debe provocar ampollas durante una carrera
completa o una larga sesión de tests.
Note que los
espejos eran demasiado pequeños y no permiten ver
detalles como los perfiles de las gomas traseras. Se
tiene que estar en condiciones de apreciar si están tornándose cóncavos
o convexos cuando el auto viaja en
una línea recta y también se debe poder constatar si el neumático se esta saliendo de la llanta durante una
curva.
Estas son muchas razones por las que un auto de competición tiene que contar con una buena
configuración de espejos. No solo es importante para que el piloto vea
los coches que lo siguen, sino que un espejo bien
proporcionado y ubicado puede también atraer su atención hacia algún problema en la zona posterior del auto. Estos
aspectos acaso parezcan triviales, pero son importantes a
lo largo de todo un plan de Grand Prix, en que el único objetivo es ganar carrera
Fue interesante confrontar al equipo
Renault, que es comparativamente nuevo en la especialidad
deportiva, con viejos guerreros como los de la escudería Ferrari, que se hallaba testeando en Paul Ricard al mismo
tiempo. No existe otro team en las carreras con los
mismos conocimientos y experiencia que Ferrari. Por
consiguiente, su maquina se veía llena de opciones de
ajustables a través de todo el vehículo; muy
impresionante.
Desafortunadamente un problema de motor mientras Jean
Pierre probaba durante la mañana cerceno mi sesión. Jean
Pierre saco el coche para dar unas pocas vueltas con el
impulsor nuevo antes de retornar a los pits para entregármelo. Gire escasamente para regresar a boxes a
fin de introducir ajustes menores a la posición del
asiento. No puedo enfatizar lo suficiente la importancia
de estar sentado apropiadamente en una auto de competición. Sin esa facilidad uno no tiene la
oportunidad de percibir las sensaciones y mensajes que el
auto transmite.
Comencé
a girar en el circuito chico. El motor era
extremadamente potente cuando el turbo enganchaba, pero
la remontada de revoluciones era tan rápida que yo me
encontraba cambiando marchas constantemente. Un
inconveniente adicional lo constituyo que la caja de
cambios era levemente lenta., un tanto pesada y un poco
desmañada, incomoda de operar, y el escalonamiento de
las velocidades era mas corto que el preciso. Yo parecía estar continuamente tratando de marchar de acuerdo con el
motor.
Siempre imagine que un motor
turbocomprimido debería proporcionar mejor torque y una franja de potencia mas
ancha que una planta motriz aspirada normalmente. El
Renault tenia en verdad un abundante torque con un
exacto, agradable desarrollo, expansión, a través de su
performance pico, pero el espectro, la amplitud
explotable de revoluciones era muy limitado.
Sobre el
trazado chico del Ricard tuve que apelar a todas las seis
marchas, mientras que los pilotos de Ferrari, probando al
mismo tiempo, empleaban solo cuatro velocidades. Para mi,
esto parecía demostrarme que el Renault no estaba operando tan eficientemente como
quizás era posible. Además
allí persistía la demora en la
respuesta del acelerador cuando me internaba en una
curva, el periodo de vacilación, de hesitación cuando el
acelerador era oprimido.
Viendo a Jabouille manejar mas
temprano ese día, parecía que el motor tragaba una
bocanada de aire cada vez que el realizaba un cambio de
marcha, como un hombre que hubiera estado corriendo
demasiado velozmente y tragaba aire dificultosamente,
entrecortado el resuello, toda vez que tenia oportunidad.
Yo era completamente nuevo para todo esto, y este constituía un caso de
anticipación de un problema que no
resulto ser simple. Yo pretendía alinear el auto para un
radio de giro y después aplicar la potencia, pero nada ocurría. Ninguna potencia
sobrevenía hasta que había alcanzado la salida, y la cantidad de tiempo
desperdiciado con esta maniobra era enorme. El comportamiento
básico de
maniobrabilidad del coche fue de veras llamativo, pero si
debo criticar, tengo que decir que era propenso a la
inestabilidad, a la alta velocidad, por lo que considere
debido debido a los dispositivos aerodinámicos frontales.
Tenia demasiada incidencia en los grandes alerones
delanteros y presentaba una mecánica tendencia subvirante
en las curvas mas lentas.
El auto tendió generalmente a
ser demasiado nervioso, se mostraba como poniéndose sobre
el borde de sus gomas al tramitar el veloz viraje de
quinta marcha al fondo de la recta. Los neumáticos Michelin son de perfil muy plano, chato, y tienen cortes
angulosos. Sentía que estaba andando sobre la margen de
la banda de rodamiento de la cubierta, y esto no es
alentador. Las gomas
parecían perder rendimiento ligeramente. Las
dos primeras vueltas rápidas fueron bastante buenas, pero
luego el auto perdió un poco de su tracción tanto al
disponerlo para encarar la curva como en lo referente a
la adherencia del tren trasero. Mas para todo eso, el
auto y los neumáticos presentaron excelente tracción.
No arribe al punto donde pensara que me
hallaba en el limite de la adherencia. El Renault se
trasuntaba muy seguro y afirmado al suelo. También parecía transmitir muy eficazmente potencia al suelo. En
las ocasiones en que acerté mi 'timing' y el tren
posterior deslizaba hacia afuera bajo aplicación de
potencia, descubrí que era capaz de administrarla casi
del mismo modo en que había podido hacerlo con el McLaren
M26, y eso esta expresando mucho acerca del coche.
El
diseño básico del coche Renault aparenta ser muy bueno,
pero a causa del retardo del acelerador es justo y
honrado confesar que nunca exigí el auto al limite de los neumáticos o del bastidor. Hacia las cuatro y media de
la tarde lo había guiado solo por 30 vueltas y sentía que
recien estaba empezando a conocer el coche. Pese a los
problemas mas inherentes al turbo, igualmente concrete
una ronda en 1m11s1/10, solo dos décimas mas lento que el
mejor registro establecido por Carlos Reutemann en la
Ferrari.
Me sorprendí de mi tiempo, considerando la
ineptitud del turbo para cristalizar lo que yo estimaba
como un trabajo apropiado en todos lados del circuito;
¡ello significa que el chasis debe ser muy bueno y que
ese motor "se levanta y anda" cuando todo
concuerda. El team Renault fue sumamente considerado y
cooperativo, y verdaderamente me habría gustado dar mas
vueltas a bordo del auto.
La potencia del Renault V6 fue imponente. La
adherencia y la transmisión de potencia fue excelente,
pero lamentablemente la demora del acelerador desbarato
casi la cabal percepción completa, integra del auto en
movimiento. El cambio de marchas no complementaba el
potencial del vehículo.
Pienso que la mejor manera que
puedo imaginarme para describir la sensación de manejar
el Renault Elf RS/01 turboalimentado consiste en
compararlo con lo que se experimentaría de haber tenido
que montar con los ojos vendados en el asiento trasero o
el portaequipajes de una moto. Uno estaría procurando
agarrarse del conductor, sin saber cuando el
"jinete" iría a frenar, acelerar, doblar a la
izquierda o derecha. Uno se hallaría una fracción de
segundo atrás de el en todo movimiento que hiciera. Halle
la experiencia muy confusa y difícil de manipular, de
tratar. Con Renault, ahora componente del circo de los Grand
Prix, el deporte va a enriquecerse con la orientación que
se revela, y las chances son de que Renault aprenda mucho
mas, mas rápidamente, en cuanto a turboalimentacion, lo
que indudablemente habrá de desempeñar un papel
importante en la producción normal de vehículos en el
futuro. Renault debiera ser aplaudida por la empresa y
por su coraje.
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