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Las victorias de Carlos Reutemann en la Formula 1
Gran
Premio de Alemania -Nürburgring- 1975
Lole
ganó la más linda
Revista
Corsa Nro 480. Agosto de 1975 |

Los dos brazos en alto de Carlos Reutemann cortan una racha de diez carreras sin ganar. La once fue la vencida, y fue en Nürburgring, acaso el circuito más prestigioso del mundo, donde Lole volvió a imponer su calidad
Nürburgring, el circuito de los campeones, el que más prestigio da a sus ganadores, fue el escenario de esta nueva victoria de Carlos Reutemann. Un triunfo reconfortante, que recompensa al santafesino después de una racha de reveses que comenzó con el año. Tras él quedaron las Ferrari -grandes favoritas- después de haber dominado al comienzo, y Lole se reubica en el subcampeonato. Gran labor de Jacques Henri Laffite, virtual campeón de F-2 y segundo en esta carrera
Cada vez que gana Reutemann, la alegría es general. Se trata de un piloto de enormes cualidades, que siempre debe luchar a brazo partido para lograr una victoria, y ese sentimiento general se hizo visible en Nürburgring ante el éxito del gran piloto argentino, por lo que se hace fácil suponer con cuanto entusiasmo habrá sido recibida la noticia en su país.
Reutemann, tantas veces postergado, se vio compensado el domingo con una victoria de excelente factura en el Nürburgring, y aunque todo el mundo contuvo el aliento hasta el final, temiendo una agónica detención del Brabham, la llegada del ganador fue saludada con gran algarabía, sobre todo por la gente de su equipo. 
  También por primera vez desde que Reutemann es ganador, la suerte estuvo de su parte y pudo ganar de atrás, aprovechando algunas desgracias ajenas, resarciéndose justamente de la cantidad de veces que, dominando a todos, debió quedarse a un costado de la pista para ver ganar a otro.
Con Niki Lauda por lo menos, quedó mano a mano después de lo de Suecia. Y aún a pesar de que hayamos comenzado hablando de suerte, esto es lo que menos importa.
Lo que pasa es que estamos acostumbrados a que Lole gane de punta a punta, olvidando que Lauda, Fittipaldi y otros ganadores múltiples han aprovechado muchas veces de circunstancias fortuitas para hacer prevalecer su método y su superior calidad. Reutemann está en este selecto grupo. Ganar el GP de Alemania en Nürburgring es de por sí un logro poco común y reservado sólo a aquellos que no pierden respeto por este circuito considerado como el más exigente del mundo. 
Impresionante largada con Lauda al frente, seguido de Pace, Depailler, Mass, Lole -que largó muy bien-, Regazzoni, Stuck y el resto del pelotón
 Muy pocos ganaron allí más de una vez, mereciendo el título de Ringmeister o "Maestro del Ring", y de los que se puede considerar en este momento en un mismo nivel conductivo con Lole ninguno lo consiguió. Ni Lauda, ni Fittipaldi, ni Peterson.
Carlos Reutemann trabajó muchísimo para esta carrera. Probó, como es su costumbre, muchos kilómetros con tanques llenos, y eligió muy bien la puesta a punto del Brabham; conservador para el principio, ágil para las vueltas finales. Su duda mayor consistía en los compuestos que Goodyear había puesto a disposición de los equipos.
Las que mejor se adecuaban al BT-44B eran las mismas gomas que usó en Suecia, y el recuerdo de lo que le pasó allí, en Anderstop, cuando Lauda le quitó la carrera sobre el final por culpa del excesivo desgaste de un neumático, le hacía temer que el problema se repitiera. 
La carrera, sin embargo, demostraría lo contrario, y esta vez las gomas le respondieron hasta el final, en una carrera en la que casi todos tuvieron problemas con ellas. Mario Andretti, Brambilla, Donohue, Pace, Jarier, los dos Fittipaldi, Lauda, son algunos de los que sufrieron pinchaduras y a raíz de eso Goodyear, al final de la prueba, emitió un comunicado por el cual descargó sus responsabilidades aduciendo que la mayoría de los que habían tenido problemas eran casualmente aquellos que habían abusado del uso de las banquinas, recurriendo a la acrobacia para andar más rápido en un circuito donde se sabe que abundan guijarros y pedruzcos de filosos bordes, capaces de destrozar cualquier tipo de neumático.
Habida cuenta de este comunicado, que amén de servir como excusa a Goodyear habla a las claras de aquello de la falta de respeto a un circuito de las complejas características del Nürburgring, vale la pena retornar al capítulo "suerte" y darse cuenta de que, mientras los demás loqueaban, Reutemann corría para llegar. 
 
Jody Scheckter. Tyrrell 007
La carrera
Como para confirmar sus ya amplias posibilidades, el sábado cayó otra barrera en Nürburgring; Lauda bajaba los siete minutos para la vuelta, ganando ampliamente el derecho a largar del lado de la cuerda.
La largada lo vio también en dominador, comandando vigorosamente el pelotón, y reteniendo el liderazgo a cualquier costo, pese a la atropellada de varios. Ordenadas las posiciones, sería Patrick Depailler el que haciendo gala de un perfecto conocimiento del terreno se mantendría a la cola de la Ferrari, a pesar de las diferencias existentes entre el potente bólido italiano y su Tyrrell 007. Con Pace y Regazzoni delante, Reutemann se mantenía quinto a buen paso, aunque algo relegado por los dos punteros.
La lucha entre ellos, sin embargo pondría, en peligro sus posibilidades por lo encarnizado de su planteo. En la octava vuelta, finalmente cae Depailler entrando a boxes con una goma pinchada y la comprobación de que la suspensión ha quedado resentida. Volvería a la pista para terminar noveno. 
Carlos Reutemann, ganador, se acomoda con Laffite y Lauda en el auto que los pasearía por el circuito luego de la carrera
Pace también había abandonado por problemas de suspensión, y los miles de italianos que habían viajado para ver la carrera saltaban de gozo al ver a las dos Ferrari en perfecto uno dos, pues Regazzoni estaba realizando una carrera magnífica y se había colocado a unos diez segundos de Lauda, mientras Reutemann se mantenía a unos 27 segundos como solitario perseguidor del equipo italiano.
La caída de las Ferrari se produciría en forma de hecatombe. Como si se reprodujeran las mismas condiciones de desorganización del año pasado, Lauda pareció molestarse por la proximidad de su compañero, imprimiendo mayor brío a su marcha en un momento en que no parecía para nada necesario, y Regazzoni andaba tan fuerte que no se sabía si perseguía a su compañero o era perseguido por el mismísimo Mandinga.
Lauda cayó en boxes con una goma pinchada, fruto de sus pastoreadas, de las que también traía como muestra una rara mueca en la parte delantera del auto. Regazzoni, menos afortunado, no podría seguir en carrera. El motor había explotado.
A partir de ahí Reutemann fue cómodo dueño de la situación, no sólo desaparecían las Ferrari sino que James Hunt, su más inmediato perseguidor, también terminaba su carrera antes de lo convenido quedando como escolta Tom Pryce, que también iría perdiendo terreno a raíz de una pérdida de nafta que le empapaba la espalda.
Pryce daría muestras de espíritu de lucha terminando la carrera, aunque superado por Laffite y Lauda. Para poder seguir, el del Shadow se soltó los cinturones en inclinado sobre el volante manejó a lo chacarero en las vueltas finales, poniendo en riesgo el físico en el evento de una colisión. El triunfo de Reutemann viene a poner en vigencia nuevamente la lucha por el campeonato, aunque más no sea en el plano matemático. Lole se ha vuelto a acomodar en el papel de escolta y eso ya es mucho en un año duro como este en el que siete ganadores se han repartido once carreras, y muchos de ellos siguen en condiciones de repetir, por no contar a los que todavía están a tiempo de ganar su primera carrera del año.
Lo cierto es que sólo una maldición gitana podría privar a Lauda del título, pero la confirmación de Lole como subcampeón bien puede confirmarse en las carreras faltantes, acaso a través de nuevos éxitos. Austria, Monza y Estados Unidos equiparan muchas chances y no estaría mal que Lole les pegue un buen susto a los autos italianos.
Por Franco Lini
Radiofotos A.P.

Ronnie Peterson
Patio de boxes
De como las cosas se producen por casualidad. La buena performance de Jacques Henry Laffite tiene sus antecedentes. En junio pasado ganó brillantemente en F2 batiendo netamente a Hans Stuck y demostrando gran conocimiento del circuito.
¿Como había hecho?. Muy sencillo: se pasó dos días enteros antes de esa carrera de F2 dando vueltas en un auto de turismo al lado del piloto Willy Kahusen que es un notable conocedor de Nürburgring y le fue detallando a Laffite los diversos trucos de este trazado. Tanto en F2 como en F1, Laffite demostró que supo aprovechar la enseñanza. Y bien. Aun los campeones, con toda humildad, saben reconocer la importancia de memorizar el anillo de Nürburgring, una tarea en la que Fangio fue maestro. El propio Emerson Fittipaldi, siguiendo el ejemplo de Laffite, hizo lo mismo el miércoles anterior al GP girando en su Mercedes particular con Willy Kahusen al volante y en el asiento de acompañantes alternativamente.
Se lo vio a Stirling Moss en los boxes de Nürburgring. Realizando tareas de cronometrista en el box de Penske, relación que deriva de su cargo de hombre de relaciones públicas del First National City Bank, patrocinante a la vez del equipo Penske. Realizó a la perfección la tarea de vuelta por vuelta, solo que cometía el pequeño error de anotar 8 minutos en cada giro en vez de 7. Un error bastante disculpable si pensamos que en su época no se bajaba del nueve y pico.

Vittorio Brambilla. March Cosworth



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18 años después... ... de aquel legendario triunfo de Juan Manuel Fangio contra el equipo Ferrari en Nürburgring, otro argentino, Carlos Alberto Reutemann, vuelve a ganar en ese terrible circuito donde sólo lo hacen los que tienen talento.
Aquella vez, Fangio estaba en inferioridad técnica frente a las Ferrari de Hawthorn y Collins, y aunque la Maserati 250F doblaba mejor que aquellas, paralelamente consumía más goma, por lo que el Maestro debía parar para cambiar gomas mientras sus rivales completaban la totalidad del recorrido sin paradas.
La estrategia de Fangio, siempre brillante, dio resultado en cuanto a que se cumplió al pie de la letra... salvo alguna demora en la parada debida al nerviosismo de sus mecánicos.
Fangio corrió las dos mitades de la carrera con medio tanque y en la primera mitad había conseguido ventajas monstruosas, pero a pesar de eso las Ferrari eran más veloces de lo que se suponía, y los dos pilotos británicos se tenían enorme fe.
Cuando Fangio retornaba a la pista hacía medio minuto que habían pasado los dos punteros.
La remontada fue espectacular. Fangio demostró aquel día que sabía arriesgar al máximo cuando era necesario, y totalmente inspirado achicó diferencias indescontables para llegar a la penúltima vuelta a la cola de las dos Ferrari, mientras el público miraba hacia el lado de la recta principal para verlo venir.
Cuando después del retome las tres máquinas volvieron a pasar frente a las tribunas, la ovación fue inolvidable. Aquella gente sabía que estaba presenciando la obra de un fuera de serie, y daba por descontado que en los kilómetros restantes la suerte de Collins y Hawthorn estaba echada...
Ahora, en 1975, la situación se repite en muchos aspectos.
También hoy es Ferrari la dominadora, la de los bólidos inalcanzables, y un argentino es el que ganó en Nürburgring, a pesar de ellas.
No quizás por haberlas dejado atrás en la pista, pero sí por haberles corrido con mucha inteligencia. Los errores en la Fórmula 1 actual se pagan caros y tanto Lauda como Regazzoni abusaron del fantástico medio del que disponen, mientras Lole supo aprovechar al máximo el suyo.
Sin parar, que es lo importante hoy en día, aunque no haya estado cerca de la barrera de los siete minutos que Lauda pudo atravesar con su arrojo infructuoso, Carlos Reutemann ganó la carrera en tiempo record, con gran comodidad respecto a sus perseguidores, y sin otro sobresalto que un alza de temperatura sin consecuencias.
Es probable que con el tiempo, igual que Fangio, Lole recuerde al pasado domingo como el día más importante en su carrera de piloto. Aquel día en Nürburgring ... H.L.B.


Clay Regazzoni 
Tom Pryce. Shadow Cosworth

Ian Ashley. Williams FW03

Mario Andretti

Tony Trimmer.
Maki-Cosworth F101C


Orden
de partida
Niki Lauda
Ferrari - 6m58s6 |
José Carlos Pace
Brabham - 7m00s0
|
Jody Scheckter
Tyrrell - 7m01s3
|
Patrick Depailler
Tyrrell - 7m01s4
|
Clay Regazzoni
Ferrari - 7m01s6 |
Jochen Mass
McLaren - 7m01s8
|
Hans Stuck
March - 7m02s1
|
Emerson Fittipaldi
McLaren - 7m02s7
|
James Hunt
Hesketh - 7m02s7 |
Carlos Reutemann
Brabham - 7m04s0
|
Vittorio Brambilla
March - 7m06s0
|
Jean Pierre Jarier
Shadow - 7m07s1
|
Mario Andretti
Parnelli - 7m08s2
|
John Watson
Lotus - 7m09s4
|
Jacques Laffite
Williams - 7m10s0
|
Tom Pryce
Shadow - 7m10s1
|
Tony Brise
Lola/Hill - 7m10s9
|
Ronnie Peterson
Lotus - 7m11s6 |
Mark Donohue
March - 7m11s8
|
Ian Ashley
Williams - 7m15s9
|
Alan Jones
Lola/Hill - 7m18s6
|
Wilson Fittipaldi
Copersucar - 7m19s1
|
Harald Ertl
Hesketh - 7m19s5 |
Gijs Van Lennep
Ensign - 7m20s4
|
Lella Lombardi
March - 7m36s4 |
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Gran
Premio de Alemania
Circuito de
Nürburgrnig de 22.835 m
Recorrido Total
319.690 Km (14 vueltas)
3/8/1975
1
|
Carlos
Reutemann
|
Brabham
BT44B Cosworth |
1h41m14s1 |
2
|
Jacques
Laffite |
Williams FW04 Cosworth |
1h42m51s8 |
3
|
Niki
Lauda |
Ferrari 312T |
1h43m37s4 |
4
|
Tom
Pryce |
Shadow DN5 Cosworth |
1h44m45s5 |
5
|
Alan
Jones |
Lola/Hill GH1 Cosworth |
1h45m04s4 |
6
|
Gijs
Van Lennep |
Ensign MN175 Cosworth |
1h46m19s6 |
7
|
Lella
Lombardi |
March 751 Cosworth |
1h48m44s5 |
8
|
Harald
Ertl |
Hesketh S308B Cosworth |
1h48m55s8 |
9
|
Patrick
Depailler |
Tyrrell 007/5 Cosworth |
a 1 vuelta |
10
|
Mario
Andretti |
Parnelli VPJ4 Cosworth |
a 2 vueltas |
11
|
James
Hunt |
Hesketh 308 Cosworth |
a 4 vueltas |
Promedio
del ganador: 189.473 Km/h
|
RV
|
Clay Regazzoni
|
Ferrari 312T |
7m06s4
192.790 km/h
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