A más de 200 Km/h, Oscar Cabalén impuso su fuerza en la Décimo segunda Vuelta de La Pampa. Su Mustang F-100 rompió la racha de los Torino. La oportuna toma de nuestro fotógrafo, arquitecto Gustavo Costa, lo muestra dominando su máquina ante la agresiva presencia de la curva y un perro
Luego del fallido intento del 28 de mayo, La Pampa pudo concretar su Décima segunda vuelta de Turismo Carretera. Pero para el público, la espera no fue problema. Aún estaban latentes en la mente de todos las vibrantes alternativas de la vuelta de General Pico disputada hace poco más de dos meses. Allí Copello, Cabalén, Casá y Perkins, que ocuparon los cuatro primeros lugares, hicieron un verdadero póker de ases.
Pero para ese mismo público, la Vuelta de La Pampa es la que vale. Ella es tradición, y en honor a la verdad, lo extenso del circuito nos hace pensar que es una verdadera vuelta a La Pampa con
todas sus letras.

Otro "Chevroletista" que se arrimó en La Pampa fue Norberto Polinori
Sobre este punto creemos conveniente detenernos un instante. Un circuito de 318.8 Km de extensión en 1967 no condice con la realidad actual de esta categoría.
Tal kilometraje obliga, además, a una mayor disposición de auxilios en ruta para los pilotos, lo que no deja de ser oneroso siempre y cuando éstos deciden velar como corresponde por la integridad física de sus unidades a lo largo de toda la prueba. Pero la tradición de lo que hablamos antes parece justificarlo todo, porque con su extensión y su suelo mixto y una profusión de lomos de burro y pasos a nivel, este trazado se ajusta
a la más rancia estirpe tradicional.
Al Pico Foot-Ball Club le tocó esta vez administrar el mazo. La mano fue perfecta hasta que se le dio vuelta la carta que decía señalamiento del circuito. Éste fue deficiente.
El relevamiento de ruta impreso dado a cada participante es encomiable, pero la opaca señalización es inadmisible. Los carteles recién se veían a menos de 100 metros, lo que a 200 km/h o más es lo mismo que decir que no se veían. Además, los signos negros sobre fondo blanco se confundían con los carteles de la Dirección General de Vialidad. Claro que
el problema reside en lo extenso del circuito; marcarlo como corresponde es tarea ímproba.

Prueba de clasificación y escenario conocido
Sobre el mismo escenario utilizado para las pruebas clasificatorias de las últimas ediciones de las Vueltas de La Pampa y General Pico se llevaron a cabo las correspondientes a esta prueba.
Las peroratas sobre este tema fueron muchas y largas, pero vale la pena repetir los conceptos. Si existe un ranking hay que respetarlo. Si bien esto solventa en parte los egresos del club organizador, no puede admitirse por cuanto atenta en contra de los propios concurrentes. Creemos que la ACTC, la CDA o alguna otra sigla que agrupe gente de criterio sano debe encarar el tema con la profundidad que éste requiere.
Jorge Ternengo (cortó una biela y fisuró block) y Raúl Cottet, que estrenaba una nueva máquina de cola tipo "fast-back' (rompió placa de embrague con "gran desparramo" de metales que dañaron seriamente el distribuidor y la bobina) estuvieron a punto de no poder largar la carrera por culpa de estas inopinadas sesiones clasificatorias.Muchos otros debieron trabajar bien entrada la noche por fallas originadas en la tarde del sábado.

Otro Ford que se entreveró fue el que condujo Angel Rienzi. Superó al cordobés Gradassi y al grupo "Chevrolet" que encabezó Ríos
La utilización del mismo circuito, en ocasiones anteriores nos permitió apreciar evidentes progresos. El 1m30s de José Manzano, en julio de 1966, se convirtió en 1m27s1/10 hace dos meses por obra y gracia de Eduardo Copello y su Torino. En esta oportunidad, el mismo dúo bajó su marca en 3 segundos y estableció 1m24s1/10, que representa 132,517 km/h.
Gradassi, Menditeguy, Estéfano, que parecía obtener de su Torino un rendimiento deseado; Bonnano, de gran actuación, y Tarducci, que era la mayor esperanza chevroletista, escalonaron los puestos siguientes; de éstos, entre los diez primeros había 6 representantes del "torito rampante", cuyos pilotos oficiales concurrieron con unidades particulares.
La contraofensiva mayor parecía provenir del equipo oficial de Ford Motor Argentina, que en esta oportunidad,
además de contar con Afilio Viale del Carril y su incisivo Falcon F 100 de trompa modificada, contaba con el concurso de Eduardo Casá a bordo de una unidad similar pero sin mayores modificaciones externas. Oscar Cabalén, con su Mustang F 100, también tenía la asistencia de fábrica, pero el favorito era Dante Emiliozzi; su reaparición
era esperada por todos. Nuevas bielas equipaban la unidad que no contó, en cambio, con la nueva tapa de cilindros; si bien fue experimentada, se reemplazó por la común por razones de seguridad. Las lamentables ausencias de Borden y Cupeiro, sumadas a la transitoria inactividad de Pairetti, tornaban espinoso el camino a las ansias chevroletistas.

Jorge Ternengo largó con un número muy alto. Desde atrás fue escalando posiciones hasta finalizar en la segunda colocación. La actuación del rafaelino puede considerarse consagratoria
Copello, a cargo del prólogo
Así las cosas llegamos al domingo. Cuarenta y ocho máquinas en carrera son suficientes para dar espectáculo en cualquier escenario, pero no en éste. Dos pasadas, con un espacio de más de una hora entre ellas, son suficientes para restar continuidad e interés.
De salida, el tren de marcha impuesto por los punteros fue en extremo veloz. Copello, Gradassi y Menditeguy se adueñaron de los puestos de vanguardia, en tanto que de Alzaga, Perkins y Emiliozzi corran separados por escasos segundos.
A medida que transcurrían los minutos, el ritmo impuesto por Copello se hacía cada vez más violento. En Santa Rosa, el promedio alcanzaba a 208 km/h. Se notaba un notable avance de Emiliozzi que enardecía a los fordistas. Además, resaltaba la brillante actuación de Ricardo Bonnano, que marchaba quinto.

La primera vuelta del extenso circuito la ganó Eduardo Copello. En la foto lo vemos cuando aún ostentaba la vanguardia, a poco de pasar por General Pico y rumbo a Metileo. Inconvenientes en el embrague, acaecidos en las cercanías de Santa Rosa, lo relegaron
En el tramo de Santa Rosa a Catriló, dos duelos tomaron cuerpo: Copello y Gradassi en los relojes por la primera posición, y Emiliozzi y Tarducci en el camino. Éstos corren casi en tándem durante varios kilómetros hasta que el dúo de Olavarría comienza a distanciarse, pero la pinchadura de un neumático lo posterga en sus aspiraciones.
En tanto, la persecución de Gradassi en pos de Copello también quedaba trunca al detenerse el primero perdiendo valiosos minutos, pero la agresiva figura del Mustang de Cabalén ya está presente entre los primeros, y por Catriló, cuando el promedio de Copello, siempre primero, asciende a la escalofriante cifra de 217,376 km/h, el "Califa grande" está segundo; detrás, Bonnano y Estéfano, ambos con actuaciones sobresalientes.
En las posiciones posteriores marchaban Tarducci, Gradassi, Ríos, Rienzi, Polinori, Emiliozzi y Ternengo, que después de largar entre los últimos se encontraban por tiempo en el lote de vanguardia, habiendo superado a numerosas máquinas en el camino.
A nuestro entender, la actuación de este piloto, junto con la de Bonnano, y, lógicamente, Cabalén, que fue ganador, fue la más importante de la jornada. A esta altura, Copello sigue imperturbable en la punta, pero Cabalén lo acosa a menos de 1 minuto y Bonnano está siempre ahí.
Ternengo, Estéfano y Ríos, que con su nueva máquina cumplía buena actuación, escalonaban más atrás. Otra actuación de mérito estaba cumpliendo el piloto local Cesáreo Castaño, con una máquina de estilo tradicional pero que anda muy fuerte: se ubicaba undécimo al cabo de la primera vuelta en el transcurso de la cual quedaron valores como Menditeguy, Perkins, Di Palma y Manzano.

Regresó a las carreras Armando J. Ríos, con una máquina modificada. El piloto de Necochea comandó el Chevrolet mejor clasificado. Finalizó en la séptima posición
Lucha emotiva
El segundo circuito fue una verdadera batalla. Copello, Cabalén y Bonnano se sacaron chispas. Cabalén., con el andar parejo que le es habitual, se mantenía a poco más de 1 minuto de Copello, en tanto Bonnano, que seguía a 30" de Cabalén, intercedía en la conversación.
Cuando se detuvo Copello por deficiencias en el embrague, dio la sensación de haber estallado una guerra mundial. El público, hasta ese momento frío, también explotó y Bonnano, que sabía la muy cercana ubicación de Cabalén por tiempo, pasa a comandar la prueba en el camino, comenzando a desarrollar un ritmo violento en pos de este último que es ahora el líder en los relojes.
Pero Copello reanuda la marcha manteniendo el segundo lugar en el camino; no obstante, Cabalén alcanza y luego de luchar rueda a rueda y en una misma línea durante casi 15 km lo supera, pero Bonnano no tiene el premio que merecía y debe abandonar, quedando ésta como su mejor actuación en TC, en tanto se detenía Emilliozzi y desde atrás atacaba Ternengo, quien llega a colocarse segundo por tiempo
aunque muy distanciado de Cabalén, quien regula su marcha, en los últimos tramos para anotarse una victoria justa.

Nasif Estéfano cumplió en La Pampa con su mejor actuación al comando de un Torino. Siempre estuvo cerca de los punteros. Su máquina parece haber ganado velocidad
Cabalén, su fuerza, el resto y la verdad
Cabalén se tomó aquí una revancha en tierras pampeanas, ya que fue segundo de Copello en la vuelta de General Pico. Al mismo tiempo cabe consignar que es ésta su segunda victoria del año, lo que demuestra que la obtenida en Arrecifes a expensas de Pairetti no fue obra de la casualidad, como algunas veces se dijo: su máquina siempre está ahí, donde está la lucha, donde están los punteros.
Cabalén siempre exige, empuja y
fuerza el andar de los que lo preceden. Esta vez fue con el Mustang F 100, con esa verdadera fortaleza rodante de aspecto agresivo, macizo y de consistencia metálica, en otras palabras, con ese tractor moderno que sus manos hábiles dominan conjugando tenida y suavidad.
La clasificación final de esta Vuelta de La Pampa no debe extrañar a nadie. Cuatro de los seis primeros parecen estar abonados a los puestos iniciales de los llegadores de siempre; sólo faltó Casá, que debió abandonar con el Falcon F100 del equipo oficial.
Cabalén, Copello, Rienzi y Gradassi, juntos con el balcarceño son los cinco ganadores de las 13 pruebas del año. Ellos, cada uno con y en lo suyo tienen
la verdad. Ternengo confirmó hoy lo que se viene insinuando desde hace tiempo: su labor fue sensacional. Estéfano se veía contento; el año le estaba deparando malos momentos. A pesar de tener problemas de frenos, obtuvo un cuarto puesto que es muy valioso material y moralmente.
De los demás, cabe destacar la labor de Ríos, con un nuevo auto que se denuncia veloz y seguro. Polinori, siempre llegando, aunque falto de velocidad. Faustino, que completó el trío de Chevrolet puntero, y el local Cesáreo Castagno, que con un décimo puesto final conmovió a su ciudad, que tributó triunfal y merecida recepción.
Por Alberto del Priore

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