Las victorias de Carlos Reutemann en la Formula 1 Gran Premio de EE.UU. (Oeste) 1978   Reutemann estaba en "ganador" y ganó   Por Juan Abraham Revista Corsa Nro 618. Abril de 1978

"Hasta el final, mi única preocupación desde que quedé primero, fueron la caja y los palieres, ya que se resienten mucho por los desniveles y las bajas del circuito"

Fue un triunfo casi "a lo Reutemann". Conseguido con fe, trabajo y mente fría. Al principio sus posibilidades aparecieron comprometidas, pero finalmente arribó a un final sin sobresaltos. Segundo fue Andretti, que ahora comparte el liderazgo del torneo con el argentino. Gran trabajo de Villeneuve, que terminó con un espectacular accidente tras rozarse con Regazzoni, cuando iba primero. Fue una carrera interesante donde las nuevas Ferrari T-3 y los Brabham Alfa Romeo BT46 mostraron clara superioridad respecto al resto

En el triunfo de Reutemann hubo una combinación de garra, serenidad en el momento indicado y una dosis de agresividad en los momentos en que tuvo que seguir a muerte el ritmo de Lauda, Watson y Villeneuve.
Aun cediendo su gran ventaja de la pole position en la primera curva, cuando se rozó con Lauda tras una largada poco brillante. El argentino estaba bastante preocupado por el momento del banderazo final. Sin duda acudían a su mente las imágenes del GP del año pasado.
El peligro estaba a la vista pese a que el lugar de la largada estaba ubicado en la recta de la costa, ya que allí, al fondo, la horquilla indicaba que de más de 250 km/h se debería bajar cambios hasta "parar" y encararía a menos de 80 km/h. Todos vendrían como los bomberos con dos incendios a la vez. Lo vimos picar a Reutemann limpiamente en punta, bastante cerca de la pared. A su izquierda, Villeneuve dejó demasiado huevo por donde se mandó Niki Lauda y como si esto fuera poco John Watson. El irlandés, se tiró hacia el otro lado y le llenó los espejos del Brabham. Llegaron a la horquilla y vino la confusión.

Preciso momento en que la troupe de la F-1 se pone en marcha en Long Beach. La foto muestra cómo Reutemann picó realmente bien y en punta. Los problemas llegarían al final de la recta de la costa, al entrar a la horquilla

Reutemann aflojó ante la posibilidad del toque. Villeneuve aprovechó el desparramo para cuidar la delantera y los dos Brabham se colaron a la Ferrari Nro 11. En medio de todo este desbande Lauda alcanza a rozarse con el auto del argentino dejándose mutuamente huellas del entrevero.
El ataque de los Brabham era previsible. Lauda debería darle guerra a Reutemann mientras pudiera. Allí radicaba la base de los planteos para el austriaco. Así se habían establecido las condiciones de la lucha. Mientras Villeneuve hacía la punta, Reutemann buscaba acomodarse detrás de los Brabham Alfa sin perderles pisada. Sin embargo, el trabajo no fue fácil. Sin perder la paciencia, sin enloquecerse, administró bien su máquina, no cometió errores y quedó a la espera de la oportunidad que se le dio en la novena vuelta cuando Watson quedó al margen con la caja de velocidades rota. Esa actitud también le brindaría sus beneficios cuando en la vuelta 26, Lauda sufrió un repentino corte total de corriente que dejó "mudo" a su Brabham.

Buen rendimiento en general mostraron los motores de 12 cilindros en Long Beach. En la foto, Jacques Laffite y el Ligier Matra

Gilles Villeneuve

En la primera vuelta, retrocediendo en el tiempo, también se habían tocado Fittipaldi con el francés Didier Pironi, mientras Jarier y Merzario visitaban boxes antes de lo previsto.
La fila india continuaba encabezada por Villeneuve al que seguían Lauda, Reutemann y Andretti separados por escasos metros.
Una vez que ambos Brabham habían abandonado, en el box de Ferrari se terminaban las preocupaciones. Ya no había adversarios a la vista. Pero Alan Jones con un brioso Saudia Williams parecía poder complicarle la existencia a Reutemann que estaba a 1s de Villeneuve, que continuaba mostrando sus progresos indicando el camino al lote más selecto de la F-1. Detrás del australiano Alan Jones (que marcó el record de vuelta), viajaban Andretti, Depailler y Peterson.
En la vuelta 38 Villeneuve comete su único y gran error del día. El canadiense se acerca a Regazzoni, al que le sacaba una vuelta y pretende pasarlo en la curva 10 (casi imposible con un Shadow que ocupaba toda la pista) en lugar de atacar en un sector de rectas. Al intentarlo no encuentra el agujero necesario como para mandar su Ferrari, toca el cordón interno, se monta sobre las gomas delanteras del Shadow y sólo le queda un camino: estrellarse contra los tambores que amortiguan el guard rail.

Mario Andretti

Carlos Reutemann

De allí en más la responsabilidad para Ferrari es de Reutemann, mientras Regazzoni continuaba en carrera luego de su artero encerrón a un poco experimentado piloto de F-1. Porque esa misma maniobra el suizo no la hubiese realizado si en sus espejos tenía a un Lauda, un Peterson o un Andretti.
Sobre las cuarenta vueltas (mitad de carrera) el santafesino estaba escoltado por Jones, Andretti, Depailler, Scheckter, Tambay, Laffite, Patrese y Peterson.
La diferencia entre los dos primeros es de un par de segundos, pero Reutemann no tendría que inquietarse mucho por Jones ya que éste venía con el Williams que mostraba sus alerones delanteros fuera de escuadra. Esto significaba que no podía con Reutemann, cosa que se pudo comprobar a las pocas vueltas cuando comenzó a retrasarse. Si la Ferrari aguantaba el trajín el GP estaba en los bolsillos del argentino.
Andretti, que ya no contaba para el marcador final debido a su detención en boxes para reemplazar los neumáticos del lado izquierdo, recuperaba terreno y se ponía nuevamente a tiro del grupo de punta y de los puntos para el Campeonato.

Varios accidentes ocurrieron durante los ensayos y pruebas de clasificación. En la foto, una grúa se lleva el Shadow de Hans Stuck tras su choque contra Rupert Keegan y un paredón. A causa de ello, quedó fuera de los "22"

Didier Pironi

Con cincuenta vueltas cubiertas, Reutemann aumentaba su ventaja sobre Alan Jones (ahora también con el motor fallando). Scheckter se iba de largo en la curva nro 8, un poco más adelante, luego de rozarse con Tambay. Dos vueltas más tarde la Ferrari de Reutemann pasa por boxes con restos de plásticos colgando de la carrocería y los banderilleros hacían dudosas señas. Hubo cierta tensión en los pits de la gente de Maranello, pero la cosa no pasó a mayores... todo estaba en orden mientras la Ferrari no se parara y el compuesto S-51 de Michelin aguantara hasta el mismísimo final.
En el Ocean Boulevard cae la bandera delante de la roja Ferrari. Mimicha Reutemann salta en los pits (desde el día anterior nos decía a cada rato: "Vas a ver que gana Carlos..., estoy segura). Todo es alegría. Champagne. Abrazos.
Un organizador le alcanza la gorra de Good-Year a Reutemann cuando está en el podio y el argentino, obviamente, la deja de lado hasta que le traen la de Michelin.
El podio es compartido con Andretti, brillante segundo pese a su parada, y un perseverante Depailler que sumó cuatro unidades.

Otro de los que sufrieron accidentes en los días previos fue Jody Scheckter. A pesar de ello, en carrera anduvo bastante bien hasta que un trompo lo dejó fuera de la lucha cuando estaba quinto

La gran decepción fue para Jones, en el fondo compensada con la certidumbre de que el Williams anda de verdad, además se dio el lujo de pasar ocho autos en seis vueltas y establecer el record de giro.
Reutemann siguió la celebración. Todo había llegado a su fin. Quiere llegar al aeropuerto antes de las ocho de la noche y tratar de tomar el primer avión a Buenos Aires. Mauro Forghieri le ganó la carrera al avión. Mientras, Reutemann se saca el mameluco en la casa rodante de Ferrari.
El abrazo y el saludo de Forghieri aparecía simbólicamente en los que quedaban junto a Reutemann.

Por Juan Abraham
Notas: Franco Lini
Fotos: Cesar Sorkin

Habla Reutemann

Un poco a las corridas, mientras juntaba sus cosas y averiguaba si podía alcanzar el avión para Buenos Aires, la gran intriga era que hubiera pasado si Villeneuve no abandonaba. ¿Realmente pasaría a comandar la lucha o no?. Reutemann contestó diplomáticamente: "En ese momento no había ni número uno ni número dos". La impresión en el equipo fue de que si Gilles se tomaba el buque, la carrera era de él. De todos modos, la especulación resultaba puramente académica. Carlos había ganado por más piloto, por más inteligente, por más curtido. "Realmente el gran problema vino en esa primera curva. Yo me vi venir encima a Watson en los espejos. Sabía que venía bloqueado y que si yo tomaba la curva en mi línea correcta se me iba a venir encima y chocaríamos. Preferí aflojar y ceder paso a los otros, pero mientras tanto me di cuenta que alguien me golpeaba. Te juro que ni sé quién fue". (Lauda, según se enteró luego).

Carlos Reutemann, encapuchado, observa el nuevo alerón que las Ferrari T-3 estrenaron en Long Beach. El rendimiento de los autos de Maranello fue excelente desde el primer día de pruebas

"Sabía que tenía que tomar las cosas con serenidad, por eso no me desmoralicé cuando perdí la punta. Eso sí, pasar a los Brabham se me hacía dificilísimo porque en las curvas eran lentos pero tapaban el paso y en las rectas se me escapaban". Explicó el accidente de Villeneueve así: "Creo que Gilles quiso pasar por donde no se podía. Realmente fue una lástima".
Se mostró contento con la organización. "No tuve mayores problemas fuera de esa curva al comienzo. No encontré aceite, y los banderilleros actuaron siempre alertas".
Cree que es demasiado temprano para andar hablando de sus chances para ganar el Campeonato: "Vamos a ver qué pasa en Montecarlo. Recién allí empieza la lucha".
Aunque en público dijo que el auto anduvo perfecto, cuando lo seguimos en su rápido diálogo con Tomaini (uno de los ingenieros) Reutemann especificaba esos saltos o vibraciones en el tren delantero: "Yo no sé si serán las ruedas o la suspensión o qué, pero creo que tuve mucha suerte en haber aguantado el auto en línea toda la carrera. Además creo que cuando lleguen a Maranello tendrían que revisar la caja. Algunos cambios entraban muy forzados y sentía un ruido como si fuera a reventar la caja". Esos fueron comentarios entre bambalinas. En todo caso no una crítica sino un meticuloso deseo de ir poniendo el auto en un nivel inmejorable.

Tan fulminante como la buena largada que hicieron, fueron los abandonos de los dos Brabham Alfa Romeo. Tanto Watson como Lauda se quedaron repentinamente cuando estaban segundos. En la foto, vemos al austriaco

Antes, durante y después

El Alfa Niki Spider. Un Alfa Romeo Spider "veloce", ligeramente modificado en la apariencia externa, barnizada de rojo con rayas azules y blancas, y con la inscripción "Niki Spider Alfa Romeo F1" en la zona delantera de la trompa, fue presentado oficialmente a la prensa americana, y también utilizado en las calles de Long Beach por Niki Lauda que tuvo en uso el primer ejemplar de esta pequeña serie de máquinas.
Nada de particular, sólo un "vestido " levemente diverso del de la gran serie, pero lo suficiente para excitar la curiosidad de los clientes americanos del mismo modo en que fue incentivada la de los clientes alemanes que tiene la posibilidad de comprar una Giulietta con el autógrafo de Lauda sobre el baúl. El Alfa Romeo Niki Spider, además de la pintura especial, está dotado de dos espejos retrovisores externos, de línea aerodinámica, y de un spoiler posterior en plástico, que le da una línea agresiva.
Parece que los estadounidenses se interesaron mucho en el vehículo, no obstante una sensible diferencia en el precio.

Rega con el viejo. Clay Regazzoni tuvo que utilizar el Shadow viejo, dado que el nuevo previsto para él, debió ser entregado a Ongais, cuyo equipo lo había pagado y bien. Sacrificado el interés del team, Regazzoni esperaba poder disponer de todos modos del Shadow nuevo cuando vio que Ongais no había logrado clasificarse. En cambio la Interscope, que patrocina al americano, no quiso ceder la máquina, prefiriendo partir de inmediato para efectuar pruebas con miras a su presentación en Mónaco con alguna posibilidad de andar bien.

Primeras vueltas: "A Lauda me hubiera resultado difícil pasarlo. No podía ponerme a su cola por la gran turbulencia que producía su auto. Igualmente creo que una oportunidad a lo largo de las 80 vueltas, la hubiera tenido"

El domingo gano yo. "Este es un circuito muy, muy difícil, donde hay que concentrarse mucho", comentaba Reutemann. Si es por concentración, Lole puede decirse que se lo tomó muy en serio desde la primera práctica. "Carlos dice que el domingo gana él", nos deslizó Mimicha, por lo menos más expresiva que Reutemann, fiel a su costumbre de no desbordar demasiado optimismo antes de tiempo.

La superación de Gilles. Los de Ferrari celebraron en forma la reconfirmación de la superioridad de lo conseguido el viernes en la jornada del sábado, donde Villeneuve dio la gran sorpresa andando mucho más fuerte de lo que creían los entendidos.
"Gilles se ha superado mucho. Comprende mejor a la Ferrari y se está dando cuenta de la mejor forma de aprovechar el motor", manifestó Lole de su joven coequiper. El espíritu que se nota en el team es por cierto bastante más tranquilo que el del año pasado, cuando Niki tenía a todo el mundo en jaque y Lole debía limitarse a seguirle la corriente. Eso no quita que de vez en cuando Forghieri o alguno de sus "súbditos" desate por allí el temperamento itálico y con abundancia de gritos y ademanes ponga contento al público que quiere ver el "Show Ferrari".

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El podio. Apenas un momento de alegría exteriorizada para el argentino. Cuando bajó de él, su mente ya estaba puesta en Mónaco

Foto aérea del circuito; la línea de puntos indica su trazado por las calles de Long Beach

Lejos de la punta, pero a buen ritmo, estuvieron Patrick Depailler y Ronnie Peterson. Al final lucharon por los puntos gordos, finalizando tercero y cuarto respectivamente

Sorprendente fue el trabajo de Alan Jones y su Saudia Williams. Tras un leve retraso inicial, remontó hasta colocarse segundo

Alan Jones concretó una de las mejores labores individuales en Long Beach. Llegó a ponerse a la cola de Reutemann, hasta que un roce torció los bigotes de su Saudia Williams retrasándolo

Sin la espectacularidad de su labor en Kyalami, Riccardo Patrese logró no obstante sumar su primer punto del año en USA

En una de las tantas reuniones de la plana mayor de Ferrari, Reutemann y Villeneuve cambian opiniones con Mauro Forghieri y Dupasquier, de Michelin. Las gomas no fueron problema esta vez para los autos de Maranello

Gilles Villeneuve realizó un trabajo realmente de excepción haciendo la punta hasta su abandono. En la foto lo vemos tras Clay Regazzoni con quien se rozó al intentar pasarlo, siendo la Ferrari proyectada de cola contra un guard rail

La señal del box de Ferrari prueba el ritmo al que giró Carlos Reutemann

La carrera en cuatro fotos

Vuelta inicial con Villeneuve en punta, seguido por Watson, Lauda y Reutemann en claro duelo Ferrari - Brabham

Ya se quedó Watson y Lauda y Reutemann sostienen dura lucha por el segundo puesto, seguidos por Andretti y Jones

Se quedaron Villeneuve y Lauda, se retrasó Andretti y Jones acosa al argentino

Jones también se retrasa y Reutemann cruza victorioso la meta

Orden de partida

Gran Premio de Estados Unidos de la Costa Oeste

Circuito de Long Beach de 3.251 m

Recorrido Total 261.706 Km (80 vueltas)

2 de Abril de 1978

Abandonos

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