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SP
- 1000 Km de Nürburgring 1970
Berta
LR. Un testimonio argentino
Por
Rodolfo Villanueva
Revista
Automundo Nro 265. Junio de 1970 |

El
Berta LR entra en los boxes de Nurburgring franqueado por Diez y
Caldarella. En primer plano se ve el Porsche 908/3 ganador y otra maquina
de la marca
Largó en séptima fila del lado de la cuerda y abandonó en la quinta vuelta al quemar la junta de la tapa de cilindros tras cortar una manguera de agua. En ese momento, el Berta LR Cosworth iba decimotercero conducido por Luis Di Palma. Así, terminaba la primera experiencia de un SP argentino, conducido por pilotos argentinos, en el viejo mundo. A pesar de ello, la experiencia fue positiva; dos organizadores europeos invitaron al equipo para disputar sendas carreras ... Y no se pueden quedar
Si se pudieran quedar ...
Por segunda vez en lo que va del año, la bandera argentina fue izada en los boxes de Nurburgring. La primera ocasión fue en homenaje de un piloto -"Lole Reutemann"-, pero ahora nuestra representación no consistía sólo en hombres: un sport prototipo argentino se encontraba en el Viejo Continente para medirse con los mejores productos de las casas que aspiran al Campeonato Mundial de Marcas. 
El coche argentino cumplió a pesar de que abandonó
Los prolegómenos fueron complicados y, por momentos, desalentadores. Apenas completadas algunas
vueltas de ensayo, se hizo evidente que el Berta LR no estaba en óptimas
condiciones. Una notable inestabilidad direccional lo volvía casi
incontrolable en las rectas y, tanto Di Palma como Marincovich, se veían
obligados a hacer maravillas para mantenerlo dentro de la pista.El
resultado era obvio: tiempos poco competitivos.
A pesar de las
perspectivas poco favorables, ninguno de los integrantes del equipo se
dejó desmoralizar. A través de las impresiones que le transmitía Di
Palma, Berta intuyó que el problema de la tenida defectuosa podía ser
originado por el rodado. Las características del trazado alemán difieren
en forma tan radical de la de nuestros autodromos, que de poco servia la
experiencia acumulada.

Había que hacer la prueba, pero desgraciadamente
las llantas mas angostas -de 14 pulgadas-, que se necesitaban para el tren
trasero, eran imposibles de conseguir en Alemania. La única solución era
traerlas desde Inglaterra, pero el fabricante, Lola Cars, se negaba a
enviarlas si no recibía antes el importe correspondiente.
Tony Rudlin
salvó la situación. Una llamada telefónica hecha por Berta el jueves a
última hora fue suficiente para que antes de finalizar la jornada de
entrenamientos del viernes, Rudlin se presentara en los boxes con las
llantas. A lo largo de todo el día, pequeños problemas técnicos se
fueron sucediendo, y ni Berta ni sus mecánicos habían tenido un momento
de descanso.
Poco a poco, todo fue quedando en orden y para el sábado por
la mañana el Berta LR ya estaba perfectamente a punto. Seria injusto
dejar de elogiar el comportamiento de todos los integrantes del equipo
antes de seguir adelante. En todo momento trabajaron sin distinción de jerarquías
en busca de un fin común; poner el auto en condiciones. Berta, sus tres
mecánicos y los dos pilotos forman un grupo humano fuera de lo común, y
la armonía que reina entre ellos es, sin lugar a dudas, uno de los
elementos mas valiosos con que cuenta el equipo.
Di Palma, a quien vemos conversando con Marincovich en los boxes, mientras observan Caldarella, Diez y Sanfeliú y Berta aparece de espaldas
El
sábado por la mañana llegó, por fin, el momento de medirse con los que
habrían de ser sus rivales en carrera. Por razones de bajo consumo y de
la mayor maniobrabilidad de los Porsche 908 spider, la casa de Stuttgart
prefirió utilizar estas máquinas de tres litros en lugar de los
poderosos 917 de cinco litros de cilindrada. Los spider alemanes eran del
nuevo tipo presentado en la Targa Florio, carrera que ganaron casi sin
oposición.
Estéticamente son un verdadero desastre, con su cockpit muy
desplazado hacia el frente -debido a que el motor se corrió hacia
adelante para poder colocar la caja de velocidades entre el block y el
diferencial- lo que hace que el piloto toque con los pies la parte
interior de la trompa, y una terminación que en verdad deja mucho que
desear.
Sin embargo, tan pronto como se los ve accionar en una pista, se
varía la opinión. Ferrari había llegado con tres 512 oficiales y
Filipinetti reforzaba sus líneas con otra máquina similar para Mike
Parkes - Herbert Muller. Schetty redujo las huestes de la marca
del caballino rampante al destrozar uno de los vehículos oficiales en un
fuera pista que sufrió durante los entrenamientos del viernes.
Las unidades
restantes no lograban acercarse a los registros de los mejores Porsche (Giunti
estableció el mejor tiempo para los autos rojos con 8m01s 7/10, mientras
que Siffert había conquistado el puesto de la cuerda en la primera línea
con 7m43s3/10) y, en forma casi oficial, un vocero de la marca admitió que venían
"con la cabeza gacha".
Un único Alfa Romeo 33 completaba, junto con el Berta LR, la "oposición foránea"
contra la que deberían luchar los Porsche. La marca del trébol aún no ha
podido ganar ninguna de las carreras puntables disputadas en lo que va del
año, pero de cualquier manera la presencia de Stommelen en el volante y el
haber establecido un sexto tiempo en la clasificación, hacían de este auto
un rival digno de ser tenido en cuenta.
Los tiempos del Berta estaban muy
lejos de los punteros, pero ante la perspectiva de disputar una carrera tan
larga, no era sensato arriesgar el auto por escalar algún puesto en la
grilla de largada.
Los últimos momentos de incertidumbre se vivieron por la
tarde del sábado, cuando por un instante se temió que los organizadores no
permitieran correr a los argentinos. Reglamentariamente, cada uno de los
pilotos debía completar, por lo menos, cuatro vueltas consecutivas para
adquirir el derecho de partir. Di Palma dio seis sin experimentar problema
alguno, pero cuando Marincovich estaba por completar la cuarta, Hans Laine
sufrió un accidente en el que perdió la vida, mientras avanzaba a poco
cientos de metros adelante del argentino.
Los restos de la máquina se
incendiaron y todos los pilotos que venían detrás se vieron obligados a
parar. Cuando se despejó la pista, la jornada de entrenamientos había
llegado a su fin. Teniendo en cuenta que no había sido culpa de Marincovich
el no haber cumplido con la cláusula reglamentaria, los organizadores
decidieron autorizar al auto a ser de la partida. El registro de 8m39s8/10
establecido por Luis Di Palma los ubicó en la séptima fila.

Ahrens - Elford fueron quienes coronaron el triunfo de la casa alemana, que la pone a un paso del titulo
La
carrera
El
domingo amaneció totalmente nublado y por un momento en los boxes se
empezó a considerar la posibilidad de cambiar las gomas para piso seco por
las de lluvia.
Finalmente, todos optaron por correr el riesgo y apostar en
favor del buen tiempo. Cuando el auto guía -la largada se hizo tipo Indianápolis-
ingresó en boxes, de la larguísima caravana que lo seguía vimos
adelantarse la trompa celeste del 908 de Rodriguez.
Al completarse el primer
circuito, le seguía Giunti, con su Ferrari, a 14s3/10, hostigado de cerca
por Siffert y Elford. Di Palma se encontraba decimocuarto. Dos vueltas mas
tarde, el italiano se quedó sin combustible en medio del circuito a causa
de una perdida y los tres Porsche tomaron la vanguardia.
Detrás venia
Surtees con el Ferrari oficial sobreviviente, con Stommelen pegado a sus
talones. La deserción de Giunti llevó a Di Palma al decimotercer puesto. A
lo largo del resto de la primera hora de carrera, las posiciones de
vanguardia no experimentaron más variaciones.
Justamente cuando se estaba
por cumplir este plazo, y en los boxes del Berta, Marincovich esperaba a Di
Palma con el casco puesto para reemplazarlo cuando comenzara el sexto
circuito, una manguera de agua dio por tierra con las esperanzas de los
argentinos. Después de haber pasado por Adenau, y poco antes de entrar en
el "karrussel", Di Palma observó que una columna de vapor se
escapaba del motor y debió dejar el auto abandonado al borde del camino.
Según sus propias declaraciones al volver a los boxes -tuvo que llamar por
teléfono desde donde se había quedado para que lo fueran a buscar en un
auto- el Berta se comportaba perfectamente mientras se mantuvo en carrera, y
todos los defectos de tenida habían desaparecido por completo.
Lamentablemente,
muchas veces una pieza de valor irrisorio -como lo es una manguera de goma-
da por tierra con una empresa en la que se han invertido millones, pero de
cualquier manera se cumplió con uno de los objetivos que animaron a los
miembros del equipo; demostrar a los europeos en su propia tierra que un
auto argentino esta en condiciones de entrar en conversación.
Es una
verdadera pena que compromisos de trabajo impidan a Berta llevar a cabo una
campaña mas extensa, en especial teniendo en cuenta que, aún antes de
largarse la carrera, fue invitado por dos organizadores diferentes para
intervenir en otras tantas pruebas de la categoría.
Dos
vueltas antes del abandono del Berta, es decir, en el octavo circuito,
Redman logró superar a Kinnunen y tomó la punta. Este fue el último
puesto ganado en carrera. De allí en mas todos los ascensos fueron
consecuencia de la deserción de algún otro auto.
Para mediodía, las
posiciones de vanguardia habían experimentado variaciones sensibles como
consecuencia de los abandonos de Kinnunen (se salió de pista), Siffert (no
pudo arrancar su auto en boxes cuando lo reemplazó a Redman en la
conducción) y Stommelen (rompió un amortiguador trasero).
El
equipo Elford - Ahrens heredó el comando, seguidos a bastante distancia por
el otro Porsche 908 spider de Herrmann - Attwood. Detrás de ellos quedaron
los Ferrari de Surtees - Vaccarella y de Parkes - Muller.
En un final
bastante monótono, Porsche conquistó los puntos que le faltaban para
asegurarse una vez mas el campeonato de marcas, y Elford obtuvo su segunda
victoria en la historia de esta competencia (había ganado en 1968 en pareja
con Siffert).

.
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El Porsche 908 debutó en la Targa Florio ganando. En Nürburgring repitió. El auto tiene el cockpit y el motor visiblemente desplazados hacia adelante

El
box argentino en el que Marincovich y Berta dialogan, mientras
Caldarella (semioculto) observa y Diez trabaja
Hans Laine

Las pruebas de clasificación estaban por finalizar. De pronto, el Porsche 908 se elevó, cayó estrepitosamente y explotó de inmediato envuelto en llamas. A su lado, el cuerpo ya sin vida del volante Hans Laine representaba la cuota anual de drama que, invariablemente, consume el endiablado anillo de Nuerburg.
Laine un pequeño finlandés de 25 años, es, seguramente, recordado por todos los argentinos debido a su participación en nuestra última Temporada Internacional, donde piloteó el mismo Porsche 908 spider en el que el domingo halló la muerte.
De singular capacidad conductiva, el desaparecido piloto se ganó, junto a su coequiper, el holandés Gijs Van Lennep, el reconocimiento y la admiración no sólo del público, sino también del periodismo local, que vio en él a una futura figura del ambiente internacional.
En realidad, quienes le vaticinaron un brillante futuro no estaban equivocados: de regreso a Europa, siempre en compañía de Van Lennep, el finlandés finalizó cuarto en los 1000 Kilómetros de Brands Hatch, donde fue primero entre los autos de tres litros; cuarto en la Targa Florio y quinto en los 1000 Kilómetros de Spa. En las tres carreras, el arriesgado binomio, que entre nosotros fuera. 'bautizado como "Los Locos Adams", por sus vistosos derrapes controlados, fue superado únicamente por representantes de equipos oficiales, es decir que fueron los mejores particulares.
En Spa habían estrenado un flamante Porsche 917, con el que también se inscribieron en Nürburgring, pero a último momento, igual que los equipos oficiales de la marca, decidieron recurrir al viejo 908.
Para Laine era ésta su primera temporada intensiva en Europa, corriendo entre los grandes de la categoría. Lamentablemente, su trayectoria se cortó en forma abrupta, justamente en un circuito exclusivo para los grandes ... 1000 Km de Nurburgring 1970
44 vueltas -
31 de Mayo de 1970
Clasificación final
|
Pilotos |
Vehículo |
Tiempo |
1 |
Kurt Ahrens -
Vic Elford |
Porsche 908/3 |
6h05m21s2 |
2 |
Hans Herrmann -
Richard Attwood |
Porsche 908/3 |
6h10m34s8 |
3 |
John Surtees -
Nino Vaccarella |
Ferrari 512S |
a
1 vuelta |
4 |
Herbert Muller -
Mike Parkes |
Ferrari 512S |
a
2 vueltas |
5 |
Gerard Larrousse
- Helmuth Marko |
Porsche 908 |
a
2 vueltas |
6 |
Rudi Lins -
Willy Kahusen |
Porsche 908 |
a
2 vueltas |
7 |
Karl Von Wendt -
Gerard Koch |
Porsche 908 |
a
3 vueltas |
8 |
Sepp Greger -
Helmut Leuze |
Porsche 908 |
a
4 vueltas |
9 |
Dieter Basche -
Gunter Werlich |
Porsche 908 |
a
6 vueltas |
10 |
Tony Fischaber -
Dieter Schmid |
Porsche 2200 |
a
6 vueltas |
11 |
Piers Forester -
Alain de Cadenet |
Ford GT40 |
a
9 vueltas |
Promedio del ganador: 165 Km/h |
RV |
Pedro Rodriguez |
Porsche 908 |
7m50s4/10 |
Vea también

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