Moss, Collins y Hawthorn, a poco de la largada, al embestirse entre si, se eliminaron de la prueba
Realizando una de esas demostraciones que tanto prestigio le han acordado en el orden mundial, Juan Manuel Fangio logró darle a la Maserati fórmula 1, el segundo triunfo consecutivo de la presente temporada internacional, en pruebas incluidas en el Campeonato Mundial de Conductores.
El circuito de Montecarlo, fué el escenario de esta nueva conquista, y como lo preveíamos, el mayor riesgo lo tuvo en el equipo Vanwall, pese a que el mismo a poco de la partida perdió su mejor conductor quedando solo en carrera, una de
las dos máquinas que largaron.

Peter Collins, salta de su Ferrari, mientras su compatriota, Mike Hawthorn, hace esfuerzos por salir de su máquina, a poco de producirse el triple choque, entre los conductores británicos. (Moss y su Vanwall, no son visibles). Fangio fué el único de los 4 punteros que pasó, sin siquiera rozar los otros coches

Fangio, que había partido en tercer término, detrás de Moss y Collins, sin esforzarse quedó puntero, en el cuarto circuito, luego que Moss, Collins y Hawthorn, quedaran eliminados al embestir, los dos últimos la Vanwall del primero, que al salir fuerte de una curva chocó contra la muralla de protección.
Quedaron así fuera de carrera, a poco de su iniciación, precisamente los dos número uno, de los equipos rivales: Vanwall y Ferrari. Esto facilitó grandemente la actuación del cuatro veces campeón del mundo, que se concretó a dictar una clase magistral de conducción. Su primera lección, altamente elogiada, fué su paso, sin rozar las máquinas que segundos antes habían abandonado precipitadamente en la pista, Moss, Collins y Hawthorn.

Fangio, que aquí corre segundo, va a sacar una vuelta a Ivor Bueb con Connaught. Detrás del campeón puede verse a Scarlatti, que conduce un Maserati
Fué otra de sus prodigiosas maniobras, lo que lo salvó de seguir la suerte de los tres citados. Fangio corría tercero, detrás de Moss y Collins, precediendo a Hawthorn. Al chocar Moss contra la barrera protectora, saltó de la máquina, en momentos que venía Collins, quien pese a sus esfuerzos no pudo evitar irse sobre la Vanwall.
Fangio, con admirable serenidad, sin inmutarse lo más mínimo, enfiló su máquina, y pasó sin rozar los coches detenidos, repitiendo así sus magistrales maniobras de 1950 en ese mismo circuito, cuando evitó la colisión con doce coches que habían chocado entre sí, obstruyendo la pista, y durante la trágica carrera de Le Mans, en que con su extraordinaria sangre fría y habilidad eludió, corriendo a muy alta velocidad, los coches protagonistas de aquella famosa catástrofe.
A partir de ese momento, el campeón mantuvo la vanguardia, siempre perseguido por el joven volante británico Tony Brooks, cuyo brillante desempeño hizo que los directores del equipo Vanwall no dispusieran su cambio por Stirling Moss, que había quedado disponible.

Otro pasaje, durante le desarrollo del Gran Premio de Mónaco. Gould, con Maserati precede a Gregory, Maserati y Flockhart con BRM
En determinado momento Fangio amplió hasta más de un minuto su ventaja sobre su tenaz escolta, pero en los últimos circuitos, en tanto el puntero, seguro de su triunfo, regulaba la marcha, Brooks aumentó su ataque y llegó finalmente a 25 segundos 2/10 del cuatro veces campeón del mundo.
El ganador tardó 3 horas 10 minutos 12 segundos 8/10 para recorrer los 330,225 km de la carrera, a un promedio de 104,160 km. por hora, inferior al récord que desde 1955 retiene Maurice Trintignant, quien con Ferrari, estableció una velocidad media de 105,914 km. por hora.
La ausencia de sus rivales, que llevó tranquilidad al vencedor desde los primeros circuitos, también impidió que Fangio enalteciera con una nueva marca de vuelta, su nuevo éxito. El mejor circuito lo descontó en 1m 45s 2/10 y un promedio de 107,215 km por hora, en tanto el récord continúa siendo el establecido por el propio campeón del mundo, en 1955, cuando con la famosa Mercedes Benz, recorrió los 3.145 metros de la vuelta de Montecarlo, en 1m 42s 4/10 a un promedio de 110,660 kmts. por hora.
Muy meritoria, bajo todos los
conceptos fué la performance de Tony Brooks, un volante recién incorporado a justas de esta jerarquía, pero cuya formación en competencias de fórmula 3, le ha dado firmes conocimientos, que con la experiencia en esta categoría harán pronto de él una de las primeras figuras en el concierto mundial.
También constituyó una agradable revelación la actuación del Vanwall, un coche de fórmula 1, que está ya a punto y a quien se considera muy capaz de ofrecer batalla y vencer a las máquinas italianas en las próximas confrontaciones del actual campeonato mundial de conductores.
También fué muy meritorio el desempeño de Masten Gregory, que corrió una Maserati, independientemente. Lewis
Evans, otro debutante en lides tan importantes, ocupó el 4to puesto con Connaught, mientras recién en el quinto puesto encontramos la primera Ferrari, que condujo Maurice Trintignant, cuyo récord general aún se mantiene. Cerró la lista de clasificados, Jack Brabham, con
Cooper.
En general fué una jornada auspiciosa para el automovilismo británico, que resurge con fuerza cada vez mayor. De los 16 coches que largaron, sólo terminaron 6, mientras los 10 restantes fueron quedando en el camino, eliminados por accidentes incruentos.







Stirling Moss con Vanwall VW3

Carlos Menditeguy con Maserati 250 F

Jack Brabham con Cooper Climax T43

Juan Manuel Fangio


Masten Gregory con Maserati

