Dos nombres nuevos: Torino y Héctor Luis Gradassi. Una trayectoria que comienza auspiciosamente
Un nuevo club organizador. Un nuevo circuito. Un nuevo equipo. Una nueva marca. Un nuevo piloto.
San Pedro, la primera de las competencias TC del año 1967 trajo muchas cosas nuevas. Se veían venir... y llegaron. Algunas con una fuerza tal que superaron todos las previsiones.
Cronológicamente, en las competencias de TC, las cosas se inician en la tarde del sábado, cuando los competidores proceden a recorrer el circuito con el fin de conocer sus dificultades y experimentar el medio mecánico. Cuando la clasificación es imperativo, el prólogo debe escribirse con buena letra, y entonces, las cosas se inician antes.
Este fue el caso de San Pedro donde, por disposición reglamentaria, sólo podrían ser de la partida 45 máquinas. El número de anotados superó
la cifra tope establecida por el reglamento, cifra que fuera determinada con criterio preventivo, dadas determinadas características del circuito. Numerosos visitas previas, de aquellos que por sus consecuencias son útiles a la performance de los autos y al espectáculo en sí, recibió San Pedro con anterioridad a la iniciación de su prueba de clasificación que, en forma simultánea, lo fue eliminatoria.
El hombre del afortunado vuelco, Jorge Ternengo. El accidente no va en detrimento de una solvencia que tuvo el domingo cabal expresión
Los circuitos ...
...en consecuencia, fueron dos. El pequeño para clasificar, el grande para competir. Ambos, por feliz coincidencia, ya que honestamente no podemos atribuir ésta a una marcada intención, tenían características similares.
El trazado del circuito eliminatorio respondía o las características del que sería escenario del domingo. De estos valen la pena dos renglones. Se trata, en ambos casos, de trazados en que la virtud conductiva adquiere el relieve que le corresponde por lo trabado de algunos sectores, la forma en que ciertas "eses" enlazaban, mediante la ayuda de cortas rectas, curvas de notoria dificultad, por la existencia de tramos de velocidad en ambos pisos, pavimento y tierra, y por la forma en que éstos finalizaban, exigiendo noción de distancia, habilidad en el frenaje y criterio de aproximación. El piso, bueno. En ambos sectores.
La falta absoluta de viento en la tarde de la clasificación, junto con determinado encajonamiento, en el que el polvo -espeso y fino- quedaba flotando en el aire, hizo temer por las condiciones de visibilidad que existirían durante la competencia. Pese a que en la mañana del domingo, una brisa pronunciada ejerció su benéfica influencia sobre el circuito, las condiciones no fueron, con todo, ideales, sino solamente buenas.
Eduardo Casá llevó a buen fin una carrera difícil, ardua, peleada. Mano a mano en el asfalto, en la tierra, en los virajes. No hizo más porque no pudo más. ¿Alguien dijo que Casá en conservador?
Durante la clasificación ...
...se notó, ya, la influencia de una organización concienzuda y metódica, que pretendía no dejar nada librado al azar. Fallas existieron, pero, para una primera experiencia, los resultados son positivos. Conviene, eso sí, seguir teniendo presente que nada se gana con pequeños procesos de historia en la recta, al pretender mantener alejado el público, cuando éste tapa -con toda impunidad y sin que se escuchen ni diatribas
ni silbatos- las calles de escape. Sobre todo cuando la de referencia es precautoria de la conjunción de una recta veloz, con un agudo retorno. Los madrugadores habían recorrido el circuito de clasificación en horas tempranas, y aun en días previos.
Algunos registros extraoficiales establecían marcas sensiblemente inferiores a la obtenida por Casá, en los primeros momentos de la prueba eliminatoria, con lo que la expectación se mantuvo incólume. Atilio Viale del Carril, al comando de uno de los dos Falcon que Ford Motor Argentina presentó, fue el primero en acercarse a la marca del Nro 1 del ránking. Sólo 4/5 lo separaron del mismo, al establecer un neto de 2m9s1 /5. Dos "costaladas" poco usuales en ese piloto encontraron su explicación, cuando el neumático trasero derecho de su auto terminó de desinflarse; al detenerse en parque cerrado.
El Ford F-100 conducido por Nasif Estéfano presentó variantes de carrocería en su cola. Esta es experimental y, por lo tanto provisional. El rendimiento de los autos del equipo oficial estuvo lejos de otros particulares de la misma marca
Ricardo Bonnano tuvo a su cargo poner la primera bomba de la tarde. Mientras su eco aún se hacía oír, la legión de cordobeses que habían llegado de la tierra de Gradassi pudieron dar rienda suelta a su euforia, cuando el piloto de Villa Carlos Paz, al volante de un Torino, batió esa marca. Las huestes de Oreste Berta, dicho esto en sentido de unión para el cometido y no numérico, dejaron escapar un poco de la presión acumulada. Con el avanzar de la tarde, ésta llegaría a cero y haría su aparición el "relax". Pero antes cumplieron sus pruebas correspondientes Eduardo Copello, a cargo de la unidad experimental, y Jorge Ternengo, al volante de un auto similar al conducido por "Pirín" Gradassi.
La primera vuelta de Copello fue impecable. En la segunda, cuando nuestro punto de referencia le había adjudicado el excepcional tiempo de 2m01s2/5, justo al sobrepasar el mismo, inició y dio buen fin a un medio trompo que lo mantuvo detenido por instantes. Con notoria solvencia salió del mismo, y no obstante lo acontecido, se adjudicó el récord del circuito.
Ternengo, por su parte, hizo todo al revés. Erró el tiro en dos oportunidades en la primero vuelta, la que no era computable, e hizo todo bien en la que la deportiva cronometraba. Resultado: Torino por tres. Primero, segundo y tercer puesto. Conmoción en los ambientes del TC.
Premoniciones paro el día siguiente. Reiteraciones de aquello de que "una cosa es cantar solo y la otra con guitarra". Expectación con filo. Casá, en el cuarto puesto, amenazado
por Matías Viale, séptimo, precediendo a Gimeno y a Tempone. Estéfano debió conformarse con el décimo lugar, y Galbato, con el de la "suerte", el 13.
El orden aparentaba cierta lógica, con dos excepciones: las de Di Palma y Rubén Roux. El primero porque tuvo que clasificar con
vuelta detenida, a raíz de un problema de embrague surgido con anterioridad y el segundo, por claudicación de la caja de velocidades. Pero antes, Rubén Roux, en horas de la mañana, había mostrado la hilacha. De haber repetido aquello quizá una cuña se hubiera interpuesto entre los Torino.
Ricardo Bonnano a bordo de su flamante unidad. Pudo pelear los primeros puestos en la primera parte de la carrera. Luego debió ceder algo en su ritmo de marcha
La mañana del domingo ...
...se presentó diáfana, clara y llena de gente. Tanta, que su presión llegó a sobrepasar las medidas de orden que los organizadores habían tomado, originando largas colas y tapones, que impidieron tanto el paso de los corredores, como de los miembros de la CDA entre ellos el comisario de la prueba, don Pablo Vacario. Quizá el momento de incluir a la cartografía como uno de los ayudantes de la organización de competencias haya llegado.
La inmensa afluencia de público necesita ser canalizada. Su desconcentración, orientada. Los corredores y sus autos requieren paso libre para que los horarios puedan cumplirse, para que los motores y los órganos de trasmisión no se resientan por esfuerzos inútiles y prolongados.
Las autoridades de la prueba requieren el uso de la misma vía. Es posible que la concurrencia de muchos factores origine situaciones como las que dieron origen a la postergación de la competencia del domingo. Pero éstas, en bien de todos, merecen un detenido estudio y la puesta en práctica de aquellas soluciones que la prudencia aconseje. Que no es cerrar el circuito a la madrugada. Ello, al impedir el desplazamiento, riega la semilla de los embotellamientos y los tapones. La idoneidad y el sentido práctico del comisario deportivo pusieron las cosas en su lugar, y con un atraso de una
hora veinte minutos, dio comienzo...
Esta vez la suerte a Eduardo Copello le dijo nones. Como le dice cada vez que se trata de una carrera larga. En la ocasión sucedió dentro del distribuidor lo que no sucede nunca. Claro que lo que no sucede nunca sucede en una carrera de TC
... la competencia
Torino por tres, en la línea de largada, partieron raudos por cinta asfáltica en búsqueda de la bajada a la tierra. Problemas en el distribuidor relegaron muy pronto a Copello, quien cedió paso a dos coequipers, a Bonnano y a Casá, para entrar en la zona polvorienta.
El ritmo de Gradassi, quien tomó decididamente la vanguardia, llevó el promedio de la primera vuelta -con partida detenida- a casi 167 km/h. Copello se detuvo en abastecimiento. La persecución estaba a cargo de Bonnano, también de estreno, con su nuevo F 100, a quienes seguían Casá, Di Palma y Ternengo.
Jorge Cupeiro, que había largado último, como reemplazo, ya que no pudo clasificar el sábado, con notable esfuerzo superó a más de veinte competidores en la primera vuelta, pero no logró llevar a buen término el recorrido de la segunda. Las vueltas siguientes se caracterizaron por el avance de Jorge Ternengo y un pequeño retroceso de Casá y Bonnano. Roux y Luluaga habían abandonado, y el equipo oficial Ford debía conformarse con lo posible de realizar, mediando el actual rendimiento de sus autos -o el mejor de sus rivales-.
El ganador arrastra el caño de escape por el suelo, de punta, como si fuera lanza en ristre en búsqueda de víctima propiciatoria. Las mariposas mientras tanto tapaban radiadores. Pero éste era mal de todos
Casá dio comienzo a su ataque en la cuarta vuelta, y lo propio hizo Ternengo,. mientras que en los resultados parciales aparecían los nombres de Calamante y Matías. Gradassi, que no perdió la punta en el camino en ningún momento, aunque sí esporádicamente, en tiempo neto, como si hubiera adivinado el ataque de sus rivales, batió el récord del circuito en la quinta vuelta, llevándolo a 29m 19s 2;5.
La gloria, en este caso, no duró mucho, ya que Casá estaba empeñado en quedar dueño del campo. Cayó el récord en la sexta, esta vez en manos del balcarceño. Matías comenzó a agregarse a Calamante, y ambos a la esfera de los que mantenían la expectación de la carrera en todos los puestos, menos en el primero y segundo. En éstos, la lucha era angustiosa.
A Gradassi se le desprendió el caño de escape, que iba rozando el suelo, apuntando al mismo como una garrocha dispuesta a elevar la cola del vehículo a la primera trabada. A partir de ese momento, aunque su marcha conservó ritmo, los relojes acusaron cierta merma en el rendimiento, la que se vio confirmada con la aparición de una falla en un cilindro, con intermitencias, que permitió a Casá estrechar distancias.
Éstas se acortaron aún más, al detenerse Gradassi en abastecimiento a fin de cargar combustible, aprovechándose tal circunstancia para doblar el tubo de descarga de gases, de forma tal de evitar una desagradable eventualidad. Ternengo, mientras tanto, había avanzado en forma constante.
El 1-2 de los Torino fue posible y, más que posible, probable. Se interpuso una nube de tierra, momentánea ceguera, una curva que aparece de la nada y un susto sin consecuencias para nadie. Ni pum el auto. Pero para Jorge Ternengo, lo decimos convencidos de ello, fue el final de un debut feliz.
Bonnano, Matías, Calamante y Estéfano, en lo suyo. Sobre todo este último, limitado a lo que disponía. Matías sobre el final. Arremetida heroica que le permitió conquistar el triunfo parcial de las dos últimas vueltas. Detención de Casá para reaprovisionamiento. Suspiros de alivio en algunas gargantas. Los relojes, con todo, decían que hubiera sido imposible. Al menos, con el número previsto de vueltas.
Sobre el final, pañuelos blancos y la venganza de los que no eran dueños de vehículos ni de una ni de otra marca. Esta vez, bocinas de tono distinto saludaron el paso de Héctor Luis Gradassi, debutante con Torino, vencedor con Torino. ¿Por qué repetimos tantas veces Torino? Para que ustedes se vayan acostumbrando al nombre. Lo van a escuchar muchas veces.
Además, hablando claro ... ¿se han dado cuenta de que, por vez primera, un auto de diseño argentino se impone en una competencia de TC? ¿Que Pirín Gradassi -si bien por letra no es debutante en TC- ha hecho su debut serio en la categoría, imponiéndose -casi- de punta a punta?
Ah ... ¿y que los astrólogos-agoreros-adivinadores-de-futuro no existen?
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