Ferrari corría con un equipo poderoso. Presentó tres autos de 4.900 cm3 (los tres famosos) en manos de Froilán - Trintignant, Hawthorn - Farina y Marzotto - Maglioli, pero si bien los tres eran igualmente aptos para ganar -o quizá por eso- no se estableció ningún plan previo para correr la carrera. En realidad -recuerda Froilán González- cada uno salió a andar lo más fuerte posible con las limitaciones lógicas de una carrera que debe ser corrida con mentalidad de 24 horas.
En los boxes estaba el "maestro" Nello Ugolini dirigiendo a los mecánicos y a los pilotos a través de las pizarras, pero alrededor de medianoche el trabajo se le simplificó repentinamente cuando en pocas horas se quedaron definitivamente dos de los tres autos. La Ferrari de Froilán - Trintignant seguía en carrera sin padecer ninguna dificultad, pero la ansiedad creció en forma notoria en el box Ferrari que se veía con un solo defensor oficial frente a los incansables Jaguar y los no menos temibles Cunningham. Para colmo comenzó a llover y la maniobrabilidad superior de los Jaguar se podía hacer sentir.
No fue así, sin embargo.
"La lluvia molestaba, claro, pero en ningún momento me provocó una situación difícil ni vi que se acercaran los Jaguar. El auto andaba a la perfección y yo seguía el ritmo de carrera tal como lo había empezado."
¿Cada cuánto paraban a cambiar de piloto?
"Cada tres horas, cuando reabastecíamos. Cuatro mecánicos atendían cada auto mientras estaban los tres en carrera y por supuesto todos al nuestro cuando se quedaron los otros dos."
¿Usted tenía idea de cómo iba la carrera durante el trascurso?
"Si. En todo momento, porque como había salido en punta y no nos pasaba nada era evidente que seguíamos conservando el primer puesto. Y por otro lado, desde mi box me informaban en todas las vueltas sobre lo que iba pasando, quién me seguía o a cuántos minutos estaba."
¿Molestaban en carrera los autos más chicos que había que pasar, sobre todo en los momentos de lluvia? ¿No era incómodo en esos instantes andar con un auto abierto?
"No, para nada. Por supuesto había que fijarse bien al pasar a otro auto en la lluvia porque el coche podía patinar en cualquier momento y por lo tanto había que "embocarlo" antes de pasar pero nunca tuve un inconveniente. El auto abierto no era problema."
¿Que parte del circuito era la más difícil?
"Yo creo que la curva de Mulsanne por la frenada y después el mixto veloz, que hay pasando los boxes, las eses de Tertre Rouge, donde se dobla rápido."
A las dos de la mañana del domingo la Ferrari de Froilán González había acumulado dos vueltas de ventaja sobre el Jaguar más cercano y la carrera podía tomarse con relativa comodidad a pesar de que era la única Ferrari del equipo que andaba y que en cambio eran varios los Jaguar sobrevivientes. Trintignant y González se alternaban en la conducción, pero era evidente que "el Cabezón" era el piloto mas rápido de los dos.
Manejó más horas a lo largo de toda la carrera y subió al auto precisamente en los momentos críticos como la largada, las primeras vueltas, cuando comenzó a llover o como en el instante más dramático de toda la carrera para el box Ferrari, sucedió cuando faltaban tres horas para terminar la carrera. El mismo Froilán lo cuenta de acuerdo con su recuerdo exacto.
La misma Ferrari de Le Mans corriendo en el Autódromo de Buenos Aires. El que la conduce es Luis Milán, su tercer dueño
"Desde las primeras horas del domingo nosotras veníamos manteniendo una marcha muy regular y tranquila puesto que llevábamos dos vueltas de ventaja. Llovía de a ratos, pero el ritmo que manteníamos era siempre el mismo hasta que se produjo el problema que casi nos hace perder todo lo que habíamos conseguido antes. Resulta que la Ferrari tenia una toma de aire adelante para refrigerar el habitáculo y esa toma se abría o se cerraba desde adentro. Cuando yo le entregué el auto a Trintignant para que él cumpliera su último turno la boca estaba abierta. Al rato comenzó a llover nuevamente y Trintignant se olvidó de cerrarla, por lo cual, enseguida entró agua y se mojó un montón de cosas. Cuando él paró en el box el auto no arrancaba; hubo que secar todo y allí perdimos toda la ventaja que Ilevábamos. De las dos vueltas de sobra que teníamos, los Jaguar se acercaron a la misma vuelta como al principio, o sea que la carrera prácticamente empezó de nuevo."
¿Allí subió usted otra vez al volante?
"Si, para el último turno, o sea que me tocaba llegar."
¿Se acercaron mucho los Jaguar o luego usted volvió a alejarse?
"Cuando por fin arranqué del box el Jaguar que salió segundo estaba a dos minutos de distancia, y si bien no era mucho, de todas maneras no nos podían alcanzar por más que arriesgaran. Así que se mantuvo la distancia prácticamente hasta el final de la carrera"
Con la misma solvencia conductiva de las primeras vueltas Froilán González pasaba una y otra vez por los boxes, acortando cada vez más la ansiedad de la gente de Ferrari y de cuanto argentino estuviera en ese momento pendiente del acontecimiento que recién podría paladear a las cuatro de la tarde del domingo.
Todo salió como se esperaba y la Ferrari, sin ningún problema, recorrió los cuatro mil kilómetros de camino y por fin apareció por la recta principal, divisándose ya desde la veloz curva de Maisón Blanche y zumbando a seis mil vueltas en quinta como si fuera la primera vuelta de la carrera, donde también venía guiando al pelotón.
La bandera a cuadros cayó sobre la trompa roja, a los pocos minutos pasó el espigado Jaguar D y Le Mans 1954 había terminado. Una edición más para el tradicional Automobile Club de l'Ouest, organizador de la carrera, pero una edición histórica para el automovilismo argentino, que en aquellos momentos vivía de triunfo en triunfo por obra de Fangio y Froilán, pero que nunca había podido vencer en Le Mans.
Seria absurdo pretender que el triunfo de Le Mans se debió en todo a Froilán González, porque también Trintignant era un gran piloto. Pero decididamente "el Cabezón" -con sus condiciones excepcionales, quizá un poco oscurecidas artificialmente por las victorias de Fangio- fue el mas importante de los dos en esas 24 horas.
"Pienso que hoy en día la carrera de Le Mans debe ser más difícil que entonces por una simple razón; se anda mucho más rápido; pero como siempre que se habla de automovilismo de antes y de ahora, no se puede comparar; eran autos distintos"
Y si no hubiera sido la Ferrari, ¿qué auto de los competidores le hubiera gustado manejar?
"El Jaguar D. Después de la carrera me invitaron a manejarlo y di varias vueltas al circuito. Era un auto muy lindo, muy cómodo, sobre todo. Y tenía la ventaja de ser más chico. Pero no sé cuál hubiera preferido de los dos..."
Dieciséis años de entonces a ahora. Probablemente en este lapso haya cambiado totalmente el concepto del auto de carrera y las 24 horas actuales sean algo diferentes. Pero lo que no ha variado es la importancia fundamental de la gran carrera, donde a lo largo de los años aparecieron los grandes descubrimientos aerodinámicos y mecánicos. AIII está también el nombre de José Froilán González.