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Turismo de Carretera - Negrita Mark II Chevrolet 250

 

La Negrita Mark II

 

Revista Corsa 127. Septiembre de 1968

Negrita Mark II Chevrolet 250

La última versión de la "Negrita" todavía no conoce los halagos de un triunfo. Pero sin embargo es de lo mejor que se logró con una cupé. Gracias a ella y al 250 pulgadas, Roux volvió a "estar ahí"

Por orden de aparición. Como en las novelas de la tele; primero fue Pairetti, después Bordeu, más tarde Vianini y por último Roux con la "Negrita". En ese orden se repartieron la escasa media docena de motores de 250 pulgadas que Joseph y su séquito pueden atender.

A Marincovich lo descartamos porque Joseph apenas prepara la mitad del motor, el resto le corresponde al arrecifeño Pérez. Que Roux tarde o temprano tenía que caer dentro de la "bolada" era una fija.

Primero porque fue fiel a la marca durante años. Si bien andaba en la mala deportivamente, se debía simplemente a su parcial alejamiento de las "corsas" por un accidente que sufrió uno de sus hijos, sobre uno de sus camiones durante un viaje al sur. Segundo, tenía una cupé que podía andar. Si le habían puesto un 250 oficial bajo el poncho a la Coloradita, ¿por que no iban a hacerlo con la "Morochita" de Roux?. Y tercero, Roux a la hora de la muñeca no es manco.

Negrita Mark II Chevrolet 250

Por esa serie de razones Rubén Roux recibió uno de los motores de la Comisión de Concesionarios Chevrolet; un 250 que tan de moda está en estos últimos tiempos. Entre paréntesis; dicen que los motores de Joseph lo indujeron a Berta a poner una fábrica de desodorantes en Córdoba. Dicen que hay mucho olor a chivo... Este chiste, o lo que sea, deambula por el ambiente. CORSA nada tiene que ver. No asume responsabilidades.

La Negrita Mark II

La "Negrita" es una de las últimas buenas versiones que quedan de una cupé. No se alcanzan a usar los dedos de una mano para contar cuantas cupecitas se construyeron de acuerdo, exprimiendo al máximo el nuevo reglamento del TC, el que permite mayores libertades en lo que incumbe a la carrocería. El coche de Roux es lo mejor que se ve actualmente, con esa base "cupecística".

La carrocería se hizo a mediados de la año pasado en los talleres de Cabanas; guardabarros delanteros envolventes y cola trunca. Fue un excelente ejemplo de lo que se podía llegar a hacer con una cupé; pero estilísticamente quedó en la indiferencia frente a los Torino transformados en Liebre 1 o 1 1/2 que tenían una imagen mucho más moderna.

Negrita Mark II Chevrolet 250
Así era antes

El chasis es un Meunier, o sea más o menos un 1947; con suspensiones de ese mismo año en la parte delantera y trasera, pero con la solitaria hoja de elásticos Uniflex, que está dando muy buenos resultados en la categoría. A esta última, a la suspensión trasera, se le agregaron dos reactores longitudinales y una barra estabilizadora transversal.

Desde que adoptó los motores de la Comisión de Concesionarios usó la caja ZF, anteriormente gastó una Corvette de cuatro marchas sincronizadas, que cree Roux seguirá usando en las carreras de ruta abierta, si es que éstas se llegan a realizar.

Como manejarla

Rubén Roux mantiene el cuentavueltas entre las 4.500 y 6.000 poco plus; excepto en la horquilla de nuestro autódromo, donde la primera -a pesar de ser bastante larga- obliga sin más remedio a bajar de las cuatro quinientas. Razón es el torque máximo que está bastante arriba en los motores de Joseph. O sea, que lo ideal es trabajar en un régimen relativamente elevado.

Negrita Mark II Chevrolet 250
Así quedó después del tratamiento de rejuvenecimiento

Negrita Mark III

A pesar de que la "Negrita" Mark II tiene poco menos de un año de carreras y uno de vida, Roux ya está pensando en renovarse, que dicen que es vivir. Actualmente está construyendo paralelamente con Jorge Cupeiro un prototipo para autódromos.

"Cupeiro se encarga de todo, los hacemos juntos, será igual al de él, ambos con mecánica Chevrolet".

En principio serían dos chasis tubulares con carrocerías Baufer. Estarían listos ambos para fines de Octubre de1968, con un mes más para puesta a punto y armado. En principio Roux usaría las dos.

La Mark II para la ruta y la otra para la pista, salvo que el tubular se muestre más apto en ambas ocasiones y lo decida a poner en venta el modelo que ilustra esta nota. O que se le dé por aceptar alguno de los rezongos de alguno de sus tres hijos, para "que le dé una mano" para largarse de una vez por todas a las "corsas".

Roux, Negritas, ´68 y ´69

Es casi seguro que de aquí a lo que resta de la temporada siga usando esta versión; nos parece difícil que en menos de dos meses tenga tiempo de terminar o le terminen, el armando y la puesta a punto del nuevo auto. Va a tener que largar en posiciones secundarias frente a rivales o coequipiers como Pairetti, Marincovich o Vianini que están "chasisticamente" unos años más adelantados que Roux y su morochita. Y siempre y cuando Berta no se traiga más burros en los Tornados o aparezca un Redentor para los F-100 antes de que lleguen las Navidades y la temporada de F-2.

Negrita Mark II Chevrolet 250

Pero que Roux volvió es un hecho. El letargo de debió pura y exclusivamente al accidente sufrido por uno de sus hijos, que lo dejó un poco postrado anímicamente.

Después que se recuperó le ofrecieron un motor, nunca en mejor momento, y Roux volvió por sus fueros. Volvió a estar adelante "yo sólo no lo hubiese hecho, es imposible"; por el momento ningún Ford o Torino, excepto Copello parece poder ganarle en el autódromo de Buenos Aires, que es muy amigo de la velocidad.

Quizá la vuelta del piloto es lo que realmente importa. Más cuando se anda en busca de los cincuenta y empieza a tejer una serie de conjeturas absurdas y que ni siquiera tienen un mango de donde agarrarse. Porque si bien Roux no es figura típica del TC tiene todas las cualidades para serlo. Aunque empezó dominando, ganando 42 carreras en limitada del 27, en nueve años parece un personaje clásico del T.C..

Con varios años encima, no muy agresivo ni adepto a poses promocionales frente a las Canon del los fotógrafos, pero que sabe lo que es un punta y taco y le gusta correr mucho en autódromos (no porque sean cosa de pseudopuristas), porque realmente le atraen "teniendo el auto apropiado".

No le interesa ganar plata con el automovilismo sino divertirse y, si es gratis, mejor. No se dedica a longilíneos y aburridos entrenamientos, no se desespera si la carrocería de la "Negrita" Mark II está cubierta de cabo a rabo con leyendas publicitarias ni si le ganan uno, o dos, o tres, solamente quiere estar ahí, entre los mejores.

Por Julio F. Pérez Balbi


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ANTES DEL '69 QUIZÁS DEJE LAS MANOS DEL PILOTO DE MONTE GRANDE. LA ETAPA YA FUE CUMPLIDA. UN NUEVO AUTOMÓVIL, SIMILAR AL QUE ESTÁ CONSTRUYENDO ACTUALMENTE JORGE CUPEIRO, REEMPLAZARÁ A LA ACTUAL "MOROCHITA" DE ROUX

ROUX: UN CESSNA Y UNA CASA RODANTE

"... y me gustan algunas cosas como enganchar una casa rodante al auto y mandarme a mudar por ahí con la patrona...; tengo un Cessna, el que usa Radio Rivadavia, ése es el mío, me gusta volar".

Claro, vive en Monte Grande; ahí mismo hay un aeropuerto particular que llena el cielo de la ciudad con una decena de Cessnas particulares y que mantiene al tanto a todos los habitantes sobre el nuevo 180 recién llegado.

Rubén Roux es uno de los ciudadanos de esa localidad residencial, que tampoco se pudieron escapar a esa variante de la pasión que dan los fierros.

Casado, con tres hijos, "el 3 de diciembre cumplo 48" y el típico "si, querido" son algunos de los factores que giran en torno a Rubén Roux. Cinco ocasiones Campeón de Limitada del 27; 4 veces subcampeón; fueron el fruto deportivo de su vida transcurrida entre el 51 y 60.

Actualmente, y desde hace muchos años, tiene una empresa de transportes que trabaja para cuenta exclusiva de La Martona (cerca de Monte Grande, en Vicente Casares).

El taller, que fue construido para el mantenimiento de los "modus vivendi" a semirremolque de Roux, por lo general cobija a la "Negrita" o una pick up Chevrolet que usa siempre alguno de sus hijos para devorar F-100 en las legendarias picadas de Ezeiza.

Entre los pilotos lo prefiere a Luis Di Palma, casi casi su ahijado deportivo; entre los preparadores a Bernardo Pérez o a Joseph y sobreentendido está; entre los automóviles, al Chevrolet.

"Quiero agradecerle a Pochat, a Tevodo, a Joseph, la deferencia que tuvieron conmigo al darme uno de sus motores...; pensá que se lo podían haber dado a otro; hay muchachos que manejan igual o mejor que yo, y me lo dieron a mí... que hacía rato que no corría, y no sé si lo iba a seguir haciendo..."

Archisabido es que Roux se lo merecía, más en una época de autódromos por la que estamos atravesando, por ser un piloto que podía dar excelentes resultados, como los que dio, en la pista, y, por tener, aparentemente (después se confirmó que realmente) una cupé rendidora para la pista.

Entonces el trasplante de corazón, por medio del Dr. Joseph era obligado.

Se hizo y resultó. No hubo rechazo de tipo alguno.

Características técnicas

Chasis

Distancia entre ejes: 2.65 m Trocha delantera 1.50 m Trocha trasera 1.65 m Alto máximo 1.27 m Largo máximo 3.80 m Ancho máximo 1.91 m Peso en seco 1.120 kg Capacidad de combustible 200 litros Caja de velocidades ZF (en pista) o Corvette. Diferencial Eaton

Motor

Chevrolet Súper 250. Potencia 303 CV a 6.000 rpm Régimen máximo utilizable 6.200 a 6.300 rpm Carburadores 3 Weber descendentes de 48 mm Chasis Meunier Carrocería diseñada y construida por Raúl Cabanas

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Revista Corsa Nro 122. Agosto de 1968

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