Dominando ante la siempre numerosa presencia del público. Tommi Makinen demostró -por sí hacía falta- con su rendidor Mitsubishi Lancer, que no fueron casualidad sos dos triunfos anteriores en nuestro país ...

Con su segundo puesto, Carlos Sainz pasó a ser el nuevo líder del Campeonato de Pilotos. Aquí, en el lateral de su Toyota Corolla, se puede apreciar uno de los simpáticos diseños que modifica el equipo, acorde al país donde se corre

Primera etapa

Esta vez la carrera se desarrolló en cuatro jornadas, y no en tres como era norma en las últimas ediciones. El miércoles el Rally se abrió a la velocidad con el inédito superprime del Parque San Martín, en el que por primera vez en la historia de la categoría tres autos corrieron simultáneamente, largando y llegando en una misma línea, por tres carriles diferentes. Ese espectáculo fue seguido por 25.000 personas (muchas menos que las esperadas) y mostró como gran ganador a Colin McRae con su Subaru, que venían entonados por el triunfo en la fecha anterior de Córcega. La victoria parcial del escocés llenó de esperanzas a los muchos seguidores que tiene McRae en nuestro país, pero su vehemencia una vez más le hizo tambalear desde lo más alto del marcador, para resignar el liderazgo ya en la tercera prueba especial, en la primera etapa de campo, el jueves 21.

Y aparece Tommi

La primera etapa, corrida en el valle de Punilla, el más cercano a la capital cordobesa, terminó favoreciendo a Makinen. Ya en el primer prime del jueves, disputado también en el Parque San Martín, aunque con el esquema conocido en años anteriores, Juha Kankkunen y Didier Auriol superaban a McRae aunque sin desplazarlo por el momento del tope de la clasificación acumulativa, mientras Makinen apenas aparecía quinto.
En el primer contacto con las sierras "de verdad" la carrera mostraría un vuelco que seguramente signaría todo el desarrollo posterior: el Toyota Corolla de Auriol ganaba el tramo de casi 29 km entre Ascochinga y La Cumbre seguido por Makinen y Bruno Thiry y en ese orden se encaramaban en la clasificación progresiva. Pero lo más saliente de ese tercer especial fue el retraso de McRae, que con un pálido séptimo lugar a nada menos que 18.9 segundos quedaba lejos a más de quince del puntero, una diferencia que en este nivel y por estos tiempos es un abismo. Pero como se verá... no para McRae.
En la cuarta de las ocho pruebas especiales del día, Makinen pasaba al frente tras vencer a Sainz y Auriol en el tramo Tanti - Cosquín. Desde ahí hasta el fin de la segunda etapa, el finés sería el líder, aunque McRae se rehacía y descontaba a lo loco; y Auriol tampoco aflojaba.
La primera etapa -en dos secciones- terminó con Makinen (Mitsubishi) aventajando a Auriol (Toyota) por 12.4 segundos; a McRae (Subaru) por 16.9 y a Kankkunen (Ford) y Sainz (Toyota) por 37.5 y 52.3, respectivamente, diferencias estas últimas desacostumbradas por lo largas en un principio de carrera. Pero aunque lo pareciera, no estaba nada definido ...

El Ford Escort del ganador de la edición del ´93, Juha Kankkunen, deja a su paso una densa polvareda como "regalo" al público apostado en el lugar

Segunda etapa: El increíble McRae

No hay duda que Colin McRae tiene un espíritu indoblegable. Aunque nadie podría suponer que se quedaría quieto, ninguno imaginaba tampoco que podría"resucitar" como lo hizo a partir de la primera prueba especial del viernes. En el veloz tránsito de los tres primeros primes del día, cruzando Los Gigantes hacia el Valle de Traslasierra, el escocés (y no "on the rocks" precisamente) mostró todo lo que es capaz de hacer. Ganó dos de esos tres tramos y fue segundo en el ganado por Richard Burns, que sorprendía en el especial más rápido de la carrera, la bajada a Taninga, donde promedió más de 118 km/h.
Con eso, el Subaru número 4 de McRae - Grist pasaba a encabezar la general aventajando a Makinen aventajando a Makinen por 4.3 segundos. Agregó más de dos segundos en el lento prime Chamico - Ambul y otros 8 en El Mirador - San Lorenzo. Al llegar a la tradicional asistencia de Mina Clavero, McRae sumaba a su favor ¡15 segundos! sobre Makinen.
Pero faltaban los dos durísimos tramos clasificatorios de la Pampa de Achala. ¿Se equivocó el escocés del Subaru al intentar rematar prematuramente la carrera?. Todo parece indicar que así fue. En el siempre roto tramo que termina en las altas cumbres de Guilio Cesare. el Impreza World Rally Car "555" se fue afuera dañando la suspensión, perdió la punta y siguió con el auto herido sin posibilidad de asistencia. McRae se atrasó defensivamente en la bajada a Copina y terminó la etapa con una tranquilizadora de 56 segundos sobre Kankkunen y 65.6 sobre Sainz. Había desaparecido de la conversación importante Didier Auriol (motor fundido) y todo indicaba que no habría "dos sin tres" para Makinen y que la carrera había perdido todo interés. Aquello se confirmaría, pero lo otro no fue así.

Tercera etapa: La lucha por ser escolta

El sábado, en la corta y última etapa, Makinen se tomó las cosas con la tranquilidad que le han dado siempre el premio de la efectividad. Burns ganó el segundo parcial y McRae, ya con la suspensión de su auto en condiciones se alzó con el flaco consuelo de ganar los restantes cinco primes.
Lo emocionante, sin embargo, estaba en la lucha por el segundo puesto en la general. El cuádruple Campeón Mundial Juha Kankkunen había arrancado el día aventajando a Carlos Sainz por 9.6 segundos. Burns, McRae y Piero Liatti, ya estaban muy lejos y no contaban para el podio, salvo imprevistos, que no se dieron. Y el catalán salió a descontar, buscando dos puntos más, en el Valle de Calamuchita. Los casi diez segundos que llevaba el "viejo zorro" finlandés -aunque joven de edad-, se fueron achicando: 7.5, luego 3.7, reaccionó Kankkunen y puso en 4.6 la diferencia, que acortó Sainz a 1.4 y en la penúltima, Sainz pasó al segundo puesto con 1s8/10 de ventaja. Obviamente, ambos salieron en la última prueba especial de la carrera, Amboy - Santa Rosa de Calamuchita "a matar o morir". Y el que se quiso morir fue Kankkunen, quien pese a que termina adelante de Sainz, pudo comprobar que éste le había ganado por ¡siete décimas de segundo!, una diferencia que no se da hoy muy seguido ni en la Fórmula 1. Sin lugar a dudas, la emoción fue grande hasta el último metro de la carrera. La carrera fue entonces para el invicto Makinen, esta vez con su compatriota Risto Mannisenmaki (navegante suyo en su segundo Rally Mundial, en 1988, y quien reemplaza desde principio de año a Seppo Harjanne, que se retiró) en la butaca derecha, escoltado por Carlos Sainz (Corolla WRC) a 26s8 y Juha Kankkunen (Escort WRC); así los que subieron al podio fueron todos ganadores de nuestro Rally alguna vez. Luego siguieron Richard Burns (Mitsubishi Carisma GT, cuarto como en 1996), Colin McRae (Impreza WRC) y Piero Liatti (Impreza WRC), cerrando los seis oficiales que suman para los Campeonatos Mundiales de Pilotos y de Marcas. El vencedor retorna así a la lucha por el título, que sin mucha originalidad definiríamos que está al "rojo vivo" con Sainz ahora a la cabeza con 28 unidades, McRae (el anterior líder) con 26, Makinen con 24 y no muy lejos Burns y Kankkunen con 21 y 20 puntos, respectivamente, en los principales lugares.

El escocés Colin McRae rompió el viernes la suspensión de su Subaru Impreza y además fue penalizado con dos minutos y medio de recargo. A pesar de su espectacular esfuerzo por recuperarse, llegó quinto

Copa FIA 2 litros: El talismán de Seat

La gente de Seat dice que Argentina es el "rally talismán" para la marca. Y se basan para ello en que el año pasado, tras hacer el "uno - dos" en nuestro país, ganaron después todas las carreras que faltaban del ´97 para consagrar campeona a la casa española. Más que en otras argumentaciones, se tenían fe por esa razón, más allá del grado de preparación con que llegaban a la Argentina los dos Ibiza "kit cars" de Harri Rovanpera y Oriol Gómez.
Y hacía falta una cuota de suerte, ello es indudable, por la poderosa formación de sus "primos" de Volkswagen con Alister McRae y Kris Rosenberger (eso sí, equipos antagonistas inglés y alemán) y el "convidado de piedra" que resultó la coupé Hyundai de Kenneth Eriksson, revelación de la carrera y no precisamente por el piloto, del que Argentina tiene tan gratos recuerdos. El equipo argentino de los Renault Clio Williams (Gabriel Raies y Walter Suriani) nunca pudo estar en la conversación: cuarenta caballos son demasiado handicap para darles a tales monstruos. Y ni siquiera pudieron llegar: Suriani se quedó el primer día, tras incendiársele el auto (y luego volcar) y Raies al principio del segundo, por problemas en la centralita eléctrica.
Fue precisamente la coupé coreana la que golpeó primero, en un memorable final del inicial prime "tridente", donde tres autos llegaron separados por décimas a la raya: Eriksson, Alister y Rovanpera en ese orden. El quinteto se siguió dando como en la guerra el jueves y ganando uno y otro; Alister (Golf) quedó al tope tras la primera etapa aventajando a Gómez y Rosenberg, mientras se producía la baja de Rovanpera (motor) y el relativo retraso de la coupé Hyundai.
El viernes, Oriol Gómez ganó ampliamente la segunda etapa, descontó lo perdido en la primera y terminó con una ventaja de más de medio minuto con respecto al VW de Alister McRae, quedando Rosenberger a casi cinco; el Hyundai desaparecía por abandono tras la rotura del motor; de todas maneras los de la casa coreana se volvieron contentos por la experiencia y satisfechos con el rendimiento logrado.
En la tercera etapa, Gómez llegó a la victoria con la apabullante diferencia de casi 7 minutos sobre Rosenberger, curiosamente los dos, "segundos" pilotos de cada team. Tercero en la clase A7 fue nada más y nada menos que... el "Lanchita" Bissio (con Luis Oyola) a una hora, diferencia que va de un "kit car" a un Renault 18 alquilado, aunque tenga la preparación de Osvaldo Batelli. De Bissio hay que decir que es un piloto de gran potencial, y lamentar una vez más que sólo aparezca para los mundiales.

La dupla rioplatense Gustavo Trelles - Martín Christie se adjudicó el Grupo N con este Mitsubishi Lancer que muestra las huellas del duro trajín

Grupo N: Trelles, sólo nomás

Con 18 autos largados, la Clase 4 del Grupo N, la que define la Copa de los Autos de Producción, pudiera haber sido más peleada. Pero en definitiva, y salvo algún batacazo, todo parecía reducirse a lo que pudieran oponerle a Gustavo Trelles el austríaco Manfred Stohl y el eterno Jorge Recalde. Desde el comienzo se vio que Gustavo está en su plena madurez manejando un auto excepcional. Y no tuvo nunca ningún sobresalto en lo que sería su marcha hacia una victoria redonda, total, inobjetable. Recalde fue quien lo siguió (se tenía fe el "Caballo") pero las diferencias pronto fueron marcadas.
Stohl tampoco inquietó al bicampeón, y para colmo abandonó por rotura de la suspensión en la tercera especial.
En la octava PE se produjo el abandono de Recalde al romper una rótula de la suspensión de su Mitsubishi. El camino estaba libre para el uruguayo, para alegría de los 10.000 connacionales que cruzaron el charco para ver al máximo exponente del automovilismo oriental de todos los tiempos, quien al final superó por diez minutos al árabe Harned Al Wahaibi con el Evo 5, no dejando de acelerar nunca y entremezclándose siempre con los Clase 8 de segundo orden e incluso con los mejores F2 del mundo. Tercero fue Marcos Ligato, a la postre el mejor argentino clasificado. Ligato, de 21 años, alquiló para ésta el Subaru de Ignacio González y fue último en el "súper prime" inicial donde volcó, a raíz de ello estuvo por abandonar... Por suerte, siguió.
La pléyade de corredores argentinos que tuvo la clase, sufrió una verdadera debacle y casi desde el comienzo. Pronto desaparecieron por vuelcos y piñas los de mejores posibilidades, como Carlos Garro, Marcelo Bugliotti, Roberto Sánchez, Claudio Menzi y Gabriel Pozzo y en la segunda etapa Oscar Chiaramello y Santos Manzanares. Aparentemente, la exigencia de una carrera tan dura y larga como ésta, no se adecua a la preparación de autos y equipos acostumbrados a la suaves y cortas carreras del torneo nacional.

Por Ezequiel Quinteros Luque
Fotos Miguel Tillous

Los respectivos Mitsubishi de Richard Burns y Tommi Makinen son atendidos por el equipo Ralliart en el parque de asistencia

Pese al vuelco que sufrieron en el superprime inaugural con su Subaru, Marcos Ligato y su navegante José García recuperaron el auto y fueron la mejor dupla argentina en arribar. Llegaron 14 en la general

Los protagonistas

Tommi Makinen: "Este es uno de los rallies más duros que he vivido. Tras la primera etapa me preocupaba alguna pérdida de potencia, cuya razón se detectó en un pequeño detalle del turbo. Argentina me da suerte y me llevo de acá mi tercer triunfo. La experiencia nos sirve para el Rally de Acrópolis, la próxima fecha, de características muy parecidas a las de Argentina".

Carlos Sainz: "La lucha del final fue fantástica y pudo ganar cualquiera de los dos. Muchas veces estuve en situaciones como la que vivimos con Kankkunen. Luego de mi mal comienzo, lo mejor a lo que podía aspirar era el segundo puesto, que me permite pasar al frente en el puntaje del campeonato".

Risto Mannisenmaki: "Nunca tuvimos que aflojar por el público, que estuvo siempre ubicado en lugares seguros. Muy buena organización"

Luis Moya: "En Australia es fácil organizar una carrera, porque hay tres personas y dos canguros. Pero con el millón de personas que van a la carrera en Córdoba, es un poco más difícil, pero ustedes lo han logrado".

Juha Kankkunen: "Estaba calculando cuantos metros son siete décimas cuando se marcha a 100 kilómetros por hora. Me dicen que son aproximadamente veinte; muy poco. Pero la batalla va a continuar en Grecia".

Gustavo Trelles: "Imprimimos un fuerte ritmo al principio para que los demás se vieran obligados a ir rápido. La táctica dio resultado".

Oriol Gómez: "Fue una carrera muy dura, pero es obvio que me siento muy feliz, y en la Argentina nos sentimos como en casa. Al principio, Rovanpera y Alister fueron más rápidos, pero el abandono de ellos me allanó el camino".

CLASIFICACIÓN FINAL
18 RALLY DE ARGENTINA 1998
Campeonato Mundial de Rally. 7ma Fecha. Recorrido total 1.451,72 km
21, 22 y 23 de mayo de 1998