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Rally
Argentina Córdoba 1996
Un espectáculo incomparable
Revista
Road Test Nro 70. Agosto de 1996
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El Rally mundial volvió a pasar por las sierras cordobesas, esta vez con la presencia de los principales equipos, lo que constituyó una carrera para recordar. El comportamiento del público y una organización que no tuvo la eficiencia de otros años, fueron las notas que empañaron la fiesta
Cuando el polvo se ha disipado y el sonido de los motores es sólo un eco llega la hora de analizar lo que nos ha dejado esta XVI edición del Rally de Argentina, que constituyó la quinta fecha del campeonato del mundo de la especialidad.
Y no fue este un rally más, por razones bien definidas; algunas de índole deportivo y otras del tipo institucional.
Antes de largarse la carrera que contó con 28 pruebas especiales divididas en tres etapas y que totalizó más de 1.300 kilómetros, ya había creado una gran expectativa, merced a la concurrencia masiva de autos que incluyó la presencia de tres equipos oficiales con todas sus estrellas. Esto no se limitó a la Clase más importante, la categoría denominada A8, sino que en las menores la lucha también se anticipaba como atractiva.
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McRae y Eriksson con Subaru, Tommi Makkinen (puntero del campeonato) y Richard Burns aparecían como favoritos a bordo de sus Mitsubishi Lancer Evolución III en tanto Carlos Sainz y Bruno Thiry serían los encargados de defender los colores de Ford con sus Escort Cosworth.
Los otros atractivos los brindaban los autos de la Clase N4, vehículos casi standard con turbo y tracción integral, donde Jorge Recalde, Gustavo Trelles (ambos con Mitsubishi) y Jorge Bescham (Ford Escort) aparecían como candidatos.
Entre los de dos ruedas motrices se destacaba Gabriel Raies que con su Clio Williams estaba dispuesto a soportar la batalla que querían darle los Seat.
Espectacular. Bruno Thiry pasa por un vado a bordo de su Escort. El espectáculo brindado por la especialidad fue francamente impresionante
Un canto a la irresponsabilidad
Tal vez por la notoria diferencia que hubo en cuanto a calidad de vehículos piloteados por los pilotos argentinos con respecto a las últimas ediciones, o por el buen parque que se presentó en esta oportunidad, el público se volcó masivamente a las rutas por las que pasaba el rally.
Los pilotos vernáculos tuvieron la posibilidad de subirse a buenos autos, lo que acabó con aquella audacia de subirse a un Renault 18 dar la vuelta y terminar cuarto. Este mundial debería implicar un cambio de mentalidad en el rally nacional. Los viejos automóviles irán derivando a los zonales, para dejar paso a unidades más modernas y atractivas.
Pero nos estamos alejando de lo que fue el entorno de la carrera y la competencia en sí. Lo primero que hay que señalar es el pésimo comportamiento del público. En los primeros especiales se acumula una verdadera muchedumbre porque es el único momento en el que se pueden ver todos los autos. La gente se ubicó mal y se controló peor. Es cierto que no es fácil hacerlo porque se necesitaría una gran cantidad de personal especializado, pero hay soluciones alternativas. Alejar la primera etapa de Córdoba sería un paliativo, de modo de poder controlar los accesos que a la vez se verían menos congestionados por la distancia.
Irresponsabilidad. La foto es elocuente. El mal comportamiento del público fue la nota amarga
Esto que parece una medida impopular, apunta ni más ni menos que a la seguridad. Colin McRae, en un derrape le pegó a un aficionado y llegó al parque de asistencia de Taninga con un pedazo de la campera de la víctima enganchada en el paragolpes trasero. La cosa no pasó de un par de huesos rotos y un gran susto pero podría haber sido fatal. Encima, al salir se llevó por delante a dos personas más. Con un poco de mala suerte no estaríamos haciendo un comentario tan liviano. No es necesario esperar la tragedia para tomar medidas.
Alguna vez el Rally de Argentina fue declarado como el mejor del mundo y posiblemente eso no ocurra este año. A las fallas antes mencionadas se sumaron errores en el cronometraje y problemas en el camino cuando se informó el cambio de un desvío en la tercera etapa. El problema se magnificó porque Subaru no lo hizo y pidió la anulación del prime porque a raíz de eso se rompió una goma, cosa que después se confirmó que no era cierto.
En suma, muchísimos detalles que irán en detrimento de la calificación que reciba el rally.
El aspecto deportivo
En cuanto a la carrera propiamente dicha, perdió un poco el interés con el temprano abandono de McRae y su Surubí, como le llamaban al Subaru los cordobeses. Esto le dejó el triunfo servido en bandeja a Makkinen, que ganó la primera etapa con una buena luz sobre Eriksson, Liatti y Sainz, quien penaba con la dirección hidráulica de su Escort.
En la segunda etapa se vio lo mejor de la prueba dado por el Súper especial 19, una especie de Superprime que se largaba con dos autos a la par, tipo el Master de campeones de Europa. La prensa europea coincidió en alabar la construcción artificial realizada y nos sumamos a esos elogios. Sainz comenzaba su remontada desde atrás y Satanás Raies se afirmaba en la punta de su categoría, mientras que Recalde y Bescham miraban desde afuera para desazón de los miles de cordobeses que seguían la prueba, tras la deserción de ambos en la primera etapa.
Eriksson pasa a pleno, dividiendo las aguas. (Foto Revista Corsa)
La tercera y última etapa fue la que más críticas cosechó por parte de los pilotos. La dificultad de los tramos de enlace irritó a todos los participantes. Un punto a tener en cuenta para la próxima edición.
Makkinen paseó velozmente hacia el triunfo, Sainz se afirmó en la segunda posición mientras que Eriksson completó el podio tras el comentado percance de la confusión de caminos.
Raies sumaba un nuevo triunfo a su coronado historial y el equipo Skoda dominaba la Clase A6.
Una nueva edición ha quedado atrás, tal vez con más sombras que en ocasiones anteriores. Sombras que no sirvieron para deslucir una competencia que dejó destellos dignos de ser recordados.
Aunque esto no implique que debamos olvidarlas.
Escolta. Carlos Sainz debió remontar por los inconvenientes sufridos en la primera etapa. Manejo agresivo que deleitó a la multitud. Fue el que más primes ganó
El público
(Revista Corsa Nro 1563. Julio de 1996)
Impresionante. Se habla de 700.000 personas durante los tres días. Miles más o menos, lo cierto es que fue un éxito rotundo. Las sierras era tribunas naturales para ubicar a un público ávido de seguir de cerca esta carrera que ya es un clásico esperado en la provincia. Pero no todos eran cordobeses. Como siempre, muchísima gente de lugares vecinos aprovechaba para tomar aire y disfrutar de un show estupendo. Hubo lugares (El Durazno, largada de PC1, o Copina, final de PC8) que estuvieron literalmente saturados, lo que provocó demoras en las largadas. El final a toda orquesta en el Estadio Olímpico, con la novedosa rampa para los tres punteros de cada grupo, fue excelente. Las autoridades en su lugar, los fotógrafos y camarógrafos en el suyo, y el público (unas 15.000 personas) aplaudiendo a rabiar.
Negativo: no hubo tanta seguridad como años anteriores y se notó. La imprudencia fue más evidente este año y también se notó. Hubo piedras a los vidrios de muchos participantes y se quejaron.
Costumbre. Como siempre, Raies fue el mejor argentino. Ganó su clase demostrando ser el mejor piloto nacional
La organización
(Revista Corsa Nro 1563. Julio de 1996)
En términos generales fue buena. No hubo falencias graves, pero sí aspectos para pulir. El episodio de la prueba especial entre C. del Monte y C. Corral (PC24) puede ocurrir en cualquier lugar del mundo (que 3 ó 4 personas intenten desviar el camino) pero pudo haber traído un inmenso dolor de cabeza si se hubieran visto obligados a tomar determinaciones drásticas. Las fallas en la provisión de información en la primera etapa, y el clima belicista en algunos periodistas impedidos de transmitir por el meneado tema de los derechos de radio y televisión no contribuyeron a bajar los decibeles... Evidentemente este tipo de competencias internacionales cada vez son menos del club organizador y más de la FIA que demanda, pide, aprieta y exige todo el tiempo. El ACA deberá entender que no todo es política institucional, sino más trabajo efectivo, más perfeccionamiento, más dedicación. Y para ello, deberá capacitar a más gente para pelear con las mismas armas. Tanto en lo que hace al automovilismo nacional como al internacional. Este Rally se sostuvo básicamente sobre los hombros de dos dirigentes: Carlos García Remohí por el ACA y David Elí por Córdoba. Pese al "aprobado" del resultado, se necesita más gente imbudia del tema para vender, tramitar, coordinar; en definitiva, para mejorar.
Por Raúl Barceló
Podio. Makkinen resultó un sólido ganador. Hizo la diferencia de movida y después se limitó a cuidar
El jueves anocheció con el triunfo parcial de Recalde con 38 segundos de ventaja sobre Trelles, que no perdía oportunidad para quejarse de lo lento de su Lancia. Tercero aparecía Jorge Bescham, y los Skoda de Sibera y Triner le hacían sándwich al sureño "Chirola" Suriani, con el hasta allí mejor Renault 18. Luego Hugo Rosso, ganando la 2 nacional.
Las cosas se mantuvieron estables, siempre con Recalde al frente, seguido por el Skoda de Sibera, y Galanti descontando. Sólo se sacudió de vez en cuando por algunas deserciones: las más salientes fueron las de Bescham (el viernes) y la de Juan Pablo Raies, el sábado. Ambos lideraban en el momento de abandonar. El Gringo le dejó puesto a su coequipier, el riojano Raúl Sufán; Raies "chico" se quedó con el puente trasero roto, cuando el Pichirilo Torrás le quería arrebatar el honor de ser el piloto del mejor auto de producción nacional, lauro que ya han conseguido sus dos hermanos (Gabriel y Marcelo). Otras sentidas deserciones, por los trabajos que interrumpieron, fueron las de Suriani, la del fueguino Daniel Preto (desclasificado), Juan Martín Odriozola, Hugo Rosso y Ricardo Pasi.
Curiosa y espléndida toma del Toyota de Rui Madeira levantando barro... y la cola en el aire. El portugués arribó octavo al final
Así, sin grandes penas ni grandes glorias, pasó este 15 Rally de la Argentina. Con el cómodo triunfo (por casi diez minutos) de Jorge Recalde - Martín Christie, quienes transitaron la última etapa con exasperante ritmo, ya que no hacía falta más para contener cualquier sorpresa que viniera del segundo, Gustavo Trelles. Tercero el espectacular Marco Galanti, y cuarto el campeón checo Pavel Sibera, que mostró con su coequipier Emil Triner, las bondades de un producto desconocido aquí, como el Felicia. Y para destacar, los triunfos de Miguel Torrás - Edgardo Gatt (Renault 18) y Gerardo Klus - Raúl Ruani (Gol GL) encaramados en la general en el quinto y sexto puestos. De un rally válido por el mundial. Aunque por momentos, no lo pareciera.
Texto: Carlos Neira
Fotos: Juano Fernández
Bruno Thiry con su Ford Escort Cosworth, ante la concurrencia apostada entre las piedras serranas (Foto Revista Corsa)
Pueden dejar sus comentarios sobre esta carrera en el Blog de Test del Ayer
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Sobreviviente. "Pichirilo" Torrás largó con el R-18. El parque fue mejor que el de años anteriores
Abandono. Recalde no pudo llegar al Chateau Carreras. Debió abandonar en la primera etapa
Multitud. La gente respondió a la convocatoria. El marco fue asombroso, aunque causó algunos inconvenientes
Frío. En la sierra se hizo sentir y había que calentarse de cualquier manera. ¿Quién se ha tomado todo el vino?
Rui Costa. El portugués es un permanente animador del Rally Mundial. Aquí, pasando un vado
Bronca. Momento exacto en que se decide el abandono de Eriksson, quien no puede ocultar su disgusto
Skoda. Buena presentación de los autos checoslovacos de origen VW (foto Revista Road Test)
CLASIFICACIÓN FINAL
16 RALLY DE ARGENTINA 1996
4 al 6 de Julio de 1996. 516.15 km
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Total |
1 |
Makinen - Harjanne |
Mitsubishi Lancer Evo III |
5h48m42s |
2 |
Sainz - Moya |
Ford Escort RS Cosworth |
5h50m17s |
3 |
Eriksson - Paramander |
Subaru Impreza 555 |
5h53m21s |
4 |
Burns - Reid |
Mitsubishi Lancer Evo III |
5h56m43s |
5 |
Thiry - Prevot |
Ford Escort RS Cosworth |
5h57m07s |
6 |
Pianezzola - Roggia |
Toyota Celica GT-Four |
6h02m59s |
7 |
Liatti -
Pons |
Subaru Impreza 555 |
6h04m03s |
8 |
Madeira - Da Silva |
Toyota Celica GT-Four |
6h05m09s |
9 |
Bernardini - Francois |
Ford Escort RS Cosworth |
6h09m20s |
10 |
Nittel - Thoner |
Mitsubishi Lancer Evo III |
6h14m26s |
11 |
Stohl -
Müller |
Subaru Impreza 555 |
6h16m06s |
12 |
Mendeghini - Capoferri |
Subaru Impreza 555 |
6h16m23s |
13 |
Trelles - Del Buono |
Mitsubishi Lancer Evo III |
6h16m39s |
14 |
Raies -
Volta |
Renault Clio Williams |
6h25m28s |
15 |
Suriani -
Rosso |
Renault Clio Williams |
6h26m19s |
16 |
Triner -
Stanc |
Skoda Felicia Kit Car |
6h28m26s |
17 |
Sibera -
Gross |
Skoda Felicia Kit Car |
6h30m01s |
18 |
Pretto - Kember |
Mitsubishi Lancer |
6h31m53s |
19 |
Weber - Hiemer |
Seat Ibiza GTi 16v |
6h32m27s |
20 |
Torrás - Venturi |
Renault 18 GTX |
6h53m57s |
21 |
Alonso - Alonso |
Renault 18 GTX |
7h16m21s |
22 |
Font -
Ponce |
Seat Ibiza GTi 16v |
7h24m15s |
23 |
Gaviña -
Iriart |
Renault 18 GTX |
7h44m13s |
24 |
Schmauk .- Rojas |
Daewo Cielo |
7h45m27s |
25 |
Reininger - Csosz |
Renault Clio Williams |
7h52m11s |
26 |
Gómez - Decchechi |
Daewo Cielo |
8h08m09s |
27 |
Levalle Forni - Ortiz |
Suzuki Swift GTi |
8h48m58s |
28 |
Regunaschi - Blázquez |
Suzuki Swift GTi |
8h58m47s |
Zulemita es escoltada por dos galanes: el "Gringo" Bescham y Raúl Sufán. Los pilotos del equipo Menem Competición carecieron de suerte...
Bastante rapidito pasa el Skoda Felicia de Emil Triner, que no le pudo ganar a Raies en la F.2. Sin embargo, pudo imponerse en la Clase A6 (Foto Revista Corsa)
El piloto chileno Enrique Levalle ganó la Clase 1 con un Suzuki Swift
"¡Te vi!..."
Raúl Barceló. Revista Corsa
Concluida la carrera, Gabriel Raies fue a la sala de prensa. Apenas vio a quien firma esta nota, le espetó: "Te vi el jueves en Copina". Sorprendido por la terminante aseveración, le dije: "Si en las sierras había miles de personas, ¿como pudiste individualizarme?". A lo que Gabriel respondió: "Estabas en el caserío de Copina, con un pulóver oscuro, sobre unos escaloncitos, a la salida de una curva llena de barro y con un papel en la mano". Más sorprendido aún por la exactitud de la descripción, le pregunté cómo tiene tiempo para mirar a los costados mientras conduce a fondo. Con su habitual franqueza señaló: "Es que una vez que doblás y acelerás, después sólo queda esperar a salir de la curva; mientras tanto, miro..."
El Seat Ibiza del español Ferrán Font, primero en la Clase N 3
Gilberto Pianezzola, uno de los "representantes" de Toyota, arribó sexto en la general
Tommi Makkinen colabora en la asistencia de su auto (Foto Revista Corsa)
Todo el potencial del Team Subaru, desplegado en dos de sus vehículos: el de Piero Liatti y el de Kanneth Eriksson (Foto Revista Corsa)
Un auto del equipo Ford es levantado con el crique por los mecánicos
Piero Liatti, el tercero de Subaru, finalizó séptimo
La Copa Corsa para Walter Suriani
Revista Corsa
El neuquino cumplió a la perfección. En la primera etapa"se acomodó" para saber dónde estaba parado y desde allí, comenzó a pelear. Fue espectacular en sus pasos, llevó el auto con seguridad y sin golpearlo. Ganó varios primes, y cuando el equipo tuvo que ponerlo a prueba para que no entorpeciera el triunfo del "piloto uno", Gabriel Raies, que venia penalizado, fue disciplinado y permitió que se diera "la lógica", concretando un impresionante "uno-dos" para los Clio. |
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