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Pilotos de leyenda: Roberto "Bitito" Mieres
El versátil "Bitito" Mieres
Revista
Corsa Nro 470. Mayo de 1975
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Remero y rugbier ayer, automovilista hasta hace poco, yachtman y empresario hoy ...
De estilo destacado por lo fino y lo pulido, Bitito consiguió bajar los tiempos de los grandes pilotos europeos en sus primeras pruebas
Aunque hoy su imagen de corredor se ha ido esfumando con el correr de los años. Roberto Mieres supo darse el gusto de conducir como los mejores durante muchos años los máximos pura sangre del momento. Su capacidad fue reconocida en la medida que integró equipos de primera línea en la década del '50. lamentablemente un día cambió definitivamente el volante por el spinnaker, la botavara y el agua
Posiblemente no sea casual que Bitito Mieres haya pasado de un activo y exitoso profesionalismo automovilístico a un casi anonimato con el correr de unos pocos años.
Porque nada ocurre porque si. Para intentar develar esta desacostumbrada circunstancia histórica se nos ocurren muchas posibilidades.
Puede que no haya sido una figura simpática dentro del ambiente en que le tocó actuar, puede que hayan habido quienes estuvieran interesados en que su figura no creciera demasiado o puede haber ocurrido también que él, porque sintió que así iba a ser mejor, se retirara en silencio, alejándose de los autos, dando la sensación de una auténtica modestia.
Cualquiera que haya sido el caso, Bitito Mieres (realidad) un día se bajó de los autos de verdad, de los AUTOS en serio y se recluyó en la náutica para satisfacerse con ocho títulos de campeón argentino de yachting.
A partir de entonces, y un poco más acá en el tiempo, luego de crear esa ciudad náutica que es el Boating Club de San Isidro, su cara volvió a ser cosa repetida pero ya no en revistas de automovilismo, sino -curiosas vueltas de la
vida-, en publicaciones de actualidad con inclinaciones al quehacer de la gente que vive bien.
Comentarios sobre su casa flotante o sobre una futura vuelta al mundo en un barco de aluminio, los jardines del Boating y hasta alguna incursión por la política nacional, eclipsaron a la gran figura de Mieres que nos interesa, la del piloto oficial de la casa Maserati en aquellas reñidas temporadas de los años '50: el piloto probador de Lancia o el primer argentino ganador en Daytona y consecuentemente el primer argentino ganador en Estados Unidos en una carrera internacional (Sport).
Fuimos al Boating a buscar al Bitito casi desconocido para nuestros lectores de hoy. Y no hablamos de barcos. charlamos un rato largo sobre sus actuaciones nacionales e internacionales en la Fórmula máxima, de una de las épocas en que se dieron las luchas más encarnizadas dentro de la historia del deporte de autos.
El día de la Costanera de Buenos Aires con el lindísimo Jaguar D de la Ecurie Eccose
¿Cómo fue tu principio en las carreras?
Empecé corriendo en coches sport y tuve la desgracia de ganar la primera carrera que corrí. Fue un Speedway en San Justo en 1947... un plato, con seis MG tirándonos tierra unos a otros. Eso hizo que me entusiasmara, porque si salís cola en tu primera carrera, lo más probable es que te dediques al voleibol después... ¿no? Allí tenés una copa que ganó mi viejo en 1910 con un Peugeot de un cilindro, así que el mal quizá viene de fábrica.
Seguramente vos no lo considerás a ése un principio en serio. ¿Cuál sería entonces el comienzo de la actividad que terminaría llevándote a Europa a correr en Fórmula Uno?
Una tarde de marzo de 1948 nos encontramos con Chuzo González, Jorge Malbrán, Lucio Bollaerti, Nico Dellepiane y Tito Dillon aquí en San Isidro, y un poco como aventura y otro poco por la, ganas que teníamos de tener un club donde reunirnos y con el que pudiéramos organizar carreras, formamos el Club de Automóviles Sport y como presidente a mi cuñado Nicolás Dellepiane.
El 4 de julio de 1948 organizamos la primera carrera en el Tigre, después hicimos otra en San Isidro una serie de carreras que hacíamos con handicap. Yo corría con autos realmente impresionantes (algunos todavía se conservan en el Club de Automóviles Clásicos): Mercedes siete litros doscientos... Bugatti 2,3... Bugatti dos litros... en fin, corriendo con autos que ahora sí me gustaría tener, hoy, aquí en el jardín. ¡Pero no tenía guita en aquel entonces para tener otros coches mejores!.
Así tuve mis buenas luchas para poder ganar, porque corría a veces contra Ferraris y cosas así, que me tenían loco y me ganaban, ¿sabés?. A veces ganaba, a veces no, pero generalmente tenía que luchar como un desesperado.
Una vez llegué segundo en el Autódromo detrás de Bonomi que corría con una Ferrari cuatro y medio y yo con una Bugatti dos trescientos con frenos de piolin y Menditeguy atrás mío con una Ferrari 2350... yo, entre dos Ferrari, con un coche del año '30... Pero más no se podía hacer, porque en la recta daba 180 kilómetros por hora: los otros caminaban 220... 210. Una diferencia bestial.
Pero no tenía ni un mango para correr. Era embromado... Me acuerdo de una carrera que organizó el Club en San Isidro. El Colorado Polledo era comisario deportivo y yo quería largar con el Mercedes SS con las cubiertas delanteras que ya se le veían las telas, parecían de lona blanca. O sea que en cualquier momento mataba a sesenta mil. Entonces decidí pintar la banda de rodamiento, pintarla de negro. Me dejaron largar, pero a la segunda curva se produjo el desbande y a otra cosa.
En Paraná, me acuerdo (porque cosas de esas hay mil), tuvimos un match brutal, de la "belle epoque", entre Schwelm Cruz y yo. Me ganó por medio auto y yo sin tercera, venía en segunda y cuarta. Yo con la Bugatti y él con el Alfa 2.3 de la época.
Deslizándose sobre las cuatro ruedas con la Maserati 250-F y todo su estilo
Aquella época del Club de Autos Sport debe haber sido sensacional, como para no olvidarte nunca en tu vida. Pero, ¿cómo fue tu salto a las carreras internacionales?
Vamos a correr en Rosario y gano en Rosario. En la carrera preliminar de Sport de la Temporada Internacional en el Alfa 2,3 y eso hace que los italianos que estaban allí, los corredores, Farina, Ascari... le digan a Borgonovo, que manejaba todo el automovilismo en esa época (gracias a Dios), por qué no me incluía en el equipo argentino, de manera que yo que manejaba esa bestia de auto tuve que empezar a aprender a correr en Fórmula Uno. Y así fue el ingreso mío de casualidad, porque yo ni los conocía a los tipos. En Rosario gané la cosa y nada más.
Me enchufaron en el equipo, el Automóvil Club me pagó el pasaje. Ya estaba Fangio. Y así empezamos. Corrí en el equipo muy poco: tres carreras ese año. de las cuales llegué sexto en Aixles-Bains, abandoné en Módena y llegué cuarto en el Gran Gremio de las Naciones en Ginebra. Eso fue en el '50, y la mejor carrera fue cuando llegué cuarto, de entrada, prácticamente. ¿Qué autos corrías?
Corría los coches de Fórmula Dos del Automóvil Club, los Simca-Gordini y la Ferrari. Es decir, corrí con Simca-Gordini en Aixles-Bains y Módena y la Ferrari en Ginebra.
¿Después de esto ya tenías el camino abierto en Europa?
No. Después de eso pase una serie de vicisitudes porque el equipo del Automóvil Club se acabó y era muy difícil enganchar en los equipos. Eso fue en el '50: pasé un año acá corriendo con la Bugatti en la categoría Sport por el Campeonato Argentino de la categoría. Y ese fue el único año que gané el Campeonato Argentino Categoría Sport.
Después de esto me fui a Estados Unidos, porque mientras tanto estuve conectado al grupo norteamericano, ¿te acuerdas aquellos que vinieron a correr a la Costanera?
Corrí en la Costanera con Jaguar... Un Jaguar que me prestó Teddy Schwelm. En aquel tiempo también ganó el Gran Premio Sport Eva Perón en el autódromo que había en Mar del Plata (22 de abril de 1951) con el Alfa Romeo 2,3... andaba a los tumbazos, con cachos de coches de uno y de otro -yo no tenía un mango- siempre con autos prestados.
Como decía, me voy a Estados Unidos y me conecté con los yanquis, poco después que vinieron acá. Voy allá y me consigo un coche en Bridgehampton y gano la carrera.
Los diarios de acá publican: "Un argentino ganó en Bridgehampton" (en el año '52) en Sport y no se sabía quién era. Bueno. allí todavía insistía con mi ideal de Europa, o sea, todos los corredores tenemos -de alguna forma- las ganas de llegar al profesionalismo.
"En el '53 caigo de nuevo a Europa con pasaje de barco de ida, porque nadie me patrocinaba... ¡Pasaje de ida y en barco!. Mira qué lotería, ¿no?: y de inmigrante, vale decir, camarote de seis tipos. Venía una manga de vagos ahí y varios conocidos: César Bertorini... Jorge Malbrán, viajaban en el mismo barco. Cada uno a sus cosas, yo a tratar de enganchar.
Del Simca Gordini pasó a la Ferrari de Fórmula 2 del equipo argentino
Retrato de Bitito Mieres, que alguna vez escribiera Ricardo Lorenzo -"Borocotó"- en su sabrosa historia de nuestro automovilismo:
...Roberto Mieres, el eterno viajero, el que tiene la Bugatti que allá en la prehistoria fuera de Aquiles Varzi, el que de pronto cambia un automóvil por una heladera y una heladera por un perro y el perro por un saxofón, con lo que responde y estimula su alma de cambalachero en la "viridita", por afinamiento idiomático, se dice "comisionista".
Según él, siempre está tocando fondo económicamente, pero va a Europa, a Estados Unidos; va y viene y siempre a flote. Jamás he conocido quien hiciera más con menos: es decir, con menos dinero pero con más ingenio. Fue remero, jugador de rugby, es yachtman...
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Bueno. Harry Schell, el norteamericano, estaba allá. Era muy amigo mío, muy buen tipo y estaba corriendo en varios equipos. El me trató de acomodar en algún lado, incluso en Lancia.
"En el '53 tuve la posibilidad de correr para Gordini en el equipo de Fórmula 2, un equipo de novela, en el que estaban Trintignant, Behra, Shell y Manzon. Y claro, eran cuatro y había cuatro coches, así que el quinto piloto quedaría de suplente. No iba a ligar todavía el asiento fijo.
En Sport iba a salir Lancia en ese momento con el modelo nuevo para la Carrera Panamericana de México. Como yo, estaba conectado acá con Aldo De Michelis, que es un tipo muy amigo de él. Fui a Tocino con una carta de recomendación --hasta exagerada- donde me presentaba y le explicaba que yo quería correr. Dijeron: "macanudo, vamos a probar".
Fuimos a Monza tal día y estaban Castelloti, Villoresi, Ascari, todo el mundo, con el "muletto". Entonces te podés imaginar que era mi morfi y mi porvenir, así que anduve a lo loco, haciendo tiempos menores que ellos y en Monza, donde yo nunca había andado y a pesar de que yo al coche ni lo conocía.
Los tipos se enloquecieron, "il "piccolo Fangio... il piccolo Fangio!", la semana que viene vení a firmar contrato", me dijo Piero Farné el periodista famoso que era jefe de la escuadra de Lancia. Todos habíamos probado con un Lancia tres litros "muletto"; también estaba Bonetto y los cuatro o cinco estaban un poco molestos porque no podían explicarse cómo pude andar casi tres segundos menos que ellos. Pero es muy claro, yo quería comer, tenía veinticinco años...
Bueno, me fui para allí. Lancia encantado, me invitó a su casa. conocí a su mujer, ya me tomó en otro nivel. Pero por cuestiones políticas de fábrica, todo quedó en la nada.
Gran Premio de Inglaterra 1955. Bitito con la Maserati número seis metido entre la tremenda escuadra Mercedes
Entonces después de lo de Lancia te volviste...
No. Gordini todavía estaba ahí y Shell tratando como siempre de meterme. Jean Behra tiene la desgracia de darse la gran hostia en Pau y a la otra semana se corría en Bordeaux. Faltaba un piloto para la semana siguiente, pero como siempre, habla cinco postulantes. Hicimos pruebas en Bordeaux, hice el mejor tiempo por afano: tenía que comprarme el sándwich: "o corro o no morfo"...
Entonces ya me metieron en el equipo. Corrí en Bordeaux pero anduve mal. Pero porque el auto andaba mal; en las pruebas me fue muy bien.
La segunda carrera que corrí, gané; la primera vez que ganaba Gordini en dos años en Fórmula Dos. Eso fue en Albi en el '53. Al ganar la segunda carrera para la fábrica, ya quedé en el equipo para toda la temporada y el problema resuelto.
Corrí en Le Mans... pero los coches se rompían; yo corrí con el dos tres Gordini con Behra. El equipo era Behra uno, Trintignant dos, Harry tres, lo rajaron a Manzon y quedé yo, cuatro, firme. Y así quedamos todo el año. Eran coches divertidos, con su buena performance.
Corrimos varias de sport... fui segundo en Caen, corrí las 12 Horas de Reims, en Monza. Mientras andaban eran autitos muy agradables, los podes parar cincuenta metros antes de la curva, porque pesaban poco. Pero siempre estabas pendiente de que un bielazo te diera en medio de una gamba o en la cabeza.
En eso, no sé en qué carrera fue, vino alguien de Maserati a chamuyar, a ver si quería ingresar en el equipo Maserati y empezar la temporada del '54 con ellos. Las condiciones eran las habituales... los premios... la publicidad. ¡Ya estaba corriendo con ellos, porque era un equipo mejor! Y te pasaste a Maserati...
Sí, y corremos acá con el contrato a partir del 1 de enero del '54. Con las Maserati, de eje rígido, las más chiquititas, anteriores a las "puente de Dion". En la primera carrera ando muy en el ruido. Corro en el Autódromo el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires y llegué segundo a 21 segundos detrás de Ascari y delante de Farina... ¡qué sé yo!. todas Ferrari y la única Maserati metida entre cuatro Ferrari era la mía: eso significó un vuelo importante.
Me voy a Europa y llegué tercero en Pau, una serie de segundos, tercero, segundo, cuarto, no gané ningún Gran Premio de Fórmula Uno en Europa. Pero porque era imposible ganar: estaba la "escuagda Megcedes con Fangio, Kling, Moss... cuagto Megcedes todo pegfegto...". En Berna llegué cuarto con dos Mercedes adelante, una Ferrari que era Ascari y detrás mío Mercedes. etc. En otra carrera le gané a Kling. En Inglaterra estuve así: Fangio, Moss, yo con la Maserati, Kling, Taruffi y después todas las Ferrari. Por eso siempre los diarios decían: "Mieres si incugna nella squadra tedesca"..
Mientras tanto, corrí algunas carreras sport con la tres litros. Terminé segundo en los 1000 Kilómetros de Monza y gané otra carrera sin importancia en Mesina.
Hacia final de año empezamos a andar mejor con los nuevos coches, los del "pont De Dion". En tenida eran muy superiores pero la velocidad seguía siendo la misma, el mismo motor. Había ganado en tenida y creo que al final de la temporada ganamos alguna otra carrera. Como viste en aquel momento ese año en Europa, ¿pensabas seguir con Maserati otro año más?
Mirá, volvimos de nuevo para acá, al autódromo, y corrimos aquella famosa carrera del gran calor. Yo fui uno de los punteros que hubo en carrera, pero tuve que parar para cambiar la bomba de nafta: en la pista había 55 grados de temperatura. Yo me la aguanté, la mayoría de los otros equipos tuvieron que cambiar de piloto.
Tengo recuerdos lindos, aunque fotos me quedan pocas. Me mudé tantas veces de casa... y las fotos fueron quedando, las fui regalando o se me perdieron. Lo mismo que los trofeos. Me quedé con cosas lindas... con premios buenos. El trofeo que me dieron por el récord de vuelta en la carrera de Zandvort por el Campeonato del Mundo, el mejor recuerdo de mi vida. En Inglaterra, en Silverstone. yo llegué cuarto en esa carrera, fue aquella vez que en !os cinco primeros puestos hubo cuatro argentinos: Fangio, González, Marimón...
Sigo con Maserati, 4to en el Gran Premio de Holanda, Inglaterra, siempre 3ro, 4to, ganarle a los Mercedes era imposible. En sport corrí en Le Mans, fue el año del accidente famoso. Cuando mataron a 80 personas. Yo lo vi a todo el accidente porque estaba parado en boxes frente a la tribuna.
El asunto fue así: largo yo, me subo al auto y no arranca. Me empujan pero como tenía una multiplicación final tan larga era imposible hacer girar bien el motor para que agarrara. Empujaban y tunc tunc tunc ... tunc ... Te imaginás, los nervios de largar una carrera de 24 horas y empezar así. Ya empezamos mal. Al cabo de dos horas de carrera, cuando al fin pude hacer arrancar a la Maserati, paro.
La tapa del tanque de aceite que estaba adelante mío habla quedado mal cerrada. Fue largando aceite poco a poco hasta que se fue haciendo una masa de aceite que no podía ni agarrar el volante, ni ver nada. No había manera de limpiar, me sacaba las antiparras mojadas y era peor, se me empapaba la cara con aceite, se me pegoteaban las pestañas.
Paro y digo: ¡No se puede seguir! ¡¡Si -gritaban los tanos del box- se puede seguir, se puede seguir ...! Resultado: no se puede seguir. Y en ese instante estaba yo detenido en box cuando un H.W.M. aparece de costado y Levegh que se dá de frente contra la empalizada y el coche explota como una bomba. Todos los pedazos salieron como una granada, desintegrados siguieron a doscientos kilómetros por hora contra el público. Una cosa de locos. Yo me voy. Yo lo vi en ese momento y dije, no, yo me voy.
Gran Premio de Italia de 1954. Mieres con la Maserati 250-F delante del Mercedes de Fangio
¿Y vos no tuviste ningún accidente importante?
Hubo una foto famosa y el fotógrafo que la sacó me decía después, cada vez que me veía: gracias a vos me pude comprar una casa a orillas de un lago en Suiza. Esa foto se la vendió a todas las agencias del mundo.
El caso es que yo largué con la Maserati y la tapa de nafta, detrás mío, había quedado mal cerrada (era una de esas tapas "quick-open" con gatillo y dos posiciones). No la cerraron bien en el box y quedó en la primera posición, entreabierta pero
aparentemente cerrada.
Largué ya con bastante velocidad, antes de llegar a la primera curva levanté un cachito y se me vino toda la nafta encima. Cayó al suelo y al tocar el escape ¡¡bbrruummm!.', se prendió fuego. Yo estaba rodeado de autos, no poda frenar ni tirarme. Para colmo en ese lugar estaba lleno de público al costado del circuito, no podía tirarles e! coche encima. Fui llevándolo despacito para el costado buscando donde parar mientras levantaba de a poco.
Eso habrá pasado en tres segundos, pero pensé en todo, pensé en la velocidad del coche, pensé en mil cosas más ... te puedo hablar una hora de todo lo que me pasó por la cabeza en esos dos o tres segundos. Pensé en el inglés Greene cuando se le prendió fuego el coche en la General Paz en los Mil Kilómetros... pensé en la Maserati que se incendió en Montecarlo y yo ayudé a salir al piloto que se refregaba contra las paredes.., pensé que me mataba con el auto, que si largaba el auto mato a los chicos, si hago esto mato al público, si hago lo otro me pisa un auto de acá... ¡Pensé mil cosas! Fijate vos la reserva mental que tiene el ser humano cuando se ve en una situación así.
A los 21 días, estaba todo vendado, y corrí el Gran Premio de Francia, había que seguir corriendo, ¿no? ¿Corrías algún otro coche en aquella época?
En Sport corrí algunas carreras, corrí en Porsche. Estuve dos veces en Sebring. Estuve puntero hasta la décima hora de carrera corriendo con Von Dory, manejé nueve de las diez horas de carrera con Porsche.
En Sport también gané los 1000 Kilómetros de Daytona en el '59 ó '60, en esa época también corría para Porsche. Corrí con Maserati en Caracas...
Carreras así ... también corrí en México la carrera Panamericana con el Osca 1500 y allí me di una hostia famosa, casi se me cae un brazo. Al llegar a ciudad Juárez había una recta larga, pasando un valle y yo desde la loma vi continuar la recta y bajá al mango. Debía tener unos dos mil o tres mil metros. Pero donde yo pensaba que seguía derecho habla una plaza cuadrada y había que doblar a cuarenta. con unos tremendos cordones y la estatua de Juárez en el medio. Casi le saco el saludo de la mano a Juárez.
Venía primero en la categoría y me di de costado con todo. Me bajé, arreglé el coche como pude y a pesar de todo llegué 15° al final de la etapa, ganándole a los Borgward Sport y a los Porsche.
Después de eso ya no corrí más en serio, corrí carreras sueltas. Corrí en Puerto Rico y gané en standard, corría para Volvo. Ya como profesional seguí corriendo para Volvo. ¿Te acordás de aquella carrera de Córdoba cuando me fui lejos adelante de los TC?. Corrían los monstruos. Gálvez, Rolo, toda la camarilla. Se me rompió el auto, estaba 17mo y terminé cuarto. En la montaña les di tantos autazos ... pero el único lugar donde los podía agarrar era allí. En la recta se me iban como locos.
Después vino la época de los Grandes Premios. Pero tuve mucha mala suerte, terminé quinto una vez después de parar por tener kilos de estopa en el tanque y chocar contra una alcantarilla. Rompí el cárter pero lo soldé y seguí, soy un gallego que me tienen que matar para que no siga ...
Tuve mucha mala suerte en carretera. porque cuando vos te das la piña por culpa tuya. macanudo. es culpa tuya. Pero Montecarlo ¿qué te parece?
Volviendo atrás al año '55: Gran Premio de Europa Gran Premio de Montecarlo. Una carrera histórica cuando Ascari se fue al mar. Ascari, Fangio, Moss ... un match terrible por el primer puesto. Yo colocado cuarto, como verás inteligentemente: con todo un equipo como había con Hawthorn, Farina. Castelloti. Musso, todos los pibes, todos atrás.
Yo estaba colocadito, yo estaba allí. Trintignant estaba atrás mío. Pero yo me iba de Trintignant y los tipos de adelante se me iban un cachito. Entonces Pensé, me quedo acá: si no puedo aguantar el ritmo de estos locos y me aguanto a toda la mersa atrás ... ¡Veremos qué pasa!.
Pasan las vueltas, pasan las vueltas y de golpe ¡fa!: Fangio parado en la estación. ¡Uy Dio, pensé, uno menos!. tercero. En la vuelta sesenta y pico. Al rato ... gran lío en el puerto: Ascari que se había caído al mar. Segundo ¡No lo puedo creer!. Tranquilo ... guaamm guammm ... todo bien, todo bien, un minuto le llevaba a Trintignant. Casi una vuelta, en esa época las vueltas eran de uno cuarenta, ahora son de uno veinte ¿no? Bueno, fenómeno. macanudo y por ahí viejo.
¡Moss para!. el equipo mío saltaba en el aire, no lo podían creer. Pasé primero para ir a la subida de Montecarlo y cuando bajo de golpe algo -¡guaaannn!, como si le hubiera errado a un cambio. Cosa que un profesional no erra un cambio jamás. Trato de nuevo y ¡aaaaannnnn!: me pasé de vueltas, pensé. ¡No puede ser!. Insisto dos o tres veces: se había roto el movimiento universal del palier y me quedé como si se hubiera roto la transmisión.
Ah, con el cambio colocado en cuarta y el envión llegué hasta el puesto faltando trece o catorce vueltas. Si vos recordás, año '55, ganó Maurice Trintignant el Gran Premio de las Naciones, el Gran Premio más importante del año y venía un minuto detrás mío a doce vueltas del final.
Eso es mala suerte, un vuelco yo no digo que es mala suerte porque... señor, sepa su límite. Pero eso... además yo soy un tipo que cuido mucho, que sé cómo hay que tratar la trasmisión. Si empiezo a quedarme sin freno trato de cuidarlo. O sea, en esa época me preocupaban bastante esos cosas.
En Maserati yo era casi el probador, me tenían de punto, si había que ir a Módena a probar, sobre todo multíplicas, porque a mí para lo que más me usaban era para probar multiplicas y sensaciones que después ellos las aplicaban técnicamente. Yo decía: mirá, para mí está frío de bujías o caliente de bujías... porque había un lío en esa época con las bujías. Hoy en día ya es ¡tácate!. O las multiplicas de caja, que recién empezaban a usar: todo era multiplica de diferencial.
Yo decía: mira la segunda es muy corta para acá, pongamos una un poquito más larga, o la tercera tal cosa. Así enganchamos bien. En eso trabajaba bastante. No había nada de lo que hay hoy de puesta a punto de un chasis. Si el coche no se tenia, entonces los tipos intentaban ponerle unos amortiguadores distintos, pero no había eso de ángulos raros, que te digo que es una maravilla. ¿Cuál fue el coche que más te gustó de todos los que corriste?
Mira, yo he corrido con coches de todas las marcas, he corrido tantas cosas: corrí Ferraris particulares, nunca corrí para Ferrari. Pero a mí el que más me gustó, así como un coche sensacional fue el tres litros Maserati Sport, más que el Fórmula Uno. Porque era un auto con el que podía estar en el ruido, además los Mercedes de la época no corrían en Sport, corrieron nada más que en Le Mans el año anterior, después no corrieron.
Entonces tenias chance de ganar, y si no ganabas, bueno, te ganaba Ferrari, por ahí, pero estabas. Era noble, tenía una tenida sensacional. El coche era de locos, un coche caminador, una especie de tranco largo, no era basado en tremendas vueltas, venía a seis mil vueltas a lo sumo, seis mil o seis mil quinientas. La cabeza de cilindros era muy buena.
Te voy a decir otro que me gusto mucho, otro de los que corrí, me encantó porque era distinto: el Jaguar "D", aquí en la Costanera. Con este auto llegué cuarto en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires de Sport.
Nos ganaron los italianos. Recuerdo que el primer día de clasificación yo me mando el segundo mejor tiempo. Fangio hace un tiempo equis y yo hago el segundo tiempo. Y qué pasa: la recta de la Costanera era ideal para el Jaguar, que era un auto veloz. Pero vienen los italianos y empiezan a decir: "Ché, es muy peligrosa la velocidad que toman en la ida y vuelta."
Tenían razón, se andaba muy fuerte. El resultado fue que se puso una rotonda de fardos para que la gente disminuya. O sea que se cambió el circuito en plena clasificación... Cuando fuimos a entrenarnos con el nuevo circuito, automáticamente nosotros fuimos al quinto o sexto puesto. ¿En aquella época ya navegabas?
Mira. la primera vez que me subí en mi vida a un Star, que fue mi barco de regatas con el cual fui olímpico y ocho veces campeón argentino: en ese Star me llevó en Cannes el príncipe Bira a navegar un rato. Además en las Olimpíadas del '60 corrí contra él, corriendo él por Tailandia y yo por Argentina. Por supuesto le gané porque a éste le ganaba en todo...
Te pregunté por el mejor auto; ahora, ¿cuál fue tu mejor carrera?
Una carrera muy buena para mí, de las que me acuerdo, creo que fue la mejor carrera que hice en F-1, fue el Gran Premio de Torino, donde corría el equipo Lancia con toda la "cocaína", tenían mucho interés por ganar en Torino, cuatro Lancia, cuatro Maserati, cuatro Ferrari, todos oficiales y después los independientes que siempre son el relleno.
Llegué segundo a 20 segundos de Ascari en un match brutal, y el resto quedó tan lejos... También "incuñato" entre tres Lancias, el quinto creo que fue Farina con Ferrari y sexto una Maserati. O sea, tres Lancias y yo segundo allí, pegado.
Me acuerdo porque fue una carrera muy difícil en un circuito improvisado en un parque con cordones y árboles por todos lados. Muy mal pavimento y andar con la Maserati de Fórmula Uno, en un mal pavimento, en un lugar muy peligroso, es embromado. Eso fue en el '55. Me acuerdo que el titular de la "Gazzeta dello Sport" fue "II formidabile Mieres...". ¿Cuál fue tu última carrera?
Alguna carrerita con el equipo Ika-Renault en el Autódromo. Hará ocho años más o menos... Yo era el peor piloto que ellos tenían y me di el gusto de ganarle a Lanny por medio coche en la llegada. En la última vuelta lo venía agarrando... esas carreras son dificilísimas, vos viste. En la última curva así, a la par, un besito... y le gané por la trompita.
Y ésta vendría a ser un poco la historia de la cosa. Lo hice siempre con un espíritu amateur, siempre lo hice por divertirme. No es como hoy... la vida era más divertida.
Arriesgabas bastante, la prueba está en que se mataron muchos tipos de mi época. Tal vez arriesgabas más en nuestra época, los circuitos eran más peligrosos, los coches más difíciles de manejar y la competencia era menor.
Para definir las dos épocas: ahora hay mucha más competencia, por eso yo soy un gran admirador de Reutemann. Todo el mundo exige que Reutemann sea un tipo que gane por media hora a los demás. Es un absurdo eso, no tiene nada que ver; una idiotez de quien no entiende de automóviles.
La competencia es mucho mayor, del uno al quince hay un segundo de diferencia. ¡Señores Nosotros, en nuestra época, del uno al quince había diez minutos. Reconozco que había menos competencia, era más fácil estar en el ruido. En cambio los coches eran más difíciles, una masa enorme para frenar. para doblar, con ruedas chicas. |