
|
Rally
Argentina Córdoba 1991
No habrá ninguno igual
Revista
Parabrisas Nro 159. Septiembre de 1991
Publicado en F1-Web en Marzo de 2013
|

Jorge Recalde con el Lancia en los últimos metros del prime que finalizó en Giulio Cesare
Fue la edición más reñida de la historia. La más espectacular. La de mayor cantidad de público presente. La que reclamó una inversión descomunal de Lancia tratando de frenar a Sainz, brillante ganador. Una carrera para el recuerdo
Había que ver al público colmando la mayoría de las sierras, especialmente en los sectores más trabados y panorámicos. Ese marco imponente -que superó lo de años anteriores- le dio un color inigualable a este rally. Había que ver la cantidad de periodistas extranjeros que llegaron en todas partes para testimoniar en los medios de todo el mundo una carrera fundamental para definir los títulos de pilotos y marcas del ´91.

Culmina la proeza. Carlos Sainz y Luis Moya ante toda la expectativa llegando con su Toyota al control horario en Falda del Carmen, tras recorrer la PC30, última de la carrera, lugar donde finalmente supieron de su victoria. A la derecha, estacionado, el Lancia "apripista" de Reutemann. Momentos después bajaron del auto, sin moverlo, y esperaron a Biasion - Siviero. Cuando éste atravesó la llegada y se supo de su registro, Sainz suspiró aliviado y al bajarse el italiano del Lancia lo fue a buscar abrazándolo. Revista Corsa
Había que ver el impresionante despliegue de Lancia atendiendo cuatro autos para Biasion, Auriol, Kankkunen y el argentino Recalde, más cuatro muletos, más una docena y media de vehículos y unas ochenta personas para asistirlos en un intento desesperado para frenar al español Carlos Sainz y al equipo Toyota, los que pese a contar con el título de pilotos del `90 siguen sorprendiendo a los más entendidos. 
El Ford Sierra Cosworth Grupo N de Carlos Menem (h)

El Ford con tracción integral preparado por Mike Little en Inglaterra. Si bien como auto de Grupo N era bastante potente (cerca de 300 caballos), el aprovechamiento se limitaba debido a una caja de velocidades que está lejos de ser tan competitiva como las de Grupo A 

Menem - Zucchini en los primeros y problemáticos tramos serranos de la competencia. Buen marco de público. Foto Revista Corsa Fue una carrera sin igual. Poco imaginable en los pronósticos de los más expertos. Con la presencia de tres campeones del mundo (Biasion, Kankkunen y Sainz), con las dos marcas que pelean el campeonato y con un desarrollo muy rara vez visto en una prueba por el mundial de rally.
A esto se sumó la presencia de Carlos Reutemann abriendo la ruta para Lancia con Del Buono de navegante, el debut en nuestra tierra de Menem (h) con un Ford Sierra Cosworth Grupo N, la participación de Gregoire De Mevius, seguramente el campeón ´91 del Grupo N con un Mazda 323 y la presencia de los pilotos y autos argentinos, donde brilló con las mejores luces la categoría y personalidad de un Gabriel Raies que con su Renault 18 llegó a estar adelante de los autos del Grupo N en algunos parciales.
Cuando se escuchó -y vió- el manejo de Sainz en el descenso hacia Cavalango los miles de espectadores vivaron como a ninguno al ibérico y a su heterodoxa manera de conducir al Celica GT-4

El Toyota Celica de Ericsson - Billstam "cobra altura" luego de un lomo cordobés. Foto Revista Corsa
¿Qué más podía pedirse?
Habitualmente la historia de nuestras once ediciones del Rally de Argentina marcó un dominio de las marcas que luego se adjudicaron los títulos mundiales. De esta manera hubo un tiempo de los Fiat Abarth, de Talbot, de Audi, después de Peugeot, luego de Lancia y ahora de Toyota. Y en las sucesivas ediciones se dieron carreras de buen nivel pero sin grandes luchas en la punta, por el marcado dominio de cada uno de los ganadores. Sin embargo, en 1991 se revirtió dicha situación. Fue tan grande el interés de los equipos de Toyota y Lancia por hacer una diferencia en Córdoba, que la carrera se peleó -literalmente- metro a metro. 
Alessandro Fassina con su Toyota Grupo N
Lancia jugó sus mayores chances al superveloz Didier Auriol, incluido en el equipo Jolly Club y a la experiencia del italiano Biasion, llamado a último momento para este rally. Recalde Kankkunen acompañaron solamente. De movida el francés dominó las primeras etapas mostrándose muy veloz y contundente, mientras que Carlos Sainz sufría al inicio un retraso importante de 1m30s por rotura de una cubierta y luego perdería también casi medio segundo al romperse el turbo de su Toyota mil metros antes de finalizar el último prime de la segunda etapa, donde sufrió un vuelco en 1990.
Había quedado quinto en la primera fracción. La segunda también fue para el francés, imponiéndose sobre Biasion y Sainz en la general. Hasta ese momento todo hacía suponer que la carrera estaba a pedir de Lancia. Pero en la tercera etapa continuaron las sorpresas. Auriol perdió 2 minutos en el PC17, al desprenderse una manguera del turbo de su auto -lo que también perjudicó a Biasion, puesto que debió circular en la tierra de Auriol- y Sainz pasó al frente al finalizar la penúltima etapa con 1 segundo de diferencia sobre Biasion y 10 segundos sobre Auriol.

Sainz en el kartódromo, superprime que resultó un verdadero acierto
La definición, sus causas
El prime a prime de la última etapa, desarrollada en el Valle de Calamuchita, fue cuando empataron Sainz y Biasion el primer lugar en la clasificación general. Pero luego de este el español empezó a sumar segundos a su favor, superando al italiano por 9 segundos al final. Tercero quedaba Auriol, que al comienzo de la última etapa intentó desesperadamente acercarse a la punta pero con muy pocas posibilidades, que posteriormente lo obligaron a permanecer como hombre de refresco o "tercero en discordia" ante cualquier eventualidad.
¿Que sucedió en definitiva?. Primeramente que el actual campeón ganó una carrera impecable, sobreponiéndose a los problemas de las primeras etapas. Su gran mérito fue no bajar nunca los brazos, pelear hasta el final, aun en inferioridad numérica, mostrando nuevamente ese fuego sagrado que sólo tienen los campeones.
Lo de Auriol fue impresionante al comienzo, deslumbrando por su rapidez pero careció de "punch" para rematar al final, luego de su retraso. Hasta la tercera etapa fue la gran estrella del rally, ya que fue perdiendo brillo sobre el final. Ya que en definitiva tanto Auriol como Sainz perdieron dos minutos por distintos problemas, definiéndose todo a favor del campeón aunque por un margen apretadísimo.

El Toyota de Bin Sulayem antes de la trepada hacia La Cumbre
El final resultó tan impredecible como electrizante. El esfuerzo de los equipos fue enorme y la jerarquía de los pilotos otorgó un nivel nunca apreciado en nuestro país. En esta edición se bajaron todos los tiempos de los primes y en algunos tramos de velocidad pura se anduvo más de 1 minuto más rápido que en otras ediciones. El reconocimiento fue unánime hacia esos verdaderos gladiadores del volante, donde el español Carlos Sainz ofreció un amplio libreto de aptitudes y una personalidad muy pocas veces vista para no bajar nunca los brazos.
Distintos fueron los desarrollos de Kankkunen (retrasado por fallas en la caja de dirección), Recalde (motor muy flaco), Menem (motor y diversos problemas de caja) y el infaltable Rudi Sothl. En el grupo N Gregoire De Mevius no tuvo oponentes serios para imponerse con su Mazda y dar un paso importante hacia el título.
Entre los argentinos que corrieron con autos de fabricación nacional sobresalió Gabriel Raies, imponiéndose en su clase con un Renault 18; Cecchetto, que ganó la Clase 6 con un Regatta 85 y finalmente Pancello, vencedor de la 10. Mención aparte para Bescham, que pese a sufrir diversos problemas ganó infinidad de primes con su Fiat Regatta.
Parte desde la rampa el "Gringo" Bescham, uno de los más festejados por el público. Foto Revista Corsa
Un final para el recuerdo
Ya en el estadio Chateau Carreras la gente de Lancia seguía lamentando la oportunidad perdida. Habían llegado con la casi obligación de ganar y miraban azorados como el Toyota de Sainz ingresaba a la pista que rodea el campo de juego y luego de hacer el trompo ya característico previo a subir a la rampa rompía la caja de velocidades, al pegarle a un desague de la cancha, debiendo subir al podio marcha atrás.
Juntamente, entre caras muy largas y sonrisas para disimular el desconsuelo, recordaban también que a Sainz se le había roto una goma circulando en un enlace hacia un control, listo para largar un prime o simplemente que Auriol era la segunda carrera que perdía por un pequeño desperfecto.
En vez de festejar, como realmente lo pensaban, debían reorganizar una rápida partida para prepararse para Finlandia, en otra prueba de fuego en la lucha por el título. Mezclado entre el público instalado en la platea del estadio, un directivo de la agencia española EFE pontificaba al ganador con esta frase: "Sólo Sainz y sus cojones pudieron revertir un resultado que al principio se mostraba muy adverso para el campeón" (SIC).

De Mevius con el Mazda 323 ganadores del Grupo N en el superprime del Parque San Martín. Desde un helicóptero vienen filmando su desempeño
Mientras tanto la gente disfrutaba con un final inolvidable. El estadio se llenó de aplausos para recibir a los extranjeros y explotó cuando arribó el Renault 18 de Gabriel Raies.
Resultó un placer ser testigos de esta carrera y su final con el estadio. Seguir las distintas etapas, poder apreciar la potencia y la tracción de los Lancia en los sectores trabados. Los distintos tipo de manejo, por ejemplo, de Auriol y Biasion. El francés va rápido por cualquier lado, haciendo cualquier radio de giro y generalmente en un cambio más alto que el resto. Mientras que Biasion es lo más parecido a un piloto pistero.
Frente a ellos Carlos Sainz impuso un estilo diferente. Impetuoso hasta lo increíble. Con un auto que es un verdadero tractor y que pasa por cualquier lado, evidenciando cierta ventaja en los tramos más veloces donde el español lo lleva de costado en cuarta, quinta y sexta.
Realmente un placer ser testigos de este rally... quizá también algo histórico por su excelente factura y definición.
Por Jorge Fernández Morano Fotos: Juano Fernández, Ismael Gómez, Eduardo Neira y Carlos Neira

Cambio de suspensiones en el Lancia de Auriol, antes de ingresar al kartódromo. Entre prime y prime los autos eran reparados bastante a fondo

Reuteman - Del Buono con el muletto Lancia con el que (probándolo para Corsa) recorría la ruta previo al paso de los autos del team. Aquí haciendo un ensayo nocturno en las cercanías de Carlos Paz. Foto Revista Corsa

Vista panorámica de la rampa de lanzamiento frente al ACA en el momento de mayor emoción: Jorge Recalde está por iniciar el Rally de Argentina. Foto Revista Corsa
Reutemann - Del Buono sumados a las estrellas del rally
"Abridores" de lujo

El Lancia de los argentinos en acción
A pesar de la intensa actividad política que desarrolló Reutemann en los últimos meses, el ex piloto de F-1 se "fabricó" un hueco de cinco días para alejarse del stress y disfrutar el Rally de Argentina piloteando un Lancia, similar a los que corrieron y que utilizó Kankkunen para hacer la ruta. Junto a Jorge Del Buono como "abridores" del equipo Lancia, largando una hora antes del inicio de cada prime.
Esta gestión para subirse a un Lancia nació de una conversación entre Reutemann, Russo y Pianta en 1990, y a partir de Junio de este año comenzaron a intensificarse las comunicaciones vía fax de PARABRISAS, combinando todos los detalles.
El Lancia de Reutemann - Del Buono a metros de iniciar el "prime" en Amboy, correspondiente a la última etapa. Foto Revista Corsa

Reuteman y Del Buono a punto de comenzar un prime. Foto Revista Corsa
Estaba previsto que Reutemann se subiera al Lancia por primera vez el lunes 22 de julio, un día antes de largarse el rally, desde la sede central del ACA en Buenos Aires. Pero no pudo concretarse por compromisos del ex-piloto, que recién tomó contacto con el auto el martes 23 a la noche. De allí en más recorrió todos los primes, informando al equipo del estado del piso y el tiempo, a excepción de un PC de la primera etapa que al no presentar problemas, fue obviado y utilizado su tiempo para que piloto y navegante disfrutaran de unos exquisitos spaghettis, servidos en el motor home del equipo Lancia.
Luego de dicha experiencia, Reutemann comentaría: "Pasé cuatro días increíbles, creo que los más felices de mi vida en los últimos años, por lo que disfruté esta carrera. Por estar en contacto con la naturaleza en una provincia como Córdoba, con un clima excelente y por tener el placer de dar toda la vuelta con un auto campeón del mundo que me dejó totalmente asombrado.
Realmente después de manejar este Lancia tomé conciencia que es un aparato de otra dimensión. Muy experimentado, que dobla, frena y acelera de una manera increíble, que además parece un fórmula con carrocería, con una docilidad para mí inesperada en un auto de este tipo.
LA CARRERA
"Para mi fue impresionante por el ritmo que se le imprimió desde el comienzo. Creo que fui espectador de lujo porque tuve oportunidad de convivir con el equipo Lancia, para el final de cada prime para ver pasar los autos, ir a los superprimes e incluso ver desde lejos como trabajaba Toyota. Al principio quedé muy bien impresionado con Auriol por su rapidez.
Pero sobre el final lo de Sainz fue espectacular. Tiene una garra y una verguenza deportiva admirable. Ganó sin objeción, no por el retraso de Auriol, sino porque supo sobreponerse a los problemas que sufrió y nunca bajó los brazos. Tanto él como el francés tienen diferentes estilos pero son los dos muy rápidos.
Biasion me pareció el que más se asemeja a un manejo pistero. En cuanto a los autos creo que al Lancia ya se le sacó todo lo que podía dar. Es un gran auto pero de varios años frente al Toyota, que tiene mayor distancia entre ejes, gran robustez y un poco más rápido a la vez.
En definitiva salió una carrera excelente y el público disfrutó como en ninguna otra ocasión desde el principio hasta el final.

Bescham y el Regatta 85. Ganó todos los primes de su clase excepto tres en que tuvo problemas. En uno de ellos protagonizó un accidente hiriendo a una persona

Mientras el navegante se encuentra en el Control Horario, "El Matador" inició su concentración para encarar el siguiente tramo de velocidad. Notar la goma de auxilio detrás de las butacas, aunque su utilización es cada vez más infrecuente. Foto Revista Corsa
Toyota trajo a nuestro país unos camiones de doble tracción aptos para transitar por cualquier terreno. En la toma asistiendo a los autos de Ericsson y Sainz. Foto Revista Corsa
De Mevius no siempre cuidó su Mazda 323 GTX pese a liderar muy cómodamente el Grupo N, división en la que es ampliamente experimentado y el más probable campeón 91. Foto Revista Corsa

Ramonda durante la segunda etapa. Los R-18 volvieron a demostrarse como el auto por excelencia para afrontar la gran exigencia del rally argentino. Sin embargo, no pudieron ser confrontados con sus oponentes habituales, los Fiat Regatta 2000 y VW Carat 2.0 ¿Veremos a estos en la edición 1992?. Foto Revista Corsa
Cecchetto obtuvo la Clase 6. Foto Revista Corsa
Jorge Bescham y "Pepe" García dando espectáculo con su Fiat Regatta 85. Foto Revista Corsa

El más aplaudido en todo el trayecto de la ruta de este undécimo rally de la Argentina: Gabriel Raies. Aquí evolucionando en hermoso marco. Foto Revista Corsa
Kankkunen acaba de dejar atrás el tramo asfaltado del superprime en el Camping General Paz. Foto Revista Corsa
Con las luces encendidas, en las primeras horas de la mañana, y saltando, Mohamed Bim Sulayem. El múltiple campeón del Medio Oriente no desentonó. Foto Revista Corsa

Auriol saltando en Cosquin. Foto Revista Corsa
Gustavo Trelles a punto de partir y Fangio, bandera en alto, presto a darle el via libre, al lado de Galmarini. Foto Revista Corsa

Auriol supera un guadal y a sus espaldas un paisaje serrano la sirve de marco. Foto Revista Corsa

Ramonda - Berra con su Renault 18 y el público cordobés. Foto Revista Corsa
Miki Biasion comienza su trepada en un "prime". Al fondo se nota parte de la localidad cabecera de dicho tramo y más atrás la sierra cordobesa. Foto Revista Corsa
LAS MENORES DIFERENCIAS DEL MUNDIAL
Año |
Competencia |
1ero |
2do |
Diferencia |
1976 |
San Remo |
Waldegaard / Lancia Stratos |
Munari / Lancia |
4 s |
1989 |
San Remo |
Biasion / Lancia Delta |
Fiorio / Lancia Delta |
5 s |
1979 |
Montecarlo |
Darniche / Lancia Stratos |
Waldegaard / Ford Escort |
6 s |
1991 |
Argentina |
Sainz / Toyota Celica |
Biasion / Lancia Delta |
8 s |
1987 |
Olympus |
Kankkunen / Lancia Delta |
Biasion / Lancia Delta |
12 s |
1983 |
1000 Lagos |
Mikkola / Audi Quattro |
Blomqvist / Audi Quattro |
21 s |
1987 |
Suecia |
Salonen / Mazda 323 |
Ericsson / Lancia Delta |
23 s |
1986 |
Argentina |
Biasion / Lancia S4 |
Alen / Lancia S4 |
24 s |
1986 |
1000 Lagos |
Salonen / Peugeot 205 |
Kankkunen / Peugeot 205 |
24 s |
1985 |
RAC |
Toivonen / Lancia S4 |
Alen / Lancia S4 |
26 s |
1984 |
Portugal |
Mikkola / Audi Quattro |
Alen / Lancia 037 |
27 s |
1982 |
1000 Lagos |
Mikkola / Audi Quattro |
Blomqvist / Audi Quattro |
28 s |
En las ediciones 73 y 85 de los Rallies Safari y Costa de Marfil respectivamente, se produjeron empates; en el primer caso entre Metha y Kallstrom y en el segundo, entre Kankkunen y Waldegaard. Ambos casos se definieron en favor del piloto que pasó en el primer lugar, en el primer control horario y que mencionamos en primer término
|




Sainz - Moya, los ganadores en el festejo final en el Chateau Carreras

"Bien Miki, podría haber sido también para ti" dijo Carlos Sainz. Foto Revista Corsa

Minna Sillankorva - Micaela Marangoni en la partida en Buenos Aires. El dúo femenino despertó curiosidad y atracción. Foto Revista Corsa

Lanzamiento del Toyota de Sainz con caras sonrientes en los tripulantes. Moya, su navegante, ensaya un saludo mano en alto. Foto Revista Corsa
Jorge Recalde y Carlos Menem (h)
Dos experiencias distintas
 El público se quedó sin la posibilidad de ver en acción, y con posibilidades de realizar un muy buen papel a estos dos argentinos, que antes de largar la carrera se presentaban como los dos compatriotas mejores posicionados por los autos que disponían. Jorge Recalde corrió con un Lancia Grupo A, integrado al equipo oficial para esta prueba, mientras que Menem lo hizo con un Ford Sierra Cosworth Grupo N.
El cordobés nunca logró alcanzar su nivel a causa de un bajo rendimiento de su motor. Si bien fue el piloto elegido por los italianos para probar en carrera un sistema electrónico de reparto de potencia similar al que utiliza Toyota, cumplió este rol a la perfección pero se quedó sin posibilidades de revalidar su capacidad como ganador de este rally y piloto de primera línea.
No pudo ganar un solo prime (como también le sucedió a Biasion en Acrópolis cuando probó el mismo sistema) y en varios tramos de velocidad llegaron a sacarle diferencias muy grandes, ilógicas e impensadas de haber contado con un auto similar a los restantes oficiales.
El caso de Menem fue distinto, ya que a pesar de su gran potencial, luchó con un auto que tuvo múltiples problemas de caja y finalmente de motor, abandonando en la segunda etapa. De cualquier manera cuando estuvo en carrera con su medio mecánico a pleno ganó varios parciales y demostró sus condiciones.
El lo tomó como una experiencia positiva, teniendo en cuenta el largo camino que tiene por recorrer. El público, en cambio, se quedó rápidamente sin la posibilidad de medir a otro argentino en sus reales cabales, peleando el Grupo N. De todos modos, cuando pudo, anduvo muy fuerte y recibió el reconocimiento de los más entendidos. 
Biasion en un descanso
Gabriel Raies, el argentino mejor clasificado
Premiado con los mayores aplausos
Así como en otras épocas la provincia de Córdoba tuvo figuras importantes en categorías nacionales, el apellido Raies está ligado al rally desde que el mismo Gabriel cumplió sus 18 años.
Aferrado a seguir defendiendo a los autos nacionales, el mayor de los Raies presentó un R-18 con motor de Oreste Berta y apoyo de Renault. Ganó su clase de punta a punta, incluso superó en algunos parciales a los autos del Grupo N, y como el mejor premio de su trayectoria recibió la ovación más grande de todos los que llegaron al final de la prueba. 
Gabriel Raies junto a su padre, madre y familia en la entrega de premios
Preferido y mimado por los cordobeses que reconocieron rápidamente
su esfuerzo y sus limitaciones con un auto de fabricación nacional, Gabriel demostró nuevamente que convoca y moviliza.
Tuvo un solo inconveniente serio, en un enlace, al desprenderse una conexión del filtro de aceite. Se temió por su motor, por su continuidad a raíz de una falla de una pieza que ni en su auto ni en el equipo había repuesto. Pero inmediatamente la gran solidaridad de su público le permitió desarmar varios filtros de R-18 particulares para encontrarse con el decimoctavo auto que metían mano en esa pieza que había que reemplazar. Fue un susto que culminó en gran alegría. En lo personal, seguramente fue su triunfo más ansiado, más buscado. Aunque el Chancho Raies ya no necesita mostrar más, rendir más exámenes. Sólo fue una cuestión de amor propio que el público así lo entendió. 
Gustavo Trelles en el vado con cemento en el segundo prime de la última etapa en Calamuchita

Un asistente del equipo Lancia con las cubiertas y sus fundas esperando el arribo de los mecánicos que llegan en helicóptero

Reutemann antes de largar un prime. Jorge Del Buono conversa con su hermano Héctor

Sainz y Capdevilla intercambian opiniones en la noche porteña, ante un interesado Biasion. Foto Revista Corsa

La pareja Murua - Sánchez junto a Bescham antes de la largada en Buenos Aires. Foto Revista Corsa

"Lole" instalándose con el "Bicho" Del Buono, Russo y Marcolongo en Villa Carlos Paz
Otro gran protagonista
El público

Córdoba es una de las provincias que menos acusa la dura crisis económica que sufre el país. Se supone que las cosas marchan, aunque con las dificultades del caso. Pero en general su población está tranquila.
Sin embargo para esta ocasión podríamos decir que buena parte de su gente priorizó el rally y concurrió masivamente, viviéndolo en forma intensa en todo su trayecto. Se calcula que estuvieron unas 300.000 personas. Vibraron en cada etapa y muy especialmente en los superprimes corridos en el kartódromo y en el circuito de tierra del parque San Martín.
No hubo desmanes, solo algunas complicaciones con los fuegos de los asados. Pero en general el público acompañó a la perfección y disfrutó de un espectáculo diez puntos.

La protección inferior colorada del Toyota ganador, fue decorada con una simple y ancha raya amarilla, transformándose el chapón en una bandera española. Foto Revista Corsa

Mientras las últimas luces de la tarde iluminan el estadio Chateau Carreras, los tres pilotos Toyota (Ericsson y Sainz del oficial Team Europe y Bin Sulayem del Middleast) abandonan el predio. Foto Revista Corsa

El intercambio de información es fundamental para mejorar y mantener la performance. Ove Andersson (izquierda) como presidente de TTE está allí para resolver los problemas que pueda tener su piloto nro 1, Sainz, quien lo escucha atentamente. Foto Revista Corsa

Carlos Sainz, para variar, hizo el traslado entre el hotel y el parque cerrado en un helicóptero afectado al equipo nipo-germano. Foto Revista Corsa

Noche de festejo para el TTE. Moya en cuclillas, Sainz mira sus trofeos, mientras es abrazado por Andersson, Dany Gait -parado a la izquierda- se suma a la celebración, así como algún otro cordobés de bigotes. Foto Revista Corsa

Ni cuando come el español pierde su gesto de concentración. Foto Revista Corsa

Reutemann y Del Buono, junto a CORSA observando el trayecto de la carrera cuando tomaron contacto con el Lancia antes de comenzar a abrir la ruta para el equipo italiano. Foto Revista Corsa

Michela Marangoni y Minna Sillankorva. Foto Revista Corsa

Harrach, otro austríaco privado que fue bienvenido en nuestro país. Foto Revista Corsa

Cambio de caja (aunque el motor está en primer plano) para De Mevius en Villa Carlos Paz. Foto Revista Corsa

Antes del amanecer, el trabajo es intenso para Toyota, tanto que Mikael Ericsson pone manos a la obra. Fue en El Manzano. Foto Revista Corsa

Recalde en medio del tránsito urbano a la salida del ACA. La gente lo alentó insistentemente. Foto Revista Corsa

Menem Jr junto a Bin Sulayem frente a ignoto interlocutor. Foto Revista Corsa
RALLY YPF ELAION ARGENTINA CÓRDOBA 1991
Automóvil Club Argentino. 2.118 Km. 23 al 27 de Julio de 1991
CLASIFICACIÓN
FINAL
|
|
|
Total |
1 |
Sainz -
Moya |
Toyota Celica 4WD |
6h37m31s |
2 |
Biasion - Siviero |
Lancia Delta Integrale |
a 9 s |
3 |
Auriol - Occelli |
Lancia Delta Integrale |
a 1m05s |
4 |
Kankkunen - Piironen |
Lancia Delta Integrale |
a 5m53s |
5 |
Recalde - Christie |
Lancia Delta Integrale |
a 11m59s |
6 |
Ericsson - Billstam |
Toyota Celica 4WD |
a 12m42s |
7 |
Bin Sulayem - Morgan |
Toyota Celica 4WD |
a 33m38s |
8 |
Trelles - Ivetich |
Lancia Delta Integrale |
a 36m31s |
9 |
De Mevius - Sauvage |
Mazda 323 4WD |
a 57m48s |
10 |
Sillankorva - Marangoni |
Lancia Delta Integrale |
a 58m53s |
11 |
Harrach - Feltz |
Lancia Delta Integrale |
a 59m57s |
12 |
Raies - González |
Renault 18 GTX |
a 1h15m03s |
13 |
Ceccheto - Carreras |
Fiat Regatta 85 |
a 1h39m06s |
14 |
Grasso - Smichovsky |
Volkswagen Gol 1.6 |
a 1h39m09s |
15 |
D'Agostini - Turra |
Renault 18 GTX |
a 1h47m45s |
16 |
M. Raies - Campaña |
Renault 18 GTX |
a 1h55m59s |
17 |
Bescham - García |
Fiat Regatta 85 |
a 2h04m49s |
18 |
Sala -
Minardi |
Renault 18 GTX |
a 2h15m38s |
19 |
Barceló - Syriani |
Volkswagen Gol 1.6 |
a 2h16m50s |
20 |
Ramonda - Berra |
Renault 18 GTX |
a 2h18m00s |
21 |
"Tchine" - Pasquier |
Ford Sierra Cosworth |
a 2h20m21s |
22 |
Gariglio - Gariglio |
Renault 18 GTX |
a 2h43m26s |
23 |
Chazarreta - Alderete |
Renault 18 GTX |
a 2h43m26s |
24 |
Sabbatini - Sabbatini |
Fiat Regatta 85 |
a 2h47m05s |
25 |
Regunaschi - Echevarria |
Renault 18 GTX |
a 3h05m22s |
26 |
Pancello - Pancello |
Fiat 128 SE 1500 |
a 3h01m39s |
27 |
Abella Nazar - Gastón |
Renault 18 GTX |
a 3h09m38s |
28 |
Dechecchi - Mercadier |
Volkswagen Gacel |
a 3h15m09s |
29 |
Fossat -
Roca |
Fiat 128 SE 1500 |
a 3h21m39s |
30 |
Pappalardo - Muhr |
Renault 18 GTX |
a 3h28m47s |
31 |
Morosano - Faraoni |
Volkswagen Gacel |
a 4h16m23s |
32 |
Moranchel - Del Villar |
Fiat 128 SE 1500 |
a 4h20m01s |
33 |
Torres - Velazquez |
Renault 18 GTX |
a 4h26m29s |
34 |
Rodriguez - Rodriguez |
Fiat Regatta 85 |
a 4h39m03s |
Vea también

Road Test del Lancia Delta Integrale 16v Grupo A
Revista Corsa Nro 1314. Septiembre de 1991

Rally de Argentina de 1992
Cese de hostilidades
Revista
Corsa Nro 1357. Agosto de 1992
NOTA PARA FORISTAS, WEBMASTERS, ETC.Si te ha gustado este test y vas a usarlo en un foro, sitio web o cualquier otra publicación, por favor no olvides mencionar que lo obtuviste de F1-Web además de incluir un link a este sitio.
Muchas gracias. |
|